El Ejército Mexicano vive en este sexenio una de las peores etapas de su participación en la guerra contra el narcotráfico.
Pese a haber reducido sustancialmente los enfrentamientos armados contra los cárteles de la droga, el número de militares desaparecidos registra cifras récord de incidencia.
Con Felipe Calderón como presidente y con el general Guillermo Galván como secretario de la Defensa Nacional (Sedena), desaparecieron 45 militares.
Con Enrique Peña Nieto como presidente y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y con el general Salvador Cienfuegos Zepeda al frente de la Sedena han desaparecido 197 elementos.
En total, a la fecha, van 242 militares desaparecidos en las filas del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).
Esto significa que el 81.4 por ciento de las desapariciones registradas han ocurrido en el actual gobierno, que se ufanó por haber reducido sustancialmente los enfrentamientos contra los cárteles del narcotráfico y con ello las muertes de los integrantes la institución armada.
De acuerdo con las bases de datos de la Sedena que abarcan el sexenio de Calderón Hinojosa y lo que va del de Peña Nieto, el primero registró más agresiones contra la tropa, más enfrentamientos armados, más militares heridos y más civiles muertos en los enfrentamientos.
En cambio, con Peña Nieto y el general Cienfuegos en la Sedena los choques armados se redujeron sustancialmente, pero el número de desaparecidos creció cuatro veces más.
Dos documentos de la Sedena que son de acceso público en su sitio de internet, revelan varios aspectos en torno a este hecho. El primero tiene que ver con la cantidad de agresiones armadas que han sufrido los soldados desde 2006 a la fecha.
El balance Agresiones contra el personal militar 2007-2016, actualizado al 9 de diciembre de 2016, señala que en ese lapso el personal de la secretaría ha sido objeto de 3 mil 916 ataques armados por parte de grupos de la delincuencia organizada.
El documento señala que en esta década de guerra antidrogas han muerto 246 militares y 1, 043 han resultado heridos.
En esta base de datos no aparecen los tres militares del Cuerpo de Fuerzas Especiales (CFES) que fallecieron en Tamaulipas el pasado 12 de enero al volcarse la camioneta en la que perseguían a un grupo de civiles que los atacaron a balazos.
Hasta el pasado 11 de enero de este año, la Sedena registraba en su Relación de Personal Fallecido en la Aplicación de la Campaña Permanente Contra el Narcotráfico y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, de 1 dic. 2006 al 1 ene. 2017, un total de 492 decesos.
Con la muerte de los elementos del CFES la cifra se elevó a 495 víctimas.
Otra base de datos denominada “Estado Global del Personal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, que por Diferentes Motivos Causó Baja, en los años de 1985 al 30 de Noviembre de 2016”, muestra la debacle que vive el ejército en materia de desapariciones en la actual administración.
El fenómeno no sucedía o no estaba registrado por la Sedena sino hasta el año 2010, cuando, con el rubro Desaparecidos, incluyo en la lista los primeros ocho casos confirmados. En 2011 la cifra se elevó a 22 casos y se redujo a 15 en el año 2012.
Con el triunfo de Enrique Peña Nieto y el regreso del PRI a Los Pinos, la promesa de campaña y la nueva estrategia de combate a la delincuencia organizada se basaron en evitar gradualmente los choques armados con los grupos del narcotráfico.
Peña anunciaba que su gobierno privilegiaría el uso de la inteligencia militar y la coordinación efectiva con otras instancias de seguridad como la Marina, la Policía Federal, la Procuraduría General de la República (PGR), la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) para llevar adelante operaciones quirúrgicas para completar la captura de los 121 criminales más buscados en el país.
Además, se le daría un fuerte impulso a las relaciones con otros organismos militares y civiles de países como los Estados Unidos, Colombia, Francia, Israel, Chile, Brasil, Ecuador, Honduras, Guatemala y El Salvador para apuntalar el intercambio de información sensible y la formación de cuadros de inteligencia.
Con todo, se logró reducir el nivel de violencia en varios puntos de país, pero la actividad de los cárteles –atomizados y divididos en decenas de organizaciones con capacidad operativa más extensa y vertiginosa– se intensificó y poco a poco recobraron los espacios que militares, marinos y policías federales les habían arrebatado.
En esta dinámica se ha dado la desaparición de cerca de 200 efectivos del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, que en 2013 y 2014 han sufrido más bajas que en los años más cruentos de la guerra al narco iniciada por Felipe Calderón.
Paradójicamente, los años más difíciles para la Sedena en el anterior sexenio fueron el 2011 y 2012, con 22 y 15 militares desaparecidos, para un total reconocido de 45 desapariciones (sumando los ocho militares del 2010).
Con Enrique Peña Nieto la primera cifra de desaparecidos en las filas militares fue de 67 efectivos tan solo en su primero año de gobierno. Al año siguiente el número casi se duplicó, para llegar a 130 desapariciones.
Fuente.-Jorge Medellín
@JorgeMedellin95
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