De los estados que tendrán elecciones en 2016, hay uno donde la inseguridad y violencia del narcotráfico prenden focos rojos y son factor de tensión. En Tamaulipas, a la guerra electoral por la gubernatura, Congreso local y ayuntamientos se suma la que libran los Cárteles del Golfo y de Los Zetas por el control de la entidad, que también marca e influye el proceso electoral, ya sea infiltrando o financiando campañas, o con la intimidación y el asesinato de candidatos, como ocurrió hace 5 años con el abanderado priísta Rodolfo Torre Cantú.
Sin conclusión oficial ni captura de los asesinos, la muerte de Torre Cantú, 28 de junio de 2010, fue parte de esa guerra que se libra hace años. Y fue la muestra más brutal de que, en ese territorio histórico del narcotráfico en México, nada escapa a la violencia del crimen organizado, ni siquiera la sucesión local, donde no faltan sospechas y señalamientos de narcotráfico y narcopolítica.
El candidato que encabeza los sondeos por la gubernatura, con 13% de intención del voto, es el senador Francisco García Cabeza de Vaca. Este panista, ex alcalde de Reynosa, es el candidato a derrotar por el PRI, y ya en 2010 fue un fuerte aspirante que se quedó en el camino. Esa ocasión, a pesar de la popularidad de Cabeza de Vaca, el PAN decidió no postularlo por “amenazas de violencia del narcotráfico” contra sus aspirantes.
Ese fue el argumento oficial, pero en altos niveles del panismo se dijo que la orden de “bajar” al de Reynosa fue directa de Los Pinos y se debió a información en poder del presidente Calderón de “vínculos oscuros” con Los Zetas que no resistirían el cuestionamiento en campaña. Hoy el senador de nuevo puntea en las encuestas con un discurso contra la inseguridad e ingobernabilidad en el estado.
Por el lado del PRI el más adelantado en las encuestas es el diputado Baltazar Hinojosa, presidente de la Comisión de Presupuesto en San Lázaro. Hinojosa tiene apoyo del secretario Luis Videgaray, por su trayectoria en el sector financiero, donde se formó al lado del ex gobernador Rogelio Montemayor Seguy. Baltazar, junto con Tomás Yarrington, fue parte de un grupo de jóvenes impulsados en sus inicios por Montemayor a nivel nacional y en Coahuila, que luego despuntaron en la política tamaulipeca.
A Hinojosa sus vínculos con Yarrington no lo ayudan, sobre todo ahora que el ex gobernador es requerido por la justicia de Estados Unidos por diversos delitos y que congresistas de aquel país piden la extradición del ex mandatario. Baltazar es considerado “el operador de Yarrington” y durante su sexenio fue secretario de Desarrollo Social, secretario de Educación, diputado federal y alcalde de Matamoros.
Pero si Hinojosa viene apadrinado por Videgaray, otros aspirantes del PRI también traen padrinos de grandes ligas. La diputada Paloma Guillén, presidenta de la Comisión de Gobernación en San Lázaro, es apoyada por el secretario Miguel Osorio Chong, quien impulsó a esa comisión a su ex subsecretaria. Otro priísta que trae promotor de lujo es Marco Antonio Bernal, apoyado por el dirigente del PRI, Manlio Fabio Beltrones. El gobernador Egidio Torre también tiene “gallo” y es el alcalde de Ciudad Victoria, Alejandro Etienne, y para cerrar la “guerra de titanes” está Alejandro Guevara Cobo, ex funcionario de la Presidencia y quien se dice que tiene el apoyo de Los Pinos.
Veremos cómo se deciden esas dos guerras en Tamaulipas: la de los políticos nacionales y sus prospectos, pero también la guerra de cárteles que ya enseñó una vez su cara más violenta con la muerte de un candidato a gobernador.
Fuente.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: