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sábado, 11 de diciembre de 2021

"CAYÓ y CALLÓ": LIDER NACIONAL ANTI-AMLO DIJO "FIJATE lo que TE VOY a DECIR y...QUE se CAE el CUADRO de la VIRGEN de GUADALUPE"...ahora lo interpreta como una señal a su conveniencia.



Durante una transmisión en vivo en Facebook, el líder del Frente Nacional Anti AMLO (Frenaa), Gilberto Lozano, protagonizó un curioso momento al ser sorprendido por un cuadro de la Virgen de Guadalupe cuando estaba por decir algo "bien importante".

El también empresario estaba hablando de la revocación de mandato en contraa del presidente Andrés

Manuel López Obrador -el cual tendrá lugar el 10 abril de 2022- y el mal uso de la Virgen por parte de Morena, pero el cuadro que se encontraba a espaldas de Lozano lo golpeó por la espalda.

"En los... Fíjate lo que voy a decir, es bien importante esto...", dijo Lozano González, cuando la imagen de La Guadalupana se cayó del soporte donde estaba recargada. "Santa María purísima, disculpa, reina madre, la quité de una pared, disculpen, me duele lo que pasó", agregó luego del momento.

Lozano refirió que la caída, "sin ninguna razón", de la imagen religiosa es una "señal enviada". "La señal enviada al caerse la Virgen sin ninguna razón, ocurrió exactamente cuando me queje DE QUE UN PARTIDO POLÍTICO USE SU NOMBRE. Maratón por la verdadera MORENA nuestra Reina Madre La Virgen de Guadalupe", escribió Lozano como título de la grabación de poco más de 12 minutos.

El video fue viralizado en Twitter por el periodista Jairo Calixto con muchos comentarios de internautas principalmente de burla al líder anti-AMLO.

Lozano lanzó la convocatoria a través de sus redes sociales de la siguiente manera: "MARATÓN en homenaje a nuestra Reina Madre. Acabemos con la falsa MORENA. Han estado atacando a lideres religiosos de la Fe Católica. En su nombre vamos x 500 mil firmas de aquí al 12 de Dic. Ayúdanos COMO auxiliar, da clic en este chat".

fuente.-

"ERASMO ANDABA BIEN VOLADO con CARMONA": ATIZAN "VINCULOS" de DIPUTADO y LIDER NACIONAL de MORENA VINCULADOS a EJECUTADO en SAN PEDRO...pa'que volteen a verlos y ya no volteen a Cabeza de Vaca.



El diputado que preside la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados, Erasmo González Robledo, originario de Tamaulipas, es el eslabón que conecta al partido Morena, tanto a su dirigente nacional, Mario Delgado, como a varios políticos locales, entre ellos aspirantes de ese partido a la gubernatura, con el mundo delincuencial tamaulipeco. Aunque hasta ahora el legislador ha guardado silencio y ha bajado su perfil, su papel para entender cómo el partido de López Obradorse vinculó con personajes de dudosa reputación y obtuvo de ellos financiamiento ilegal, es clave.

APUNTAN A MORENOS PARA QUE DEJEN DE APUNTARLE AL TRUCO Y CABEZA DE VACA:


Fue Erasmo, quien con su cercanía personal y familiar con los hermanos Carmona Angulo, introdujo a ambos empresarios en las cúpulas morenistas y los volvió sus financieros de campañas para que costearan las campañas del partido oficial en los comicios locales de 2021. Fue el mismo González Robledo quien presentó a Mario Delgado, líder nacional de Morena, con el empresario Sergio Carmona Angulo, asesinado el pasado 22 de noviembre en Monterrey y vinculado por la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas con actividades de contrabando ilegal de gasolina desde Estados Unidos, mientras que la Unidad de Inteligencia Financiera los investigó también por lavado de dinero del narcotráfico.

El diputado que recientemente fue ratificado, por recomendación de Mario Delgado, como presidente de la citada Comisión de Presupuesto, que ocupó tanto en la pasada legislatura como en la actual, se volvió un cercanísimo operador y amigo del dirigente nacional morenista. Erasmo fue clave en los triunfos y el enorme avance que Morena logró en las elecciones del 6 de junio de este año en Tamaulipas, donde además de los distritos federales, en los que ganó 7 de 9, arrasó también en el Congreso local con 16 de los 22 distritos, y le ganó al PAN y al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca la mayoría de los municipios importantes del estado, tanto en el norte con Reynosa, Ciudad Victoria y Matamoros, como en el sur con Ciudad Madero y Altamira.

Parte fundamental para esos triunfos fue el dinero que los hermanos Carmona Angulo, especialmente Sergio, le inyectaron a las campañas de los candidatos morenistas, a las que Mario Delgado les dedicó especial atención con varias visitas al estado durante aquellos comicios, como la que realizó el 28 de mayo, justo el día en el que el propio líder morenista denunció con un video en sus redes sociales, que una camioneta con sujetos armados con armas largas le cerraron el paso al vehículo en el que viajaban él, la senadora Lupita Covarrubias y el mismo diputado Erasmo González.

Lo único que no dijo en aquel video Delgado, donde denunciaba la violencia en Tamaulipas y pedía ayuda de la Guardia Nacional, fue que la camioneta en la que viajaba le había sido prestada justo por el empresario Sergio Carmona Angulo, convertido en ese momento en el principal financiero de su partido en aquellas campañas.

LOS VUELOS DE MARIO Y ERASMO CON CARMONA 

Pero la relación tan cercana que fomentó Erasmo González entre Mario Delgado y Sergio Carmona no comenzó en las campañas de 2021. Ya en 2019 hay registros de ese vínculo estrecho, basado en el financiamiento que Carmona otorgaba al entonces líder de la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados y que a la postre sería electo dirigente nacional del partido oficialista en 2020.


De acuerdo con dos bitácoras de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de las cuales tiene copia esta columna, Mario Delgado y Erasmo González volaron en al menos dos ocasiones con Sergio Carmona en un avión privado tipo Hawker 800 SP, con matrícula XB-PND. El primer vuelo se realizó el 3 de marzo de 2019 y tuvo una duración de 30 minutos, en los que los tres tripulantes, según la bitácora de vuelo, sobrevolaron el espacio aéreo de la Ciudad de México, saliendo del aeropuerto civil, pero sin ningún destino específico, en lo que se especula pudo tratarse de una reunión privada en el aire.

El segundo vuelo, de acuerdo con la bitácora oficial, tuvo lugar el 20 de marzo del mismo año con el mismo avión y en esa ocasión otra vez Delgado, Erasmo y Carmona volvieron a sobrevolar por el Valle de México, pero esa vez con duración de 1 hora con 10 minutos. ¿Qué tipo de asuntos tendrían que tratar el entonces líder de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, el diputado que ya entonces presidía la estratégica Comisión de Presupuesto y el empresario vinculado a contrabando ilegal de gasolina y lavado de dinero y asesinado dos años después en San Pedro Garza, como para esconderse y hablar a bordo de un avión privado que no iba a ningún lado?.

EL HECHO ROBUSTECE LA HIPOTESIS DEL ASESINATO POLITICO:


De los asuntos privados que trataban esos tres personajes, dos de la política nacional y local y uno vinculado a actividades delincuenciales en Tamaulipas y Nuevo León, sólo este último ya no puede hablar, porque lo callaron de dos balazos mientras estaba sentado en una barbería sampetrina. Pero los otros dos tendrían mucho que hablar y explicar sobre los vínculos cada vez más “calientes” que está teniendo el partido gobernante con personajes que lo mismo se vinculan a actividades empresariales ilícitas que a Cárteles de la droga en varios estados de la República. ¿Cuándo empezará a hablar el diputado que tiene el mismo nombre que aquel filósofo y teólogo de la Edad Media del que hablara Umberto Eco en su novela El Nombre de la Rosa? Aquel Erasmo era de Rotterdam, este del sur de Tamaulipas.

fuente.-Salvador Garcia Soto/(imagenes/twitter)

EL "ODIO a JUAN GABRIEL y los NEXOS de 1 HIJO con el NARCO": LOS "CLAROSCUROS" del CHARRO de HUENTITAN VICENTE FERNANDEZ...una leyenda en apuros con la salud.



Por debajo de su sombrero de charro de pelo de liebre, sus largas patillas y bigote negro, asomaba siempre una barriguita parrandera. Vicente Fernández nunca se pareció a su ídolo, Pedro Infante: de cintura minúscula y estilizada. La esencia de la seducción que Chente supo explotar procedía de su concepto de virilidad: “Un mariachi o es guapo o es macho”. Y con esta premisa por bandera, tanto encima como fuera de las tablas, construyó su historia. No soportaba al que durante años compartía con él la herencia de la música ranchera —los únicos ídolos vivos entonces del género—Juan Gabriel, porque era homosexual y peor aún, amanerado. 

Tampoco dudó nunca en considerarse públicamente como un mujeriego y alardear de sus conquistas, aunque su esposa, María del Refugio Abarca, Cuca, lo esperara siempre en casa tratando de sostener los frágiles pilares de aquella familia. El secuestro de su hijo mayor y los vínculos con el cartel de Sinaloa del mediano son algunos de los episodios de la vida de Chente que desvela Olga Wornat en El último rey, la biografía no autorizada del máximo exponente de la música típica mexicana.

La autora argentina, que ha publicado otras biografías polémicas como la de Felipe el oscuro (Planeta, 2020) —sobre la vida del expresidente Felipe Calderón— o la de Marta Sahagún, La jefa (2003), esposa del expresidente Vicente Fox, decidió escribir sobre Fernández como un homenaje a su madre. El libro abarca desde el nacimiento del intérprete en una zona rural a las afueras de Guadalajara (Jalisco) el 17 de febrero de 1940, Huentintan El Alto, hasta la caída que sufrió en agosto a sus 81 años que le provocó un golpe en las cervicales, lastimándose la médula y dejándolo sin movilidad en brazos y piernas. Estos días se encuentra estable, en fase de recuperación.
La escritora argentina Olga Wornat, publicó recientemente la biografía no autorizada ‘El último rey’ de Vicente Fernández.

La biografía de Wornat arranca con el que, según la autora, supone el momento más traumático de su vida, el secuestro de su hijo Vicente júnior de más de 121 días en 1998 y la posible participación en él del villano del libro, Gerardo Fernández.

Pregunta. ¿Por qué decidió hacer una biografía no autorizada?, ¿qué problemas le planteó hablar con la familia o con él?

Respuesta. Yo no tuve el aval de la familia, no porque me dijeran que no, sino porque yo quise dejar esto bien sentado: no es un cuento de hadas, no es una historia rosa. Teniendo en cuenta que Vicente Fernández es quizás la última leyenda de la canción mexicana, lo que quise contar era la historia del hombre. Quién estaba detrás de esa leyenda, detrás del ídolo de masas, que logró juntar en el Zócalo a mucha más gente que Shakira o cualquier otro grupo de rock. Y que cuando ibas a un recital suyo, aparecía ese gran machote mexicano, con botas, pistola al cinto. Fui muchas veces a Guadalajara, hablé con mucha gente cercana a él, todo el mundo lo conocía. Hablé con los músicos que trabajaron con él, cantantes... Entrevisté a muchísima gente. Cuando intenté entrevistar a la familia, que en este caso tienes que pasar por Gerardo Fernández, que es su hijo mediano, que le maneja desde hace tiempo sus negocios y es prácticamente su mánager, por poco me tira el teléfono. Fue muy grosero. Yo ya había comenzado el capítulo del secuestro de Vicente júnior, el mayor.

P. En el libro desliza a un villano que no se termina de desarrollar. Insinúa que Gerardo tuvo relación directa con el cartel de Sinaloa.

R. Gerardo es un personaje que descubro mucho antes de comenzar el libro. En Guadalajara me decían: “Para llegar a Vicente, tienes que hablar con Gerardo. Pero ten cuidado porque Gerardo es peligroso”. Esa era la frase. Y, por otra parte, los cantantes y grupos cercanos tanto a Alejandro Fernández como al padre, le tenían temor. Y cuando accedo a fuentes internas de la familia, las cuales las tengo grabadas, ahí comienzo a descubrir el temor de Vicente júnior hacia su hermano del medio, el pánico que lo paralizaba. Sí, es el villano de la historia. Por el manejo muy particular de Gerardo del dinero de la familia, él manejaba su carrera y sus cuentas bancarias y esto genera todo un conflicto dentro de la familia. Además del manejo del rancho, del restaurante Los tres potrillos. Y desde hace muchos años comienzan las relaciones de Gerardo con el cartel de Sinaloa, con Nacho Coronel [conocido narcotraficante de Jalisco vinculado al cartel de Sinaloa], de quien era muy amigo y con quien se frecuentaba con mucha asiduidad.

P. ¿Qué certeza tiene de eso?

R. Lo tengo documentado con testimonios internos de la familia, porque la familia lo sabía. Y con testimonios externos. Que en México no significa una gran cosa, vamos a ser claros. Y menos en Jalisco. El Estado es tierra no solo del tequila y el mariachi, sino también es donde nace el cartel de Guadalajara. La historia no es una biografía de Gerardo, pero sí lo deslizo, y sí está ahí. Nacho Coronel cae abatido por el Ejército en 2010 en Jalisco en una época tremenda de la guerra contra el narco [de 2006 a 2012], pero todos los vecinos te lo cuentan, se veía mucho con Gerardo, iban al rancho o a comer. Nacho Coronel le compraba caballos. Es una relación casi natural, los cárteles necesitan vincularse con lo popular, con los cantantes, lo hizo Pablo Escobar.

P. Sí, pero no vincula a Vicente Fernández directamente con el narco, ¿o sí estuvo relacionado?

R. Busqué pero no hubo una sola persona que me lo confirmara. Pero que Chente sabía, sí sabía. Pero hizo la vista gorda. Cuando secuestran a Vicente júnior, cuentan varios testigos que, a través de Gerardo, el cartel de Sinaloa les ofreció asesinar a todos los secuestradores. Vicente se negó. Pero existe como una relación sinuosa, siempre al filo. El hijo de José Gonzalo Rodríguez Gacha, el jefe del cartel de Cali, cuenta en su libro que Vicente Fernández y Juan Gabriel fueron a cantar en un cumpleaños en Colombia. Y está el caso del cantante Joan Sebastian, que era íntimo de Vicente Fernández. Se visitaban en los ranchos y además Alejandro Fernández era como su ahijado. Pero él no solo tenía una investigación por narcotráfico, en su rancho se celebraban fiestas con menores de edad que secuestraban en Guatemala. Yo me pregunté: “¿Cómo Chente no podía saber esto?”. Quizás no lo quiso saber o no lo quiso mirar, no tengo la certeza porque justo él se enfermó y no le hice esa pregunta y nadie nunca se la hizo. Ni a él ni a Alejandro.

P. Menciona en su libro el lavado de dinero de la familia. ¿Hasta qué punto cree que estuvo involucrado Fernández?

R. La gira de despedida de Vicente Fernández fue muy traumática, sobre todo en su gira España. Donde llega a haber una investigación de la DEA y de la policía española por lavado de dinero. Eso quedó siempre ahí. Vicente dijo: “Yo no tengo nada que ver, yo no cobré”. Pero Gerardo depositó la gestión en un personaje muy turbio que se llama Andrés Barco, ligado al narco en Colombia, de Total Conciertos, especialista en lavado de dinero. Investigaron un desvío de cinco millones de dólares en la gira de España. Y después Gerardo lleva a Barco al rancho y termina Vicente como padrino de su hija. Eso ensució la gira de despedida de Chente. Es muy difícil creer que un personaje de su talla vaya a cantar y no cobre. En ese affair estuvo también involucrado Messi, con el mismo personaje, pero el padre de Messi admitió que habían lavado dinero.

P. Llega a insinuar que Gerardo tuvo que ver en el secuestro de su hermano mayor, Vicente.

R. Curiosamente hasta el día de hoy Vicente júnior sigue sospechando que su hermano Gerardo tuvo algo que ver con su secuestro. Es terrible esto. Se supone que por el dinero y por maldad. Por eso yo lo considero a Gerardo un psicópata, por todo lo que me comentó la familia. Una persona sin empatía, capaz de las peores cosas. Me costó mucho reconstruir el secuestro, es la primera vez que se cuenta con tanto detalle, porque hay secuestradores presos y todavía hay miedo. A Vicente júnior le cortaron dos dedos, vive todavía con estrés postraumático.

P. ¿Por qué Fernández continuó con sus giras durante esos 121 días de secuestro?, también Alejandro.

R. Tenían que seguir dando conciertos, cuando había un secuestro, se mantenía casi en secreto. Y además porque fue una exigencia de los secuestradores de que siguieran actuando como si ahí nunca hubiera pasado nada o lo mataban. Además, necesitaban cash, [los secuestradores llegaron a pedir 10 millones de dólares].

P. Menciona en el libro que Vicente no soportaba a Juan Gabriel, siendo ellos dos hasta la muerte del Divo de Juárez en 2016 los únicos exponentes vivos del género, ¿de dónde nacía ese odio?

R. Tiene que ver con las características personales de Vicente Fernández, también había mucho de competencia. Él no soportaba a Juan Gabriel, porque era gay y Chente era un hombre de otra época y tenía mucha cosa de homofobia, esto me lo confirma Javier Rivera, que fue representante de muchos artistas mexicanos que los llevaba de gira por Estados Unidos. Era un hombre cautivo de otra época.

P. Otro personaje secundario muy importante en su libro es la esposa de Vicente, María del Refugio Abarca, conocida como Cuca. ¿Qué significó Abarca para la vida del cantante?

R. Cuquita es el prototipo de la mujer mexicana. Para ella fue el primer novio, el primer amor. Se conocieron muy jóvenes, muy pobres y aguantó absolutamente todo en la vida de él. Aguantó la miseria más tremenda, le costó mucho tener a sus hijos, perdió a cuatro en el camino, y después cuando Vicente llega y triunfa, la típica: todas las mujeres del mundo. Y aguantó todas las infidelidades, todas. Las supo. A tal punto de que cuando él tiene este hijo extramatrimonial con esta larga relación con Patricia Rivera, actriz, Cuquita lo recibe en la casa y lo perdona. Y casi lo adopta como si fuera suyo. También es el prototipo de una mujer de otra época, cuando no tenían voz. Ella quiso estudiar, pero él no le dejó. Vivió con muchos dolores, y gran parte de los problemas de salud que tiene ahora son producto de los sufrimientos que tuvo con él, las humillaciones públicas con las amantes, porque todas eran públicas y además él lo contaba. Y después, los problemas con los hijos. Fue una mamá presente y eso contuvo a la familia.

P. Comenta en el prólogo que la biografía es también un homenaje a su madre, fan de Chente y de las rancheras, ¿cree que le hubiera gustado leer tantas sombras de su ídolo?

R. Es lo que ella hubiera querido leer. No hubiera querido una historia perfecta, rosa. Estas historias son las que de verdad existen.

Fuente.-Elena Reina/

"ERA un BULTO de GENTE MUERTA y SALI de entre MAS de 20 CADAVERES": HABLAN "SUPERVIVIENTES de la TRAGEDIA MIGRANTE en CHIAPAS"...entre mas los acecha el gobierno y el crimen, mas se arriesgan a morir.



Unas dos horas llevaban encerrados en la parte de atrás del camión. Hacía más de 30 grados de calor, y apenas una pequeña abertura en el techo de la caja del transporte les permitía librarse de caer asfixiados. Eran unas 150 personas que viajaban hacinadas con destino a Puebla. La mayoría había partido de Guatemala, otros de Honduras, Ecuador y República Dominicana. Todos buscaban lo mismo: llegar de cualquier forma a Estados Unidos. 

PROTEGIDO DE CABEZA DE vaca:


Pero el vehículo, que iba a 100 kilómetros por hora, volcó y se estrelló contra un puente en Chiapa de Corzo, en el Estado de Chiapas. El camión “tronó” y comenzaron los gritos, cuenta a EL PAÍS un grupo de supervivientes de la tragedia que dejó 55 fallecidos y 107 hospitalizados en el sur de México. “Era un bulto de gente muerta”, cuenta Celso Pacheco, uno de los heridos, “tuve que salir de entre 20 cadáveres”.

MUCHO DINERO EN EL JUEGO DE LA MUERTE:


Minutos antes del accidente, los migrantes ya habían sentido que el camión iba a gran velocidad. Pacheco, un guatemalteco de 33 años, viajaba solo pero se había hecho amigo en el viaje de otros migrantes. El vehículo se movía tanto, que los zamarreaba de un lado a otro, recuerda. Ellos iban tranquilos, bromeando, hasta que el camión se salió de control y en el impacto contra un puente peatonal el compartimiento se despedazó y algunos salieron volando. Los fierros del camión quedaron aplastados como si fuera un acordeón, y muchos perdieron su vida aplastados por la misma masa de gente.

“Unos sobre otros terminaron”, dice desde los pasillos del centro de salud de Cruz Roja en la zona, donde 34 migrantes fueron hospitalizados. Él mismo sintió como si le cayera un lastre encima. Para poder respirar tuvo que abrirse paso entre una veintena de cuerpos. “Salí y perdí el conocimiento. Unas personas que estaban ahí me dieron agua, pero me costaba mucho respirar. Había gente muerta, unos gritando, otros revolcados ahí. Fue increíble”.

Rubén Emerson, de 23 años, se despertó a 30 metros del camión. Hubo un momento en que todo se puso oscuro y su cuerpo salió despedido del impacto, relata desde un hospital con los pasillos copados de migrantes recostados en colchonetas en el piso. Emerson no recuerda, sin embargo, el golpe. Solo que abrió los ojos y estaba recostado boca abajo en la carretera. En cuanto pudo ponerse de pie salió a buscar a su primo, con quien había iniciado el viaje el martes pasado desde Quiché, en el norte de Guatemala. “Lo encontré después, cuando sacaron muchos cuerpos, ahí estaba tirado”, dice. Ahora cree que su primo está muerto, aunque las autoridades no se lo han confirmado todavía.

Las cifras sobre cuántos migrantes eran, qué nacionalidad tenían y quienes son los fallecidos son difusas de momento. La lista con los nombres de los muertos en la tragedia aún no termina de armarse porque muchos viajaban sin documentos y no hay quién los identifique. Lo mismo sucede con los niños que viajaban en el camión, de quienes aún se desconoce cuántos eran y de dónde venían. Una portavoz de Cruz Roja informó que solo en su centro de salud había una decena de menores de edad hospitalizados. Tampoco se ha informado hasta el momento si hay niños entre los muertos.

El Gobierno de Guatemala, que envió una comitiva de altos funcionarios a Chiapas, afirmó la tarde de este viernes que el reconocimiento de los cadáveres no había finalizado. “Estamos pendientes de saber cuáles y quiénes son los guatemaltecos, ya que muchos no venían con documentos”, comentó el canciller, Pedro Brolo, a las afueras de uno de los hospitales en Chiapas que atendió los casos más graves. Más de 24 horas después de la tragedia solo han trascendido los nombres de cuatro personas fallecidas. La tarde de este viernes Brolo viajó a Ciudad de México para dar una conferencia de prensa con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard. Ambos anunciaron la creación de un grupo internacional de lucha contra el tráfico de personas.

Mientras las autoridades atajan las consecuencias del endurecimiento de la política migratoria, que ha forzado a miles de migrantes a moverse por vías más inseguras y más clandestinas, grupos de guatemaltecos comienzan a llegar al sitio del accidente para preguntar por sus familiares. Vienen de su país sin poder confirmar aún si sus hijos, padres y hermanos viajaban en el camión de la tragedia. Vienen a buscar los cuerpos y a llevárselos de vuelta a casa.

fuente,-Diario Español/

"DICE la CANACAR": QUE ERA "CLONADO" el TRAILER de la MUERTE que PASO por CUATRO RETENES MILITARES y POLICIACOS "SIN QUE PASARA NADA"...y es solo1 de cientos mas.



La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) señaló que el tráiler que se volcó este jueves en la carretera Tuxtla Gutiérrez-Chiapa de Corzo, en Chiapas, era una unidad clonada.

Este accidente causó la muerte de al menos 55 migrantes.

Refugio Muñoz, vicepresidente de la Canacar, indicó que en el camión accidentado se clonó la imagen de la empresa transportistas Z Transportes S.A. de C.V., actualmente afiliada a la Cámara.

"No es la primera vez que se utilizan camiones clonados de carga y pasaje para el traslado de migrantes.

"Las bandas que se dedican a este tipo de ilícitos clonan los logotipos de empresas de reconocida solvencia", expuso.

Cuando han sido identificadas las unidades, agregó, se descubre que son vehículos que no pertenecen a la razón social que ostentan, porque las placas de los tractocamiones y de los remolques están registrados con el nombre de otra empresa.

"El camión que se accidentó usa el logo de la empresa, pero la razón social no es la misma, por ejemplo, en las imágenes que circulan podemos ver que en la puerta del vehículo se lee que dice Z Transportes Público, que es similar a la razón social que oficialmente se llama Z Transportes M.A. de C.V.", comentó.

Muñoz indicó que aunque han sido pocos los eventos en donde se han utilizado los camiones de carga y de pasaje (alrededor de 4 en el año) para el traslado de migrantes, es urgente que se refuerce la vigilancia en las carreteras para detectar unidades clonadas.

"Este fue un vehículo que pasó por varios filtros y que logró evadirlos. Eso nos indica que hay que reforzar la vigilancia en carreteras.

"Además, con frecuencia vemos que los vehículos que se utilizan para el traslado de migrantes son viejos y con malas condiciones físico-mecánicas"; apuntó.

Para Miguel Guzmán Negrete, director del Centro de Experimentación y Seguridad Vial México (Cesvi), el accidente ocurrido Chiapas es el más mortífero y grande en México en muchos años.

"No tenemos registro de que haya pasado un accidente de esta magnitud en años anteriores recientes", dijo.

Indicó que en México fallecen 44 personas diariamente en accidentes viales a nivel nacional y hay 2.5 millones de choques al año, con 40 mil lesionados, por lo que urgió que México tome medidas para combatir las accidentes de tránsito.

"Desde 2018 estamos empujando porque se apruebe la Ley de Seguridad Vial en México, con la cual justamente se busca evitar tener este tipo de tragedias", apuntó.

Dijo que, de acuerdo con datos de la Guardia Nacional (GN), en 2020, el autotransporte federal y privado se vio involucrado en 3 mil 446 accidentes de tránsito en las carreteras en México, en los cuales mil 610 personas salieron lesionadas y 739 fallecieron.

En los siniestros, el camión unitario participó con el 19 por ciento, el articulado con 50 por ciento, articulado con residuos peligrosos, 3 por ciento; el autobús, 9 por ciento; doble articulado, 17 por ciento y doble articulado con residuos peligrosos, 2 por ciento.

fuente.-

"INUTILES y ADEMAS CORRUPTOS": "TRAILER de la MUERTE" PASO por RETENES de la GUARDIA NACIONAL,MIGRACION y POLICIAS pero ! NADIE VIO NADA de NADA!...porque dinero siempre va por delante abriendo cerraduras.



El tráiler que se volcó el jueves con más de 160 migrantes en Chiapas cruzó por al menos tres puntos de revisión de autoridades de Guardia Nacional, Migración y policiacas sobre la carretera San Cristóbal de las Casas-Tuxtla Gutiérrez y nadie lo detuvo.

En un recorrido hecho ayer por Grupo REFORMA por la ruta que siguió el camión se detectó un retén con presencia de dos agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y seis de la Guardia Nacional en el kilómetro 46 de la autopista 190D, a poco menos de 1 kilómetro de San Cristóbal de las Casas, localidad de donde salió el vehículo con los migrantes.

En este sitio, agentes del INM regularmente inspeccionan vehículos de transporte público, particulares y de carga, incluyendo tráileres. Aparentemente no ocurrió eso con el siniestrado el jueves.


Otro retén del INM y de la Guardia Nacional se coloca usualmente justo antes de la caseta de peaje de Chiapa de Corzo, municipio donde ocurrió el accidente, pero este viernes no se observaron agentes en el punto.

Kilómetros más adelante, también en Chiapa de Corzo, se pudo ver otro retén de la Policía estatal en el que hasta 14 agentes detienen y revisan aleatoriamente todo tipo de vehículos, incluso tráileres.

Un guatemalteco que pidió el anonimato y que sobrevivió al accidente relató ayer que el grupo de migrantes abordó el tráiler en San Cristóbal de las Casas.

Dijo que de esta ciudad salieron dos tráileres y calculó que transportarían unas 200 personas cada uno.

De acuerdo con el sobreviviente, 10 minutos antes de la volcadura el tráiler se detuvo y los "coyotes" que venían en el interior les pidieron callarse.

El guatemalteco está convencido de que era un retén y que los choferes sobornaron ahí a los agentes migratorios.

Irineo Mujica, activista que dirige la caravana de migrantes que se dirige a la CDMX por la autopista México-Puebla, dijo que es imposible que el INM y policías no hubieran detectado el tráiler.

"No pueden pasar sin el amparo de la corrupción, del Instituto de Migración y de la Policía Estatal", dijo.

El Comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, confirmó que los migrantes iban ocultos en la caja desde San Cristóbal, pero dijo que no pasaron por algún retén.

fuente.-

"TORTURAN,SECUESTRAN,MATAN y TE DESAPARECEN": ACUSAN al "GATE" ELITE de la POLICIA del GOBERNADOR ALIADO de CABEZA de VACA de ser un "CARTEL"...una copia al carbon del "GOPES MATAULIPECO".



Osvaldo Martínez palpa un muro para analizar algunos de los cincuenta impactos de bala que lo salpican. Su hijo Billy desapareció hace siete años y en su búsqueda, además de ser secuestrado y torturado por la policía, ha aprendido sobre armas. “Es un paredón”, concluye sin temor a equivocarse mientras raspa el concreto con sus dedos.

El muro es parte de la entrada de una caballeriza a medio construir. Está situada en una hacienda a las afueras de Piedras Negras, una ciudad fronteriza con Estados Unidos que debe su nombre a los yacimientos de carbón y su fama a la violencia y al tráfico de drogas y migrantes y armas.


Los Zetas, el grupo criminal fundado por exmilitares de élite del ejército mexicano que controlaba la zona hasta 2012, utilizó este predio como fosa común.

El grupo de élite de la policía estatal de Coahuila, creado para combatir al cartel, también lo ha usado para deshacerse de los cuerpos de sus propias víctimas, según testimonios de expolicías, vecinos de la hacienda y carpetas de investigación de la fiscalía del estado, entre ellas la de Billy.


Roberto, un exintegrante de este comando policial, cuenta en una entrevista que él y otros agentes mataron a un hombre a sangre fría en un retén en 2014 y que acabó enterrado bajo esta tierra para que las matanzas pasadas de Los Zetas camuflaran el asesinato presente de los policías.

“Eran dos malandrillos que traían un arma y sí traían droga, pero era para consumo de ellos. Al otro lo agarramos y lo pusimos a disposición. Y a ese que le disparamos (en el hombro), pues ya, a ese sí lo matamos”, dice Roberto, que pide guardar su identidad porque teme que los que un día fueron sus compañeros lo ejecuten.

Osvaldo Martínez y otros cuatro familiares de desaparecidos encuentran sobre el pasto seco jirones de tela, pilas, tierra removida, una zanja abierta. Algunos vecinos se acercan curiosos para preguntar qué hace un grupo de gente en la hacienda esta mañana de octubre de 2021; lo único que han presenciado en ella durante años son personas tirando cuerpos por la noche.


El caso de Billy es apenas una de las más de 100 denuncias de desaparición forzada atribuidas a este grupo que la abogada Ariana García del Bosque, asesora legal de muchas víctimas, ha presentado ante la fiscalía. Solo desde 2014, de acuerdo con el libro de gobierno de la zona norte de Coahuila —un registro del ministerio público— al que ha tenido acceso este periodista, hay al menos 256 casos abiertos contra la policía de élite: amenaza, robo, allanamiento, secuestro, desaparición y homicidio.

La historia oficial de la llamada guerra contra el narcotráfico —que cumple 15 años con récord de militares en las calles y cerca de 400,000 asesinados— cuenta que en Coahuila se produjo uno de sus pocos éxitos: Los Zetas, señalados como el cartel más sanguinario de México, fueron derrotados por las fuerzas de seguridad del Estado, entre ellas una policía de élite con entrenamiento militar y varios exintegrantes del Ejército y la Marina en sus filas, que en aquel momento ya se había rebautizado como Grupo de Armas y Tácticas Especiales (GATE).

Desde entonces, dicen las autoridades, ningún grupo del crimen organizado controla esta parte de la frontera. Cuando se ha pedido entrevista con ellas, la respuesta en todos los casos, a excepción de la comisión de búsqueda, ha sido el silencio.

“En Coahuila te pueden decir que no hay cartel. En Coahuila esos cabrones (los policías de élite) son el cartel”, dice Sebastián, que cuenta su pasado de cinco años con los GATE como una sucesión de tráfico de armas y drogas, enfrentamientos fingidos, escenas de crimen alteradas y extorsión, secuestro y tortura de los coyotes que cruzan migrantes a Estados Unidos.

con "instinto asesino:


Durante los últimos diez meses este periodista ha entrevistado a cuatro exintegrantes del GATE, 12 agentes que trabajaron en Piedras Negras desde 2008, algunos de ellos todavía en activo, exempleados de la fiscalía y la comisión de derechos humanos, abogados, familiares de víctimas de desaparición y ha tenido acceso a documentos oficiales, carpetas de investigación y la información de más de 100 solicitudes vía transparencia. Nombrar sin ser nombradas es la condición de casi todas las fuentes para hablar sobre el grupo de élite de la policía. Todas ellas lo llaman “cartel”.

Los Zetas y la policía

Una tarde de 2009, los jefes de Jacobo, un policía municipal de Piedras Negras, le pidieron que dejara su arma y su teléfono en la comisaría y se subiera a una patrulla que lo llevaría hasta la zona conocida como “El Laguito”. Cuenta que a las cuatro de la tarde él y una veintena más de policías estaban parados en un camino de terracería cuando comenzaron a aparecer camionetas Yukon y Suburban de las que descendieron hombres armados y encapuchados. Uno de ellos, que no pasaba el 1,70 de estatura, anunció que era el nuevo jefe de Los Zetas en la zona y que le debían informar de cualquier movimiento.

Desde que entró a trabajar en 2008 en la policía, a Jacobo le llegaba cada mes un sobre amarillo que contenía entre 2,500 y 3,000 pesos, lo equivalente a la mitad de su sueldo, un soborno que aumentaba de acuerdo con la jerarquía dentro del cuerpo.

“Yo llegué en su apogeo [de Los Zetas]. O sea, tú no podías hacer nada porque… no te regañaba tu jefe, te llevaban con ellos”, dice.

En varias ocasiones Jacobo escuchaba en la radio a un compañero pidiendo refuerzos y sus superiores le ordenaban no hacer nada. En otras lo vio en directo, como el día que un superior llegó a una colonia de Piedras Negras cuando un grupo de policías tenía hincados a dos supuestos delincuentes. “Nos gritó ‘cuatro nueve, cuatro nueve, no accionen’”, dice. Según su relato, la escena continuó con los detenidos poniéndose de pie; uno de ellos dándole un culatazo con una pistola a un agente, que empezó a chorrear sangre. Los dos yéndose tranquilamente.

Cuatro expolicías que trabajaban en Piedras Negras durante aquella época concuerdan en que salieron de la academia pensando que debían servir a los ciudadanos, pero lo que hacían era servir al crimen. Informaban detalladamente sobre cualquier movimiento, recibían sobornos y hasta liberaban a integrantes de Los Zetas. Ninguno trabajó para un superior que no estuviera en la nómina del cartel.

“Nos usaban (Los Zetas) como corporación. Levantábamos gente y la entregamos y ya se los llevaban”, dice uno de ellos.

El relato de mando único criminal que cuentan los agentes es muy similar a las declaraciones que los integrantes de los Zetas ofrecieron entre 2013 y 2016 cuando fueron juzgados y sentenciados en tribunales de Texas, Estados Unidos, por tráfico de drogas y armas y lavar dinero en carreras de caballos: cooptación de la policía, de la fiscalía, de las autoridades penitenciarias y de políticos de Coahuila para actuar con total impunidad.

Un empresario que tenía un negocio en Piedras Negras en 2010 recuerda cómo Los Zetas comenzaron a secuestrar a propietarios de bares y restaurantes ante la inacción de la policía. Muchos nunca regresaron.

En abril de ese año Daniel Hernández, dueño del bar “Iguanas”, recibió una llamada de su padre para decirle que afuera de su casa había estacionadas dos camionetas. Hernández avisó a su esposa de que iría a ver qué pasaba y después pasaría por ella. Nunca llegó a la cita. La esposa recuerda que recibió llamadas desde el teléfono de uno de los secuestradores. En esas comunicaciones Daniel Hernández le explicó que había otros empresarios junto a él, que el jefe de Los Zetas había sido traicionado y estaba buscando las conexiones. Después de unas semanas, las llamadas cesaron.

Para ese entonces ya había evidencia de que la masiva salida de soldados de los cuarteles ordenada por el expresidente Felipe Calderón estaba fracasando. Los homicidios en México se habían duplicado respecto a 2006, el año de inicio de la guerra contra el narcotráfico —de 10,000 a 25,000. Pero eso no detuvo la militarización. En estos últimos 15 años, según información obtenida vía transparencia, diez estados han firmado 34 convenios de colaboración con el ejército en materia de seguridad pública. Al menos 12 han creado policías de élite a imagen y semejanza del GATE. Todos ellas tienen quejas ante las comisiones de derechos humanos locales. La de Nayarit, creada en 2010, recibió capacitación en las instalaciones del 92 batallón de infantería en Jamay, Jalisco. La de Baja California Sur llegó a recibir clases de tácticas de intervención de la Policía Nacional Francesa.

En Coahuila, 2009 fue el año en el que el entonces gobernador, Humberto Moreira, implementó varias novedades en la estrategia de seguridad.

Pidió a funcionarios norteamericanos del FBI, la ATF, la DEA y el ICE, el fortalecimiento de la relación para el entrenamiento de policías de Coahuila, de acuerdo con comunicados en Wikileaks entre el cónsul de Monterrey y Homeland Security. Al conservan todavía diplomas y certificados de sesiones de trabajo con sus colegas estadounidenses.

Puso en marcha el “Modelo Coahuila”, que duró poco más de un año y acabó con 16 militares en diferentes mandos de la seguridad pública.

En agosto, Armando Luna Canales, entonces secretario de Gobierno, presentó a la policía de élite, bautizada como Grupo de Reacción Inmediata. De 700 aspirantes, solo 100 fueron admitidos. Apenas 56 acabaron el curso.

"Hoy tenemos en el país nuevos retos; vivimos situaciones que nunca antes habíamos tenido, y ustedes son la respuesta a esos desafíos porque están mejor capacitados para tareas que antes no hacíamos, y están mejor preparados no sólo físicamente, sino anímica y emocionalmente”, dijo Canales.

Después de que este periodista pidiera una entrevista con Humberto Moreira, desde la oficina del exgobernador contestaron con la siguiente declaración: “Cuando fui gobernador las direcciones de las corporaciones de la policía estuvieron a cargo de militares, en su mayoría en retiro. La corporación a la que se refiere (la policía de élite) existía, pero era muy reducida. En el siguiente sexenio se despidió a los generales y se dio mayor poder a ese grupo que después se convirtió en Fuerza Coahuila. Yo creo que la persona indicada sería el que sucedió en el cargo". Su sucesor en la gubernatura fue su hermano, Rubén Moreira, quien actualmente es presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados. Se buscó su postura a través de comunicación social del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sin respuesta.

A partir de 2011 la violencia se desató en Coahuila.

En marzo de ese año se perpetró la matanza de Allende, donde Los Zetas secuestraron, mataron y desaparecieron a 300 personas después de una traición interna y un operativo fallido con participación de la DEA. En septiembre de 2012, 132 reos se fugaron del penal de Piedras Negras, un lugar usado por Los Zetas para entrenar sicarios, desaparecer personas y operar la zona de la frontera. El 3 de octubre la policía de élite mató a un sobrino de Miguel Ángel Treviño, uno de los líderes de Los Zetas. Horas más tarde, Los Zetas mataron al hijo de Humberto Moreira, en Acuña, otra ciudad fronteriza a una hora de distancia de Piedras Negras. Una semana después, Heriberto Lazcano, jefe de Los Zetas, moría en un enfrentamiento con la marina en otro municipio de Coahuila. Su cuerpo sería robado de la funeraria local.

Al tiempo que Los Zetas se debilitaban y se convertían en un grupo desarticulado y con menos poder, la presencia de la policía de élite comenzaba a ser más habitual en las calles de Piedras Negras. A partir de finales de 2012 los habitantes de la ciudad se acostumbraron a ver a estos agentes patrullando a bordo de camionetas negras sin placas. Un tiempo después el nombre GATE estaba impreso en las puertas. Algunos de estos policías portaban en sus chalecos y sus fusiles el estandarte de una calavera, un símbolo que con cambios de diseño ha permanecido hasta hoy como su distintivo informal.

Jacobo acabó huyendo de Piedras Negras. Hoy vive en otro estado, alejado de cualquier tarea policial. Su pasado lo tiene registrado en un USB con documentos y fotografías sobre desapariciones y asesinatos. En un momento de la conversación da doble clic en una de las carpetas de la memoria y comienza el relato en el mismo tono de quien repasa un álbum familiar. Hay fotos de personas que sus jefes le pidieron ejecutar para tener el control de la plaza. Otras de excompañeros que traficaban droga.

De víctimas que después de ser torturadas acababan en el río. De cuerpos puestos con mantas para atribuir el asesinato a Los Zetas cuando los autores habían sido los gates.
El control de la frontera silenciada

Un mes antes de palpar el muro lleno de impactos de bala, Osvaldo Martínez estaba en prisión. La policía estatal lo acusó de robar un hacha. Él alega que pertenecía a su esposa. Pasó algo más de medio año en una celda. En la cárcel, se consuela, al menos pudo frecuentar a uno de sus hijos, que lleva dos años encarcelado acusado por otro robo a pesar de que el testimonio de un sentenciado por ese delito lo exonera.

El 27 de mayo de 2014, según la carpeta de investigación, un grupo de gates secuestró afuera de su casa a Billy, que entonces tenía 19 años. Una hora después, uno de sus hermanos fue a buscarlo al palacio de justicia, pero le dijeron que no estaba ahí. Otra hora después, una camioneta negra con rótulos blancos en los que se leía GATE fue a la casa de Osvaldo Martínez. Tres policías bajaron del auto, apuntaron contra él y le dijeron que dejara de estar preguntando. Un disparo al auto familiar fue la última advertencia antes de marcharse.

A pesar de las amenazas, la familia Martínez decidió denunciar a la policía de élite ante la fiscalía y la comisión de derechos humanos.

Lizbeth, la hija de Osvaldo Martínez, recuerda que dos años después, cuando era menor de edad, un grupo de policías la metieron con su padre en una patrulla. En la comisaría a él lo desnudaron y lo empezaron a golpear con una tabla. A ella la obligaron a mirar cómo torturaban a su padre.

Entre 2011 y 2013 empezaron a llegar quejas sobre el GATE y otros grupos similares del estado como “Cobra” y “Grom” a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Coahuila (CDHC), “Los acusaban de uso excesivo de la fuerza, accionaban armas de fuego. Llegamos a conocer ejecuciones sin que hubiera un motivo para realizar los disparos. Las quejas eran constantes. Que se metían a las casas a la fuerza. Que se llevaban a gente detenida. Los que aparecían con vida eran puestos a disposición con droga, con armas de fuego, e inclusive, a algunos los desaparecieron”, recuerda un funcionario que trabajaba en el centro durante aquella época.

Rubén Moreira había sucedido a su hermano como gobernador de Coahuila. El presidente de la CDHC era Armando Luna Canales, secretario de Gobierno con Humberto Moreira. El hombre que había presentado en sociedad a la policía de élite ahora era el máximo responsable de decidir sobre las quejas contra ella.

Otro trabajador del centro asegura que en aquellos años sus jefes llegaron a pedirles que dejaran de levantar tantas quejas en contra de la fiscalía y del GATE. “Lo decían los superiores que teníamos en ese momento. En una reunión que llegamos a tener nos dijeron que ‘vamos a tratar de apoyar al gobernador, en ese sentido vamos a tratar de no levantar tantas quejas’”.

En 2013 Luna Canales regresó a la secretaría de Gobierno. Las quejas ante la CDHC aumentaron. En un año se duplicaron (512) y en 2019 marcaron su máximo: 758. En total la comisión ha recibido 5,758 quejas sobre los policías de élite. Las recomendaciones, donde la CDHC sí señala directamente a las autoridades de violar los derechos humanos, también aumentaron.

De acuerdo con el libro de Gobierno sobre policías especiales al que esta investigación tuvo acceso, de 2013 a 2015 hubo solo 11 denuncias, para 2015 fueron 58. En 2017, alcanzaron las 90. La mayoría fueron por tortura, pero también por allanamiento de morada, homicidio y desaparición forzada.

La abogada Ariana García del Bosque, quien acompaña el caso de Billy, y es asesora jurídica en la Asociación Civil Familias Unidas en la Búsqueda y Localización de Personas Desaparecidas, comenzó a escuchar en 2013 sobre varios casos de desaparición forzada. Al poco de investigar, descubrió que quien estaba detrás de muchos de ellos eran los policías que patrullaban en camionetas negras. En su archivo guarda 168 investigaciones por desaparición forzada que apuntan a diferentes autoridades: 118 personas fueron localizadas con vida, ocho muertas y 42 continúan desaparecidas. El último caso de desaparición que acompaña ocurrió hace apenas tres meses.

García del Bosque se ha convertido en una de las pocas voces públicas de denuncia en una ciudad silenciada. Eso le ha valido para recibir amenazas de la policía y vivir con una escolta que la acompaña a todos lados desde que el 14 de abril de 2015 la Comisión Nacional de Derechos Humanos le otorgara medidas de protección.

“Es evidente que ha y una estructura (policial) que está soportada por el Estado. Las maniobras que están realizando no son en aras de la protección, sino en aras de un control de la delincuencia. Y este control tiene que ver con el trasiego mismo y distribución del narcótico, y el control del paso de los migrantes a los Estados Unidos”, dice con determinación. “Este mecanismo lo están implementando para actos ilícitos. Hay un grupo de policías estructurado, con un poder, con protección e impunidad, creado desde el propio Estado… ¿Para qué? Esa es la pregunta… ¿Cuál es el objeto del aparato del Estado? Para mí la respuesta es para seguir sosteniendo el poder”.

Roberto, el exgate que asegura haber enterrado un cuerpo en la hacienda del muro, define a sus excompañeros como “el cartel de la zona” por cuatro razones:

Trasladan armas como criminales.

Tienen puntos de venta de drogas como crimen.

Trabajan en conjunto con criminales a los que les prestan uniformes.

Torturan, secuestran, matan y desaparecen personas como criminales.

Su carrera comenzó en la policía municipal de la ciudad de Torreón, la segunda en importancia de Coahuila, cuidando parques. Al poco tiempo empezó a extorsionar pequeños negocios como pollerías o tortillerías. Un día sus superiores lo llamaron a su despacho. Él creía que lo iban a correr por corrupto, pero le ofrecieron entrar al GATE.

La primera generación de la policía de élite fue adiestrada por un español, José Ortíz Rodríguez, que se hacía conocer como ‘Odín’. De acuerdo con diversos testimonios de policías y la prensa local, era un especialista en contrainsurgencia. A Roberto lo entrenaron exmilitares mexicanos.

“Era más disciplina, era más estrés. Primero era puro psicológico. ‘¿Qué estás haciendo aquí? Eres una porquería. Que deberías estar en tu casa’. Ya después es pura resistencia física. No te dejan dormir. Te levantan a las cinco de la mañana, había un frío... Te ponen a correr, te meten hasta el cerro descalzo, te mojan. O sea, así de que tienes que aguantar, tienes que aguantar, hacen que llores, que te revuelques”, recuerda sobre su periodo de entrenamiento de seis meses. Dice que de los 50 compañeros de su su generación al menos 20 eran exmilitares y dos exmarinos.

Los gates hacían operativos en toda la frontera de Coahuila, en los municipios de Hidalgo, Guerrero, Piedras Negras y Acuña. En sus seis años en el grupo, había días en que Roberto buscaba en y rancherías a las afueras de Piedras Negras lugares para que la policía enterrara a sus víctimas. A veces encontraban tambos metálicos donde Los Zetas deshacían personas en ácido.

Otros días se dedicaba a las drogas: “A los mojados los ponían, los obligaban. Y eso sí me tocó. Hasta los llevaron a torturar. Bueno, los torturamos para que vendieran droga. Se la dábamos y ya y los poníamos en puntos de Piedras Negras. O los poníamos en puntos en Acuña, o los mandábamos a que nos dijeran quién estaba vendiendo”.

En un par de ocasiones, también presenció cómo algunas camionetas del grupo llegaban con “armas decomisadas” desde los municipios más
lejanos, pegados con los estados vecinos de Monterrey y Tamaulipas, saltándose cualquier protocolo y sin avisar a nadie. “Eran armas sin número de serie y con tierra porque acababan de ser desenterradas”.

En ese tiempo, Alejandro, quien llevaba más de diez años dentro de la policía estatal de Coahuila, empezó a notar que los gates operaban de forma distinta. “Estábamos en una reunión y reportaron un enfrentamiento, un grupo operativo de aquí de Coahuila (el GATE) estaba de responsable de turno. Y mando a mis elementos a que fueran a verificar. Cuando llegaron ya no nos gustó porque eran unas personas que no traían armas y, a las horas, sin que nos dejaran arrimar, ya habían aparecido con armas en las manos. Estaban ya trabajando como no debe ser”.

Lucía, otra policía estatal, presenció algo similar en un código rojo: un aviso que se activa ante un suceso importante y al que tienen que acudir todas las policías. En aquella ocasión, dice, miembros del GATE mataron a tres personas.

“Una de ellas, por lo que yo tenía de información, sí se dedicaba al tráfico de personas, pero las otras dos no. Una trabajaba en Rassini, de hecho, traía la camisa de la empresa, y otro chavo, también traía una de otra fábrica. Se acordonó el área y todo y me tocó ver que les ponían las armas, porque ellos no traían armas, no traían armas. Entonces, por así decirlo, les sembraron las armas para quitarse de problemas”.

—¿De dónde habían sacado las armas? —, se le pregunta.

—De los mismos decomisos—, responde Lucía. Ellos se dedicaban, más que nada, a eso: a las armas, a la droga. Cuando ponían droga (presentaban un decomiso ante el Ministerio Público), agarraban droga, cuando ponían armas, tomaban armas.

El GATE nació sin una regulación. En junio de 2014 se publicó la Ley Orgánica de la Comisión Estatal de Seguridad del Estado de Coahuila que reguló su creación, aunque sin precisar sus funciones y organización. Pero según 12 testimonios de policías, la corporación seguía funcionando bajo sus propias reglas.

Desde 2009 la policía de élite se ha llamado Grupo de Armas y Tácticas Especiales, luego Fuerza Coahuila, después Policía de Acción y Reacción, Policía Especializada de Coahuila, Policía Civil de Coahuila, y ahora Policía Estatal. Lo que no ha cambiado en los últimos años, según la abogada, exintegrantes de la corporación, policías en activo, víctimas de desaparición, informes académicos, testimonios de los Zetas, documentos oficiales y carpetas de investigación es que cualquier actividad ilegal pasa por ellos.

Lizbeth Martínez lo resume así: “Ellos tienen el control”.

Las autoridades, sin embargo, siempre lo han negado.

En 2015, varios medios de comunicación publicaron un vídeo en que se veía cómo elementos del GATE, acompañados de militares, ejecutaban a una persona en un auto. La respuesta del entonces secretario de Gobierno de Coahuila, Víctor Zamora, fue acusar a los medios de servir de vehículo de una campaña de desprestigio contra el grupo policial.

“Todos los videos que se han presentado de los gates son falsos, ya los analizamos. Hay una campaña de Los Zetas y seguidores contra los grupos tácticos de Coahuila, yo no sé si quieren que regrese el crimen organizado al estado y que no podamos salir a las calles como lo hacíamos antes”, dijo Zamora.

El 23 de enero de ese año, Lorenzo Alexander, un chico de 16 años, apareció muerto con un disparo en la cabeza a las afueras de Piedras Negras, dos días después de su desaparición. Su padre, Lorenzo Menera, presentó una denuncia directa contra el GATE por el asesinato de su hijo después de que unos policías le dijeran que el grupo había sido el responsable.

Como la familia Martínez, Lorenzo Menera también denuncia que sufrió hostigamientos por señalar al GATE. En su caso, dice, destrozaron su rancho.

Menera se convertiría en un apellido público en Piedras Negras. Lorenzo padre se presentó a las elecciones por la presidencia municipal, que perdería contra Sonia Villarreal, la actual secretaria de Seguridad Pública de Coahuila. El otro integrante de la familia que alcanzaría publicidad fue Juan Nelcio Espinoza Menera, el primo de Lorenzo hijo.

Desde que su primo fue asesinado, Juan Nelcio se dedicó a recorrer Piedras Negras por las noches en su propio auto, ataviado con carteles de
“prensa”, para hacer transmisiones en vivo sobre detenciones de policías, balaceras, asaltos, ejecuciones. “El Valedor”, como era conocido, tenía una página en Facebook con más de 150 mil seguidores.

El 21 de agosto de 2020, Juan Nelcio transmitió por última vez. El vídeo duró una hora y 22 minutos. Las últimas escenas que grabó su cámara muestran a miembros de la policía de élite de Coahuila afuera de una tienda de conveniencia. “Siguen llegando unidades a toda velocidad... Si algo llegase a pasar en este tiempo se lo vamos a dar a conocer… Dios me los bendiga, Dios me los guarde. Gracias a todos. Valedor Tv”, relata Juan Nelcio.

Horas más tarde la Fiscalía General del Estado de Coahuila emitió un comunicado anunciando que Juan Nelcio había sido detenido por agresión contra elementos de seguridad y que cuando era trasladado al Ministerio Público presentó dificultades para respirar y murió.

“Conociendo el actuar de este narcogobierno, pues, yo decidí contratar un perito médico forense particular. Y yo, con mi hermano, quería ver el cuerpo tal como estaba. Y pudimos constatar como estaba torturado”, dice Lorenzo Menera.

Un año más tarde la organización Artículo 19 agregó a “El Valedor” a la lista de periodistas asesinados al confirmar que hubo tortura por autoridades estatales.

Un día de mayo de 2021, a unos metros del letrero que da la bienvenida al estado de Coahuila había un retén de camionetas blindadas de color negro con el logo de Fuerza Coahuila. Los policías tenían cubierta la cara y en su uniforme, en el arma y los cartuchos lucían una calavera. Unos kilómetros más adelante, había un retén militar.

En Coahuila, según Ricardo Martínez Loyola, comisionado estatal de búsqueda, anualmente hay entre 56 y 90 casos de desaparición. Los años con más casos se registran durante la época de dominio de Los Zetas, pero desde 2014 se mantienen. “Ahora mismo hemos advertido en la región norte que muchos casos tienen que ver con detenciones que se realizan por fuerzas de seguridad”, dice Loyola.

Si uno sigue la misma carretera, siempre paralela a la frontera con Texas, hasta entrar en el estado de Tamaulipas, otro de los emblemas de la violencia de estos 15 años de guerra contra el narcotráfico en México, son 144 kilómetros de línea recta en los que los puestos de las autoridades desaparecen. Es común que desde el desierto salgan camionetas con gente vestida con ropa de camuflaje para vigilar los coches que circulan. En esta misma zona, en el pueblo de Villa Unión, el 30 de noviembre de 2019 un comando con al menos 60 civiles armados pertenecientes al Cartel del Noroeste, una escisión de Los Zetas, se enfrentaron con policías estatales. Murieron al menos 24 personas.

A pesar de todas las denuncias acumuladas en estos 12 años, sobre todo después de que Los Zetas dejaran de controlar el territorio, la policía de élite sigue siendo una de las fuerzas más visibles en esta zona de la frontera con Estados Unidos como hace siete años, cuando Roberto traficaba droga y enterró a una persona después de asesinarla.

En el terreno del muro, Osvaldo Martínez arrastra una varilla mientras reflexiona sobre los siete años de búsqueda de su hijo Billy. “Mi esposa anduviera aquí, pero como no aguanta, llora y llora… adónde vaya”, dice. “Yo volteo a todos lados porque tengo miedo, pero a la vez ya no tengo miedo de irme”. Su caminar lento enmarca su tono resignado cuando habla de la policía: “Se vuelven un monstruo y pos… se hacen elefantes y ya no los mueven”.

*Una Guerra Adictiva es un proyecto de periodismo colaborativo y transfronterizo sobre las paradojas que han dejado 50 años de política de drogas en América Latina, del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), Dromómanos, Ponte Jornalismo (Brasil), Cerosetenta y Verdad Abierta (Colombia), El Faro (El Salvador), El Universal y Quinto Elemento Lab (México), IDL-Reporteros (Perú), Miami Herald / El Nuevo Herald (Estados Unidos) y Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP). 

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