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viernes, 15 de enero de 2016

Ahora otro "EJERCITO de INSURGENTES" se MUEVE en VERACRUZ...otro "estado" en "deplorable estado".


Se hacen llamar Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas (ERPA), e hicieron circular un comunicado el primer fin de semana del año en la región de Orizaba, Veracruz, dirigido a los pobladores de la zona del volcán y de la sierra de Zongolica, un área donde se tienen antecedentes de presencia guerrillera desde los años 90. 

En este 2016 el Ejército Popular Revolucionario (EPR) cumple 20 años de haber aparecido por vez primera tras la masacre de Aguas Blancas, en el estado de Guerrero. ¿Qué importancia tendrá para la secretaría de la Defensa Nacional el estado de Veracruz que los últimos comandantes militares que salen de Guerrero, son enviados a la entidad donde la inseguridad, ingobernabilidad y el dominio del crimen organizado contextualizan la reaparición de propaganda de un supuesto grupo armado?.

Durante la ceremonia de toma de posesión tenía el rostro serio, adusto, apenas con alguna sonrisa para sus anfitriones. Cuando el pasado 15 de diciembre el general Juan Manuel Rico Gámez asumió la titularidad de la comandancia de la sexta región militar que abarca el estado de Veracruz, Puebla y Tlaxcala, su sola presencia llevaba un mensaje implícito.

El general Rico Gámez era el tercer mando militar que llegaba a Veracruz, en los últimos tres años, que había estado al mando de tropas en Guerrero. Relevó al general Martín Cordero Luqueño, quien estuvo al frente de la novena región militar con cuartel en Cumbres de Llano Largo, Acapulco, cuando se suscitó la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Cordero relevó en diciembre del 2014 el general Genaro Fausto Lozano Espinosa, quien también había ocupado la jefatura de la misma comandancia en los meses de la descomposición social del gobierno de Ángel Aguirre Rivero.

¿Qué ocurre en Veracruz que los comandantes militares de Guerrero son enviados tiempo después a esta entidad?

En la toma de posesión del general Rico Gámez, a la que el gobernador de Veracruz, el priista Javier Duarte de Ochoa, llegó con 10 minutos de retraso cuando ya había asumido el cargo, quien encabezó el acto por parte de la secretaría de la Defensa Nacional fue el subsecretario, el general de división Noé Sandoval Alcázar. En las instalaciones del 83 batallón de infantería en la Boticaria, en Boca del Río, el nuevo comandante en jefe dejó entrever que seguirían las medidas ordenadas por parte del alto mando para todas las tropas bajo su jurisdicción.

El general Rico Gámez, quien ascendió en noviembre pasado al grado de división, se había desempeñado hasta ese momento como subjefe de inteligencia del Estado Mayor de la Defensa. Antes de ese cargo, había sido comandante de la 35 zona militar en Chilpancingo, Guerrero, donde le tocó presenciar el desbordamiento de los grupos armados de la delincuencia organizada en la zona serrana centro del estado, y donde recibió información de la posible reactivación de células de la guerrilla en la zona de la Montaña.

¿Guerrilla en Veracruz?

El manifiesto circuló el primer fin de semana del 2016, traía una foto donde aparecen tres hombreas con el rostro cubierto con un paliacate, uniforme caqui, portando armas largas y andando por una zona montañosa en un lugar indeterminado. La imagen no es reciente, se conoce por lo menos desde octubre del 2014 cuando se difundió por Internet.

El escrito de tres páginas circuló a las orillas de la ciudad de Orizaba, y traía por título “Artículo de Combate. Manifiesto”. Iba dirigido “a los pueblos pobres de las faldas del volcán, de la sierra de Zongolica y del valle y región de Orizaba”. El texto venía firmado por el Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas (ERPA), quienes se presentaron como un “grupo de ciudadanos comunes y corrientes”.

En los primeros párrafos se lee: “Hoy es un día glorioso para nuestra patria, hemos despertado y el gigante llamado pueblo empieza a salir de su letargo ya se organiza independientemente de los partidos traidores que los han vendido.

“Grupos ciudadanos comunes y corrientes nos hemos reunido y organizado para conformar el ‘Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas’, brazo armado del pueblo, al que le decimos que ya no estará inerme ante las embestidas del Gobierno y sus secuaces asesinos.

“¿Por qué escogimos este camino y no otro? Porque ya se agotaron las instancias legaloides de los viciados y corruptos procesos electorales. No hay otra alternativa que nos libere y decidimos la vía armada como último recurso.

“Ellos los de los dineros no los restriegan en la cara de que no se va a cambiar el modelo económico de rapiña y depredación del crimen y represión para seguir sojuzgando y explotando al sufrido pueblo de México. Pero nosotros los vamos a combatir cuando agredan al ciudadano indefenso, sin esperar que se dignen a arrojarnos sus migajas como si fuéramos sus perros; no más humillaciones”.

“Sabemos que sus prostitutas de la prensa y televisión amarillista, nos calumniaran y dirán al pueblo que somos terroristas, comunistas, apátridas. Nos echarán sus perros asesinos, por miedo a nosotros los insurgentes que causan la oligarquía y el Gobierno.

“El temor de perder sus privilegios de clase y esto lo sabemos bien que esto es una lucha de clases, entre opresores y oprimidos, entre ricos y pobres. Así este miedo invade, es el miedo a este país de pobres, nacos, de indígenas, de famélicos rostros y de hambrientos. Miedo a quienes viven parados en los camellones haciendo malabares, vendiendo chicles, al pobre jornalero que lo despojaron de sus parcelas, y los orillaron a los cinturones de miseria de las ciudades, miedo de los enojados mineros. A los padres de los normalistas de Ayotzinapa masacrados y desaparecidos. A los electricistas del SME, a todos aquellos que han agraviado”.

Más adelante, el manuscrito señala: “Las falsedades de los curas pederastas y su clero alcahuete para con ellos, expresa que hay un profundo abismo de la desigualdad, onda la brecha entre los que se dice y lo que es; esas grandes mentiras que impiden colocar un espejo frente a los ojos del país y frente a quienes han permitido que se así y son sus cómplices como los traidores del PRD firmando un pacto con los verdugos del pueblo para que nada cambie”.

La parte final del escrito está dedicado a las proclamas, donde resaltan que levantan la voz con la finalidad de que se escuche “nuestro grito de rebelión”. “Hoy que la traición nos embarga, muy a pesar nuestro”. “Hoy que los sueños nos quieren robar y se arma el coraje, hoy que los golpes son más duros, duelen y sangran. Hoy donde solo nos queda el camino de la rebelión”, y rubrican como Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas.

El comunicado circuló en una región de Veracruz donde se tienen antecedentes desde finales de los años 90 de presencia de diversos grupos armados, como el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que en junio cumplirán 20 años de haber aparecido por primera vez en Guerrero, y del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), algunos de cuyos líderes provenían de Orizaba.

La aparición de la propaganda se dio pocos días después de que alrededor de 500 personas de los municipios de Atlahuilco, Tequila y Tehuipango, realizaron una marcha, convocados por la iglesia católica, para pedir paz en México, en Veracruz y en la región de Orizaba y Zongolica. El mensaje iba dirigido ante la ola de secuestros, extorsiones y asesinatos que asolan la región desde hace varios años y que tienen atemorizados a productores agrícolas, comerciantes, empresarios y compañías de transporte, a quienes el gobierno del priista Javier Duarte poco caso ha hecho.

Los inconformes según la prensa veracruzana, estaban encabezados por el sacerdote Eduardo López Trujillo, párroco de San Martín Atlahuilco, y marcharon alrededor de 20 kilómetros hasta llegar a Orizaba. La manifestación se realizó el 28 de diciembre, el Día de los Inocentes, en la zona donde días después circuló el comunicado del denominado Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas.

La propaganda circuló a pocas semanas que inicie el proceso electoral que llevara en junio a elegir al sucesor de Javier Duarte, el cuestionado gobernador acusado de corrupto y cómplice en asesinato de periodistas.

En los 20 años del EPR

En realidad mientras no lleven alguna acción armada, ese supuesto grupo que apareció en Veracruz no deja de ser “guerrillas de fachada”, dice un oficial de inteligencia del ejército consultado al respecto y que pidió no ser citado por nombre ni rango.

Este tipo de manifiestos en ocasiones surgen en contextos de dificultades en el ámbito político, de gobernantes locales cuestionados, en principio habría que ver si no es un distractor, añade. La aparición del llamado Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas es diferente a lo que se vivió en 1996 y 1997 cuando surgió el EPR (Ejército Popular Revolucionario) y atacaron objetivos militares como cuarteles, destacamentos y convoyes militares.

En mayo de 1997 la emboscada a integrantes del batallón 93 de infantería en Guerrero, que en aquel entonces tenían su sede en Chilpancingo, hoy día está en Tlapa, quedó como un referente. Quizá por ello Guerrero forma parte de una experiencia valiosa en la obtención y análisis de información sobre estos grupos que podrían tener nexos con otras células en diferentes entidades del país, como por ejemplo Veracruz, señala esta fuente del ejército.

El general de división Juan Manuel Rico Gámez tiene fama al interior del ejército de manejar la información de inteligencia adecuadamente. Es posible que ya se tuviera información de ese grupo armado y lo hayan mandado a Veracruz por su experiencia en el manejo de información, añade. De la hoja de servicios del general resalta que en 1981 hizo el curso de administración para la instrucción de unidades pequeñas, en la Escuela de las Américas, en Fort Gulick, Panamá. Fue agregado militar entre 1989 y 1991 en la Embajada de México en Portugal. Y años después de 1996 a 1998 fue jefe de la Policía Judicial Federal Militar. Más adelante estuvo al frente de la sección séptima, inteligencia antinarcóticos, del Estado Mayor de la Defensa. En 2012 su nombre apareció como parte de un grupo de generales a los que la PGR investigaba, supuestamente por presuntos vínculos con el narco.

Contra la guerrilla en el ejército mexicano existen células especiales para acotar a esos grupos clandestinos, los controla directamente la subsección de asuntos especiales que depende de la sección segunda, inteligencia militar, del Estado Mayor de la Defensa Nacional.

“Hay que tener cuidado porque los pronunciamientos de esos grupos se dan en un contexto del hartazgo de la población por actos abusivos, cuidado, porque aparte de legítimo es un movimiento que podría crecer, el área de Zongolica es de influencia del EPR. Es una de las regiones que se ha mantenido bajo vigilancia desde 1996, al surgir el EPR, por los grupos de búsqueda que dependen directamente del Estado Mayor de la Defensa. Rara vez los integrantes de estos grupos revelan su identidad ante los comandantes de zona o región. A veces esos comandantes muestran recelo porque actúan en su jurisdicción sin que se tengan control sobre ellos. Se crearon para acotar al EPR, están distribuidos en varios estados como Guerrero, Puebla, Michoacán, Estado de México, Veracruz y DF. Lugares específicos como Iguala, Chilpancingo, Tlapa, Atoyac, Ayutla, Acapulco, Ometepec, Cruz Grande en Guerrero, es donde hay más despliegue. Morelia, Puebla, Tehuacán, Toluca, Huejutla en la huasteca de Hidalgo, también están desplegados estos grupos de inteligencia”, explica esta fuente.


Estas células están conformadas de cinco a seis militares para pasar desapercibidos. Operan en conjunto, con vehículos y armas de fuego. Se mezclan entre la población con cubierta de comerciantes, en ocasiones hasta de profesores rurales. No extrañaría que estos grupos hayan alertado sobre una posible manifestación, vía propaganda, de quienes se hacen llamar Ejército Revolucionario del Pueblo en Armas.

fuente.Juan Veledíaz
@velediaz424

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