Desde los primeros minutos de ayer viernes, y bajo un fuerte despliegue de fuerzas federales, se reanudó ya en su totalidad el corte, empaque y comercialización de limón, en el estado de Michoacán.
Eso, sin duda, fue una buena noticia para los productores, quienes esperan recuperarse de ese boquete económico y deterioro en algunas de sus huertas.
“Ya estaba uno enfadado también de no salir allá en la casa y da gusto que ya la gente empezó a trabajar y a sacar para comer, porque estaba triste la cosa, no crea”, afirma Ernesto, un citricultor.
Son apenas las 5 de la mañana, cuando el ruido de los motores y rodar de las llantas de diferentes tipos de vehículos irrumpían el silencio de la madrugada.
Esas casi cuatro semanas de inactividad citrícola en este valle de la Tierra Caliente dejaron pérdidas en los agricultores. “Yo pienso que perdí más de 100 mil pesos, porque tuve que conseguir para pagar poda, fertilizadas, fumigadas y apoyar a los trabajadores, pues no hay de otra”, lamenta Ernesto.
El agricultor, como los demás productores, regresan a los campos limoneros con seguridad, pero, reconoce, con la obligación de pagar la extorsión a grupos criminales para que los dejen trabajar.
Sin duda, los más afectados por este lapso de paro citrícola en Apatzingán fueron los jornaleros, quienes viven al día y dejaron de percibir ese ingreso para su familia.
Desde las 5:00 horas de este viernes, jornaleros iniciaron su labor en los campos citrícolas, satisfechos por volver a tener un ingreso por la pisca del limón. Foto: Carlos Arrieta
“Fue muy duro, porque uno vive del poquito trabajo que hay y si nos lo quitan, pues cómo cree que le hacemos: pues ahí va a trabajar uno y otro día que sale y con eso ahí se la va llevando uno, pero difícilmente”, expresa Rafael, mientras realiza su corte.
Para el jornalero, volver a la huerta le trajo nuevamente a los cortadores y a su familia la alegría, cuenta, mientras sus manos piscan la fruta del árbol.
“Estamos contentos, porque regresó el trabajo y se siente uno a gusto, porque va a ganar uno un pesito para darle de comer a los niños. Tengo tres niños y mi señora, somos cinco. A veces me gano 500-600 [pesos], según como haya de fruta, pero estábamos cortando tres días a la semana”, platica el jornalero entre el fangoso huerto.
Afectados colaterales
Otro sector de los apatzinguenses afectado fue el comercio que se genera alrededor de las cuadrillas de jornaleros y de los mismos empaques y comercializadoras.
Marbella López Rosales, vende café, té, aguasa, pan y arroz con leche en las inmediaciones del monumento a Lázaro Cárdenas.
En ese punto se reúnen todos los días de corte los jornaleros para, de ahí, ser contratados en cuadrillas y trasladados a las limoneras.
Marbella lamenta que por casi un mes se haya frenado todo el trabajo que genera la producción y comercialización del limón, porque generó mucha tristeza.
“Las ventas bajaron mucho. No hubo salidas ni nada de limón en todos los aspectos. No vendimos mucho. No hubo movimiento en el mercado y en ningún lado. Esperemos que esté todo mejor y que ya funcione todo”, confía la mujer.
En las calles es notorio el despliegue de elementos de las fuerzas armadas y federales que patrullan la zona limonera, tanto agrícola como comercial.
Refieren que la idea es blindar la actividad limonera, aunque no han evitado que los productores y empacadores dejen de pagar el impuesto criminal de un peso por kilo cortado y otro más por kilo comercializado.
“Los militares me pararon allá en Apatzingán y les dije que el problema no está aquí, el problema está en que vayan al lugar al que deben de ir para que nos quiten el problema que tenemos, pero se va a seguir de todos modos con las cuotas y vamos a tener que seguir aguantando; no nos queda más”, señala Ernesto, el productor de limón.
Ofrecen recompensa
La fiscalía de Michoacán emitió un acuerdo en el ofrece recompensa de 100 mil pesos (por objetivo) a quien proporcione información para localizar, aprehender o detener a 11 presuntos integrantes de células criminales. Se trata en su mayoría, de objetivos delictivos relacionados a la extorsión de productores, empacadores y comercializadores de limón y otros sectores.
Se trata de Nicolás Sierra Santana El Gordo, líder de Los Viagras; Mario Álvarez Espinoza El Metro, líder de Los Caballeros Templarios; Alejandro Sepúlveda Álvarez Jandos, líder de Blancos de Troya y César Alejandro Sepúlveda Arellano El Boto, líder de una célula criminal al servicio de Los Viagras.
Además, Gabino Sierra Santana El Ingeniero y Heladio Cisneros Flores La Sirena, ambos, mandos altos de Los Viagras.
También Roberto Cabrera González El Betillo; Brayan Quintero Equihua; Rogelio Moreno Reyes El Conejo; Rogelio del Ángel Martínez El Rojo y José Enereo Yáñez Pacheco Mono Verde.
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