«¡Justicia! ¡El pueblo unido jamás será vencido! ¡Qué viva el padre, Marcelo! ¡Queremos Paz en Chiapas!», gritaron los fieles católicos cuando recibieron el ataúd del párroco en este templo al que Marcelo Pérez se dirigía antes de ser atacado por dos hombres a bordo de una motocicleta.
Los sacerdotes bendijeron con agua el féretro y desde la entrada de la parroquia algunos asistentes se dispusieron a cargarlo. Entre aplausos y entonando el nombre del prelado, el contingente que llevaba a cuestas los restos del sacerdote lo condujeron hasta los pies de un cirio y una pintura al óleo del defensor de derechos humanos con boina negra, un rosario y un escapulario.
«El sacerdote hablaba con paciencia, no tenía miedo, algunos decían que era muy atrevido», dijo Rodrigo Aguilar Martínez, obispo de San Cristóbal, durante la misa.
Las personas que asistieron a la eucaristía para despedir a Marcelo Pérez hicieron largas filas y se aglomeraron para pasar a tocar el ataúd, pero un grupo de hombres tuvo que montar una valla humana a su alrededor para evitar que los visitantes se arrojaran a él.
Una mujer indígena que no paraba de llorar contó que el cura la había invitado a participar en la marcha que se llevó a cabo el pasado 13 de septiembre en Tuxtla Gutiérrez, y que le aseguró que siempre velaría por su sufrimiento.
De acuerdo con las primeras investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), el cura salía de oficiar una misa en la parroquia del barrio de Cuxtitali y posteriormente fue atacado.
«En el lugar se encontró una camioneta marca Ford Titanium color blanco, con placas de circulación del estado de Chiapas y al interior una persona del sexo masculino sin signos vitales que respondía al nombre de Marcelo «N», padre de la parroquia de Cuxtitali«, precisó en un comunicado.
La Presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que las investigaciones del caso ya están en curso y que mañana realizará un informe de lo sucedido.
Fuente.-ELNORTE/
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