Después de ver lo sucedido en Jalisco, ahora más que nunca tenemos que votar. Este país no puede continuar en la ingobernabilidad y es urgente un cambio de timón, un castigo en las urnas, un golpe electoral contra el PRI.
En las democracias modernas, los electores deciden castigar al gobierno que lo ha hecho mal, a veces sin importar la cuestión ideológica se vota por las personas, no por los partidos; otras más, se vota por los partidos y no por las personas. El caso es castigar a quién lo ha hecho mal.
Y este es el caso mexicano. El gobierno de Enrique Peña Nieto lo ha hecho tan mal que nos tiene al borde del abismo, no solo de la inseguridad en narcoestados como Tamaulipas, Jalisco o Guerrero, sino en el resto del país en la cuestión de la inseguridad, la económica y la social. México no puede seguir gobernado por ineptos que nos han demostrado su ineficacia desde que llegaron. Si no pueden, que se vayan de una vez.
Ahora sabemos que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es más poderoso que el Ejército, la Marina, la Policía Federal, la Policía Estatal de Jalisco, las policías municipales y el sistema de inteligencia Cisen.
Y prueba de ello, es el derribo del helicóptero Cougar MAT 1009, una escena al más puro estilo hollywodense de la película dirigida por Ridley Scott, Black Hawk Down. El problema es que asistimos estupefactos ante una realidad y no la ciencia ficción del séptimo arte. El poderío del CJNG obligó a los tripulantes del helicóptero a descender de emergencia. El saldo: tres soldados muertos, tres desaparecidos y 12 heridos.
Qué alguien del gobierno peñista nos explique ¿cómo es posible que un cártel de la droga nos muestre una coordinación de acción en 25 municipios de Jalisco, con siete muertos, tres desaparecidos, 39 bloqueos en calles y carreteras, 19 heridos, 19 detenidos y 36 vehículos robados e incendiados, 15 sucursales bancarias, una caja popular y cinco gasolineras? Y además que el llamado “efecto cucaracha” haya llegado a los estados vecinos de Colima, Guanajuato y Michoacán, Nayarit, Aguascalientes y puntos circunvecinos.
Estamos esperando las explicaciones del Señor que se sienta en la Silla del Águila. Queremos que nos diga, como un cártel puede ser superior al Estado en coordinación y acción bélica. Que nos explique el tipo de armamento que este poderoso cártel tiene para ser capaz de derribar un helicóptero. Y de paso, que nos detalle por qué el estado mexicano no ha capturado a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, jefe del CJNG.
La sociedad necesita respuestas de manera urgente. Queremos saber cómo es posible que este cártel se haya convertido en el más poderoso de México en tan solo cinco años. Que nos digan con cuántos gobiernos ha pactado para dominar en este lapso de tiempo ocho estados de la República. Y que finalmente nos ayude a comprender como es que el tal Mencho y su homólogo, su cuñado el Abigael González Valencia, alias el Cuini se han convertido en los narcos más ricos del mundo.
Ambos narcos fueron detenidos por Estados Unidos y luego liberados por ese vecino país dedicado al consumo de la droga manchada de sangre que se limpia al pasar la frontera. No solo eso, la Secretaría de la Marina detuvo al Cuini y luego lo liberó. ¿Cuánta corrupción hay en ambos países para permitir que estos narcos obtuvieran su libertad para reorganizar su cártel de la droga?
La DEA ha explicado en un reciente informe que tanto el CJNG como el de Los Cuinis son los más poderosos porque han conquistado los mercados de la droga en Europa, Asia o Medio Oriente. Y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo sabía y los dejó ir. Por supuesto, que ahora ya los incluyó en su “lista negra” de narcotráfico internacional, especialmente de metanfetaminas y cocaína.
El poderío del CJNG se extiende ya a ocho estados y seguramente superará al Cártel de Sinaloa en términos territoriales, estratégicos y delictivos. Si Joaquín el Chapo Guzmán se convirtió en el capo del sexenio de Felipe Calderón, todo indica que el cártel del sexenio será el Jalisco Nueva Generación y que tanto “El Mencho” como el “Cuini” serán los capos del sexenio de Enrique Peña Nieto. No hay otra forma de explicar su poderío, más que a través de la connivencia con las autoridades.
Y volvemos al tema del helicóptero. Derribar uno de esos vehículos militares no es algo fácil. Se requiere entrenamiento militar y por supuesto buena puntería, pero en especial, se necesita un poderoso armamento como el lanzacohetes tipo RPG (Rocket Propelled Grenade), una arma, muy utilizada en conflictos bélicos de Medio Oriente.
Enrique Peña Nieto nos debe muchas explicaciones y algunas respuestas, en especial esta: ¿Es el Cártel Jalisco Nueva Generación más poderoso que su gobierno fallido?
Fuente.-@SanjuanaMtz
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