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jueves, 5 de septiembre de 2024

"YA es TRADICION la TRAICION ?: CON "TODOS los GOBERNADORES las CARRETERAS de TAMAULIPAS han SIDO GOBERNADAS por el CRIMEN ORGANIZADO y AMERICO NO FUE la EXCEPCION"...es parte.


Así, algunos en lo oscurito y otros abiertamente, los gobernadores priístas Eugenio Hernández Flores, Egidio Torre Cantú,el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca y ahora Americo Villarreal,cedieron y siguen cediendo el control de las carreteras al crimen organizado, de tal suerte que no sorprende "nadita",el excelente reportaje de "Revista Vertical",que por alguna extraña razón no quiso mencionar gobierno de Morena en turno, pero que aun asi nos recuerda que siempre detras de las tragedias provocadas por criminales,esta la criminal omisión y complicidad del criminal gobierno....aqui el texto integro:

"...Los gobernadores priístas Eugenio Hernández Flores, Egidio Torre Cantú y luego el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca, cedieron a Los Zetas y al Cártel del Golfo Los Zetas y al Cártel del Golfo el control de la carretera 101 de Ciudad Victoria que va a la frontera texana, pero donde se puede emboscar al que circule por esa zona y sin testigos.
Todos debían guardar silencio ordenaron Los Zetas, pues es una ruta migratoria, a la que “solamente puede afectar a la gente que viene y va, a los que hablan raro, los tamaulipecos supuestamente estarían libres, siempre que nunca se metieran con drogas, armas, humanos y fayuca”.

Ese pacto de silencio pesaba, los choferes de los autobuses llegaban a la frontera sin los pasajeros que eran secuestrados en el camino; los policías municipales que estaban al servicio de los criminales y las autoridades —de todos los niveles, hasta los más altos— nunca ordenaron suspender esa ruta o emitieron alertas para proteger a los viajeros, como hasta ahora.

La masacre de los 72 migrantes en agosto del 2010, que viajaron a bordo de camiones de carga y de pasajeros, fueron descubiertos en San Fernando, Tamaulipas, porque los asesinos nunca tuvieron tiempo para enterrarlos.
Los pocos indicios señalaban a Los Zetas y al Cártel del Golfo; sin embargo, las pistas y la información fueron “perdidas” en la Fiscalía (antes Procuraduría) y encontradas años después.

Cuando las fosas fueron destapadas, encontraron víctimas recientes, pero también había osamentas, sepultadas clandestinamente y todavía hoy, esos pozos permanecen abiertos en San Fernando, pero en ese entonces el secretario de gobierno de Tamaulipas, Morelos Jaime Canseco Gómez, dijo que los pasajeros asesinados eran de “dos autobuses que transitaban por la carretera 101 que conecta Ciudad Victoria con la frontera norte del país, el 24 y el 29 de marzo de 2011”, olvidando a los potosinos.

Han pasado 14 años y sus familiares siguen buscándolos en Tamaulipas, como nadie los ayuda, con sus propios medios a pie y entre el calor, siguen sin desmayo en busca de una esperanza.

Todo comenzó en marzo de 2010, un camión de la empresa Pirasol salió de Ciudad Valles rumbo a Tamaulipas. Llevaba 32 migrantes provenientes de Querétaro, San Luis Potosí y Tamaulipas porque iban a Estados Unidos de Norteamérica como empleados agrícolas, pero nunca llegaron.

Enrique de la Torre Netro, iba a ser papá en junio de 2010 nacería su hijo, del que siempre estaba en sus pensamientos, lo adoraba: ¡sangre de su sangre!, ya lo quería tener en sus brazos, arrullándolo, cantándole así como fuera, soñaba con abrazarlo cuando llegara allá en Carolina del Norte.

Junto con su amigo César Sánchez Landaverde que solo vino a ver a su mamá recién operada de la apéndice, por eso ambos pagaron a los polleros que los ayudarían a cruzar el río Bravo allá por Miguel Alemán, Tamaulipas.

Ya con los boletos en la mano, subieron al autobús de la línea Pirasol, saludando a Fidel Barragán Salazar, que cada año viajaba a Houston, Texas, para trabajar cada 9 meses y así le enviaba dinero a su familia

A las 20:00 horas del 17 de marzo del 2010, el camión Pirasol partió de Xilitla, San Luis Potosí, con más de 30 pasajeros, así transitando por la carretera de Tamaulipas en Valadeces, se los tragó la noche junto con sus ilusiones, con sus sueños.

Lo último que se supo por la llamada de un celular, fue que un retén policíaco los detuvo, hombres uniformados los abordaron y la señal se perdió. El resto de la historia es una pesadilla que nunca termina, Toñitonunca conoció a su papá que soñaba con estrecharlo en corazón y bañarlo de besos.

UNA DENUNCIA, UNA PESADILLA

Llevaba Rafael Rafa Rodríguez García, chofer de Pirasol seis meses de trabajo, la empresa alquila autobuses en la huasteca potosina.

Esa fresca noche llegó el camión de Querétaro, con algunos pasajeros ocupando sus lugares. A Rafa le tocó manejar desde Xilitla hasta la frontera norte de Tamaulipas.


Por aquel entonces, ya se escuchaba sobre los asaltos en las carreteras de Tamaulipas, pero ni él ni su compañero chofer, Román Castillo Briseño, sabía su suerte, solamente se persignaron y le pidieron a Diosito que los cuidara en su camino.

La familia de Rafa sabía que poco demoraría, más tardar un día en el viaje, por eso para el 19 de marzo lo esperaban en Ciudad Valles, donde radicaba. Pasaron las horas y nada. El sábado 20, Ángeles, hermana de Rafa, acudió a las oficinas de Pirasol para preguntar.

El dueño del negocio tampoco sabía nada de los choferes, estuvieron esperando en vano, por eso Ángeles desesperada presentó una denuncia en la Fiscalía. Rosa Laura, esposa de Fidel Barragán, leyó la nota de un periódico local, que informaba de una denuncia por la desaparición del chofer y un camión Pirasol.
Inmediatamente, marcó a su sobrino en Houston, quien recibiría a su esposo allá, pero tampoco tenía noticias de Fidel. Enseguida acudió a la empresa de transportes, enterándose sobre la desaparición del camión y sus pasajeros.

A Paulina, mamá de César Alberto, le avisaron que su hijo nunca llegó a su destino y tampoco se había comunicado con su familia en Estados Unidos. Consternada, preguntó a Don Santiago, papá de Enrique de la Torre y éste tampoco conocía el paradero de su hijo.

Ellos, también, acudieron a las instalaciones de Pirasol para preguntar.

Después de dos semanas sin saber nada de nada, ni las autoridades de San Luis Potosí investigaban, culpando a los tamaulipecos, que ni siquiera los apoyaban.

Los familiares nunca lo pudieron confirmar, las versiones apuntaban al grupo delictivo de Los Zetas y un ajuste de cuentas con Arturo Benítez, el pollero.

Arturo Mayorga fue detenido en marzo del 2011. Dos años después, en agosto de 2013, Benítez también. Pero ninguno fue procesado por el caso de Pirasol. Arturo Benítez estuvo involucrado en la masacre de los 72 migrantes de San Fernando, Tamaulipas, en agosto del 2010, pero fue liberado allá mismo por falta de pruebas.

Fue encontrado el autobús de Pirasol, un año después de la desaparición, en abril del 2011. Estaba en una pensión en China, Nuevo León. Aunque existe el documento donde se le notifica a la familia de Rafa, pero ni siquiera está firmado de recibido. En realidad, nunca llegó a su destinatario.

El que recibió la notificación fue el dueño del camión turístico, que fue por su camión sin decirle a nadie.

Las familias se enteraron cuando vieron circular el autobús por las calles de Ciudad Valles. Se avisaron entre todos y acudieron a las instalaciones de Pirasol, pero el camión ya estaba lavado y el tapiz de los asientos cambiado.

Las familias reclamaron al dueño por la limpieza de la unidad. El hombre alegó que lo único que se encontró fue basura. Para él, dentro de su autobús no existía ninguna prueba que aportara al caso.

Aunque el personal de la Fiscalía dijo que se hizo el peritaje del autobús, con la pérdida del expediente, esta información falta en la carpeta de investigación. Meses después de este suceso, el camión fue vendido.

Llevaba Fidel desde 1985 trabajando en Estados Unidos para construir su casa. En el primer piso estaba su taller de carpintería, tenía herramientas, su sueño era dejar todo para irse con su familia a trabajar.

Cuando desapareció, su esposa Rosa Laura lo buscó sin descanso y con sus propios recursos, pero al paso de los meses, Fidel seguía sin aparecer y el dinero ya no ajustaba, por eso tuvo que vender las herramientas de carpintería para continuar con la búsqueda.

Al igual que Rosa; Paulina, don Santiago y Ángeles investigaron por su cuenta y con sus propios recursos, sin conseguir ningún resultado. De hecho cuando ocurrieron la segunda masacres de San Fernando, Tamaulipas, fueron a investigar y nada.

En la Procuraduría de Ciudad Valles, las autoridades abrieron una carpeta de investigación, con 32 casos, donde las familias ayudaron en las encomiendas que les decían los fiscales, pero.

Desde un principio, se vio el actuar lento de las autoridades, despreocupados, después se enteraron que las carpetas de investigación se enviaron a la Fiscalía de San Luis Potosí por incompetencia procesal.

Paulina confesó:

“Tuvimos una cita con Federico Garza, (entonces, Procurador General del Estado, hoy Fiscal). Nos enojamos mucho y peleamos con él, nos dijo que en San Luis no hay desapariciones, que la de nuestros hijos se dio en Tamaulipas, por eso no trabajaban, negaban el problema”.

Luego salió a relucir, que los narcos secuestraban a los pasajeros de los autobuses, a ellos los hacían pelear y el más apto reforzaría sus filas para matar gente, hacer secuestros, asaltos carreteros y si ambos se negaban, entonces serían asesinados.

Paulina relata:

“En el 2015, en un foro organizado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, conocí a algunas de las familias de Pirasol. Fue muy sorprendente, ellos estaban desesperados porque nadie les había hecho caso: no sabían dónde estaba su averiguación previa, ni qué era un acta circunstanciada, ni quién era su Ministerio Público asignado.”

Sin pensarlo, dice Paulina, ahí fue cuando comenzamos a unirnos con Edith Pérez Rodríguez, directora del único colectivo de búsqueda de personas desaparecidas en San Luis Potosí, Voz y Dignidad por los Nuestros.

“Después de ese encuentro y con ayuda de Edith, las familias comenzaron a tener contacto con el entonces titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO)”.

Para inicios del 2016, la SEIDO tomó el caso y pidió a la PGJE de San Luis Potosí la carpeta de investigación. Llegó octubre de 2016, y el expediente seguía sin entregarse. Estaba traspapelado, nadie en la Procuraduría sabía de él.

Cuando se encuentra el expediente del caso, en 2018, las familias se percataron que no es el original, pues faltaban las declaraciones y documentos de Paulina y Santiago. Hasta la fecha, se continúa trabajando con esa copia de la carpeta de investigación.

Aunque tenía frente de sí un plantón de familiares de personas desaparecidas el 2 de septiembre de 2024, a sólo unos metros del templete donde leyó su último informe, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ignoró la problemática que llevó a un grupo de buscadoras a permanecer en plantón durante 15 días al pie del asta bandera de la Plaza de la Constitución.

Ni los días y noches con fuertes lluvias de las últimas semanas, las dificultades de la vida cotidiana a la intemperie, la larga espera de la madrugada del 1 de septiembre con zozobra ante la posibilidad de un desalojo, la colocación de mantas en lugares más visibles desde las primeras horas de la mañana, ni los signos de paz, ni los símbolos de auxilio, sirvieron para que el mandatario se diera por enterado.

Las Madres Buscadoras, están solas…

Con informacion: VERTICAL/

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