Lo llamaban el No me mires. Sólo necesitaba unos segundos para entrar armado, amenazar al empleado de algún hotel, quitarle el dinero y escapar. Robaba en Polanco, Zona Rosa, Paseo de la Reforma… y lo hacía siempre los martes.
El motivo: tenía dos matrimonios a los cuales mantener y el único día en que no veía a ninguno de ellos era precisamente ese día.
Desde junio del año pasado las autoridades de la Ciudad de México comenzaron a detectar su forma de operar. Las cámaras de seguridad de diversos hoteles lo captaron robando los negocios.
Su nivel de violencia fue subiendo. Primero amenazaba a sus víctimas sin armas, luego llevó una navaja; después ya usaba una pistola. En 12 meses atracó cuando menos 15 negocios.
La Razón obtuvo el informe de Inteligencia que realizó la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para seguirle la pista a este expresidiario.
“Empezó a robar hoteles en la zona de hoteles de la Ciudad de México: Reforma, en la Zona Rosa, la Roma; llegaba a las recepciones sobre todo en las noches y sometía a los recepcionistas y los metía en algún cuarto cercano a la recepción”, cuenta a La Razón el jefe del Estado Mayor Policial de la SSP, José Gil García.
Los agentes hicieron un mapeo de sus puntos de operación, analizaron las horas y los días en que robaba.
“Se realizaron entrevistas con las partes afectadas, se realizó análisis de video del interior de los hoteles, se realizó una red de vínculos donde tenemos relacionados todos sus eventos, sus carpetas de investigación, todo relacionado a él”, platica el agente de inteligencia, Erick Mendoza.
Con las indagatorias, los agentes descubrieron que el ladrón viajaba en un viejo Topaz que tenía una calcomanía para personas discapacitadas, lo que aprovechaba para estacionarlo en cualquier lugar, cerca de su punto de robo Gracias a ese seguimiento, pudieron ubicarlo con las cámaras de la Ciudad y captarlo incluso en el lugar en el que se escondía.
Con toda esta información, los agentes de la policía se prepararon y organizaron el operativo de captura. Un martes, antes de que ejecutara su robo número 16 en la delegación Cuauhtémoc, fue detenido.
Fue entonces que confesó que se dedicaba a robar porque tenía dos familias que mantener. Y lo hacía los martes, según él, porque era el día en que no veía a ninguna de ellas.
Se llama Israel Enrique Peña López, tras ser aprehendido las autoridades descubrieron que ya había estado preso en cuatro ocasiones. En prisión, dijo, fue donde le aconsejaron la forma de cometer sus siguientes robos.
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