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viernes, 23 de octubre de 2015

...y el "CLIMA" también "CONSPIRO a FAVOR en ULTIMA FUGA del CHAPO"... el "hubiera" no existe.


Las condiciones metereológicas, tres mujeres y una niña salvaron a Joaquín Loera El Chapo Guzmán de ser capturado por la Armada de México.

Los servicios de inteligencia naval ubicaron el cinco de octubre pasado el lugar exacto en el que se escondía Guzmán. Se trataba de La Piedrosa, conjunto de cinco cabañas, ubicadas en una cima de la sierra duranguense.

La orden del alto mando naval fue, actuar de inmediato, sin embargo, las condiciones climáticas obligaron a abortar la misión para el siguiente día.

Dicen que el “hubiera” no existe, pero quizá la historia habría sido otra, si el operativo se hubiera realizada un día antes.

Cuando los marinos llegaron a la casa que ocupaba Guzmán, éste tenía minutos que había escapado hacia la brecha que lo llevaría a un riachuelo a una profundidad de casi un kilómetro. Pero no iba sólo, ya que llevó consigo a tres mujeres (se presume que eran sus cocineras) y la hija de una de ellas, además de tres de sus hombres de mayor confianza.

Los infantes de Marina alcanzaron a ver hacía dónde huyó, pero al ver que iba una menor de edad y las mujeres con él, se disipó cualquier intención de abrir fuego en su contra.

El Chapo no desaprovechó la oportunidad y se internó en la brecha hasta llegar al fondo en donde corre un riachuelo.

Los marinos descendieron hasta el riachuelo y se dividieron para continuar la persecución, pero fue en vano. La espesa vegetación de la zona y la profundidad del arroyo nulificaron el sobrevuelo de los helicópteros que tomaron parte en el operativo y el círculo de seguridad de tres kilómetros a la redonda que se implementó fue inútil.

Ahora, la pregunta que se hacen los marinos es: ¿Tomó camino rumbo a Cosalá o rumbo a la sierra?

En su momento se sabrá la respuesta, ahora los marinos tienen la tarea de fortalecer las acciones de inteligencia, con la tecnología de punta con la que ya cuenta, pero también con el trabajo de campo de decenas de marinos que peinan la sierra por tierra, recopilando información que una vez procesada y analizada se convierte en inteligencia.

Por otra parte, el trabajo de los marinos, encargados por el presidente Enrique Peña Nieto de encabezar la recaptura del prófugo más buscado del país, es vigilado día a día por los halcones que Guzmán tiene a lo largo y ancho de la sierra, en cada ciudad y cada población de la zona del Triángulo Dorado –en donde se produce gran parte de la mariguana y amapola en el país-, en la que convergen los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua.
Como lo constató éste reportero, tan pronto se mueve una unidad de la Armada de México por aire o tierra en la zona controlada por Guzmán, los halcones reportan cada movimiento. En los radios de comunicación en las que se capta la señal de los vigilantes del crimen organizado se identifica a los marinos como “los azules” o los del “ancla”.


La tarea es más que difícil, los mandos navales confían en que si capturaron al Chapo una vez, pueden hacerlo de nuevo.

fuente.-

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