Hay un joven de 23 años en una prisión de Nuevo Laredo,
México, al que todos llaman Montana. En su celda tiene colgado un póster de Al
Pacino en la película a la que pertenece su apodo. Pero Montana no es el típico
aspirante a Scarface. Según el periodista Ioan
Grillo, cometió su primer asesinato a los 13 años y
supuestamente mató a otras más de 30 personas en la década siguiente, mientras
trabajaba para la Mara Salvatrucha, antes de que lo encerraran. Pero Montana no
es un caso aislado de imitación —o incluso de superación— de las
vidas de los más famosos gánsters de la vida real y de ficción.
En su nuevo libro Gangster Warlords: Drug
Dollars, Killing Fields, and The New Politics of Latin America ,
Grillo deja claro que existen miembros de bandas como Montana, líderes de
cárteles, sicarios y miembros poderosos de organizaciones criminales en toda
Latinoamérica y el Caribe, no solo en México. Desde la banda
Shower Posse en Jamaica y el sindicato
Comando Vermelho en Brasil, pasando por todas las bandas
que proliferan en toda Centroamérica, hay innumerables pruebas de que
actualmente existen redes gigantescas de criminales prosperando en todo el
mundo. Y estos cárteles y bandas están dirigidos por un tipo moderno de
criminal que Grillo describe como "parte CEO, parte terrorista y parte
estrella del rock". Tipos violentos al estilo de Pablo Escobar que hacen que los
villanos de la cultura pop parezcan unos blandos.
Para escribir su libro, Grillo se situó en primera línea
de tiro en ciudades donde las bandas, los cárteles y la policía se enfrentan y matan entre sí a diario. El
reportero británico entrevistó a antiguos sicarios que cumplen condena en
cárceles mexicanas, acompañó a la policía por los suburbios de Venezuela armado
con un rifle e investigó a los Señores del Crimen en las favelas de Rio de
Janeiro y las chabolas de Kingston. Durante su investigación, Grillo se dio
cuenta que un nuevo tipo de criminal se estaba convirtiendo en la norma justo
delante de sus ojos. Un tipo forrado de dinero, con una milicia fuertemente
armada cubriéndole las espaldas, un tipo presuntuoso y arrogante que con
frecuencia saca músculo impulsivamente según el humor del que está. Para esta
especie de caudillos, la vida se ha convertido en un videojuego o una película
de gánsters en la que se reproducen todos los clichés de la cultura pop.
Grillo anteriormente escribió El Narco, en el
que explica cómo llegaron los cárteles mexicanos a obtener tanto poder a
mediados de la década de 2000. Gangster Warlordsva un paso más allá
y documenta una horrible realidad que se desarrolla en tiempo real. Platicamos
con Grillo sobre su nuevo libro y el futuro del narcotráfico en México y
Latinoamérica.
VICE: Hasta ahora habías hablado ampliamente de los
cárteles de drogas y la violencia en México, pero ¿cuándo empezaste a
investigar sobre lo que está pasando en otros países cercanos?
Ioan Grillo: Gracias a los 15 años que llevo en México documentando la violencia de los cárteles he llegado a saber que estos están conectados con otros lugares. Cuando te das cuenta de que se producen situaciones similares o incluso peores en muchos lugares de Latinoamérica y el Caribe, es fácil seguir el rastro de miguitas que te lleva desde los cárteles mexicanos hasta los gánsters de Honduras y Colombia. Puedes seguir el viaje que realizan muchas armas desde Estados Unidos y México hasta el Caribe. Existen conexiones físicas, pero también muchas similitudes en las distintas situaciones. No es casual que de repente la violencia relacionada con los cárteles en México mate a 17,000 personas al año y el crimen organizado también asesine a decenas de miles de personas en Brasil y Honduras.
Eso me llevó a tomar una perspectiva más amplia de lo que
sucedía. Ya había estado en los suburbios de Colombia y rápidamente me di
cuenta de que el cártel es la autoridad allí, el poder en la sombra de estos
guetos. Y lo mismo sucede en México. Pero luego empecé a ver otros
paralelismos, como en Jamaica, donde se han despejado las zonas entre los
diversos guetos. Si vas a Honduras, verás que ha sucedido lo mismo: las bandas
obligan a la gente a abandonar determinadas zonas para crear "zonas de
seguridad" entre sus territorios. Ves esas similitudes y empiezas a tener
una perspectiva más clara de cómo son estos líderes del crimen y en qué se han
convertido [por toda Latinoamérica].
¿Crees que muchos de estos grupos criminales y señores del
crimen organizado forman parte del legado de Pablo Escobar y están influidos
por él y por todo lo que hizo en la década de 1980?
Pablo Escobar y el cártel de Medellín crearon un modelo. En ese sentido, era un hombre adelantado a su tiempo. Sacó partido de los dólares procedentes del tráfico de cocaína y ganó más dinero del que tú y yo seríamos capaces de imaginar. Pablo dominaba el mercado de la cocaína, pero actualmente este se halla extendido por todo el continente, y sigue creciendo. Brasil es el segundo mayor consumidor de cocaína en el mundo, después de Estados Unidos, y ahora mismo es el primer consumidor de crack. En Brasil, vas a las favelas y ves que montan mesas en la calle y se sientan ahí a vender droga. Los jóvenes de esos países pobres, que carecen de oportunidades laborales y viven en esas chabolas, ven cómo los cárteles les ofrecen droga, dinero, mujeres —todo eso—, de modo que a los líderes de dichos cárteles no les resulta nada difícil reclutar sus propios ejércitos privados.
Dudus Coke, conocido como el Presidente, un traficante de
droga jamaicano que ahora mismo está encarcelado, es uno de ellos. Bunny
Wailer, el gran artista de reggae, escribió una canción sobre él
que se titulaba "Don't Touch the President" (No
toques al Presidente). Coke era un líder tipo CEO-estrella del rock que realizó
numerosas obras benéficas hasta un punto increíble. En la canción, Bunny Wailer
canta "A veces de lo malvado llega algo bueno para los pobres/¿No ves cómo
ha progresado el barrio?" Es como si dijera que el perverso dinero de las
drogas trae algo bueno. Al mismo tiempo, también hacía llegar un montón de
cocaína al Reino Unido y Estados Unidos. Lo hacía introduciendo la cocaína en
condones y estos en las vaginas de sus mulas, siempre mujeres, y llegaba a
haber hasta 30 de ellas en el mismo avión. La policía podía pescar a una o a
dos, pero aun así 28 o 29 conseguían pasar la droga.
Otro personaje en el que me fijé es Nazario "El Más
Loco" Moreno, antiguo líder de los Caballeros Templarios. Escribió su
propio texto religioso, titulado Pensamientos, y se le veneraba
como a un santo, incluso más allá del estatus de estrella del rock. Cuando la
gente creyó equivocadamente que había muerto, llegaron a rezarle. ¿Cómo puede
la gente rezar a alguien que trafica con metanfetamina? Me desplacé a su cuidad
de origen. En su día el hombre había llegado a creer que la gente que bebía
Coca-Cola era rica, porque él se crió siendo pobre y solo bebía agua del río,
pero se acabó adueñando de toda la zona.
¿Notaste la influencia de la cultura pop en alguno de
estos criminales y personajes?
Visité una prisión en Nuevo Laredo, México, donde el líder de una banda tenía una mesa de billar en su celda y un equipo de sonido para las fiestas. Sobre una de las paredes tenía un póster de tamaño natural de Al Pacino como Scarface. Entrevisté a este joven miembro de la Mara Salvatrucha, cuyo apodo es Montana. Es un tipo de 23 años que ha matado a 30 personas y que empezó a matar a los 13 años de edad. Me describió todos sus asesinatos y toda la locura que había rodeado su increíblemente violenta vida.
En Jamaica, a los criminales y capos se les denomina Don.
Entrevisté a un tipo, algo mayor que el anterior, de la banda Shower
Posse, con la esperanza de averiguar por qué. Me dijo que
empezaron a llamarse a sí mismos "Don" por Don Corleone cuando salió El
padrino.
Estando en Honduras, pregunté cuándo se habían vuelto tan
violentos estos tipos y alguien me dijo que fue después de ver la película Sangre
por sangre doblada al español. Todos los gánsters jóvenes se saben la
película de memoria.
¿Cómo se puede acabar con la violencia de las bandas y
los cárteles?¿Encontraste alguna solución durante tu investigación?
No podemos prohibir a los artistas que escriban y canten canciones sobre traficantes de droga, ni a Hollywood que haga películas sobe ellos. Las películas o los discos no son el problema. En cambio, la aplicación de la ley sí es parte del problema; la policía y el ejército forman parte de toda esa violencia. No pretendo echarles toda la culpa, pero claramente son más parte del problema que de la solución. En Estados Unidos hay ahora mismo mucha polémica por los asesinatos de afroamericanos a manos de la policía, pero en toda Latinoamérica y el Caribe los oficiales de policía asesinan a niveles muchísimo más altos que en Estados Unidos.
De modo que la lucha entre ambos es extremadamente
compleja.
Es un desastre en ambos lados. Los líderes de las organizaciones criminales tienen un destacado papel en las sociedades en las que dirigen sus imperios.
Atacan a los policías, lanzan granadas a la gente en
medio de las plazas, todo ese tipo de actos violentos. Pero también forman
parte de la cultura popular. Se escriben series de televisión y canciones sobre
ellos. ¿Nos fijamos en quiénes son estos personajes, en qué significan para la
sociedad, en cómo desafían al gobierno? Es muy extraño el modo en que todo esto
se vincula a la cultura popular y desempeña un papel en ella, especialmente
ahora mismo, con todas esas series de televisión como Narcos.
Estamos resucitando a Pablo Escobar en la tele mientras todo eso sigue pasando
en el mundo real.
Fuente.-
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