Orso Iván Gastelum Ávila, el Cholo Iván, podría convertirse en la última pieza de ajedrez en la estrategia de Estados Unidos para arrestar y procesar a narcotraficantes asociados a la facción de Joaquín el Chapo Guzmán, incluyendo a Ovidio Guzmán López, detenido en enero pasado, así como al resto de sus hijos y hermanos.
“El Cholo Iván es una pieza clave para los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, pues no solo era el lugarteniente del Chapo, sino el cerebro de seguridad de esa organización, y la familia entera le tenía confianza y, por consiguiente conocía todo movimiento de hijos y hermanos que estaban involucrados”, señaló Mike Vigil, ex agente de la DEA en México.
La observación de Vigil tiene mayor peso cuando se considera que el gobierno de México mantiene una cacería permanente en la zona del Triángulo Dorado para atrapar a Aureliano Guzmán, el Guano, hermano del Chapo, a quien elementos de la Armada de México tienen semanas intentando cazar y por quien Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares.
Fuentes de la zona serrana de Badiraguato confirmaron a este semanario que la presencia de militares en los alrededores de La Tuna, Santa Gertrudis y Alisitos, se mantiene, lo que ha hecho que el Guano se haya internado en otros estados tratando de escapar de la Marina.
“Esa cacería va a continuar porque Estados Unidos lo quiere (atrapar al Guano), y la extradición del Cholo obedece a que la fiscalía está preparando todo para carearlo con Ovidio una vez que sea extraditado, pero también para que, llegado el momento, pueda brindar más información contra el Guano, y contra los hermanos de Ovidio”, dijo Vigil, en entrevista telefónica.
El lunes de la semana pasada, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), extraditó a Gastelum Ávila, que era requerido por una corte federal de Distrito de Columbia, luego de estar siete años recluido en diferentes prisiones de máxima seguridad en México, con lo que se cierra un círculo dentro de la organización criminal que en su momento lideró Guzmán Loera.
De acuerdo a especialistas en el tema, no es coincidencia que el Cholo Iván haya sido extraditado tras el arresto de uno de los hijos de Joaquín Guzmán, sino que todo forma parte de una estrategia para ir construyendo el caso en contra de Ovidio, pero también para eventualmente carearlo mientras los fiscales terminan de armar cómo operaba el Ratón con sus hermanos, y destacar detalles sobre la relación criminal que mantenían con su padre, pero además, precisar su historia e involucramiento en la facción que lideraba el Chapo.
“Aunque ya ha pasado tiempo, nadie conocía la facción del Chapo como la conocía el Cholo, es decir la forma en que operaba, dónde compraban la droga, a quién, qué tipo de droga, la función que tenía cada uno de los hijos y hermanos dentro de la organización, a dónde la traficaban en Estados Unidos, qué funcionarios estaban en su nómina, quienes eran los chinos a quienes compraban precursores… sin duda tiene mucha información”, precisó Vigil.
Un narcotraficante a quien este reportero tuvo acceso, identificado únicamente con el nombre de Betillo, dijo durante una investigación de campo hecha hace algunos meses que el Cholo era fiel a la familia, y que aunque estuviera en la cárcel nunca traicionaría a ninguno de los Guzmán; aunque Vigil consideró por su parte que, cuando se está en la cárcel, entre las sombras y un presidiario se sabe perdido, la mayor parte del tiempo canta hasta en otro idioma.
“En base a mi experiencia, los acuerdos entre los fiscales y un narcotraficante preso se hacen desde que están en México, y yo siento que en este caso van a acorralar al Cholo Iván hasta que suelte todo lo que sabe, porque nadie es capaz de soportar las prisiones de los Estados Unidos, ya que ese sistema está diseñado para que te doblen de todo a todo”, dijo Vigil.
El Cholo Iván fue detenido el 6 de enero de 2016, en Los Mochis, luego que elementos de la Armada de México reventaran la casa de seguridad donde estaban ocultos el Chapo Guzmán y el Cholo. Tras aniquilar a tiros a su primer anillo de seguridad, los Marinos entraron como un huracán a la vivienda, y tras someter a las cocineras y otras personas que trabajaban en la casa, buscaron a Guzmán Loera, pero no lo encontraron pues había escapado por los tubos de drenaje junto con el Cholo.
Los Marinos entonces cercaron varias cuadras a la redonda tratando de ubicar a ambos narcotraficantes, quienes a su vez habían logrado cruzar el radio cercado por los marinos, y habían emergido a un kilometro al oeste de la casa, para entonces despojar de un auto a un conductor para tratar de huir, pero eran tanta la mala suerte del Chapo y del Cholo, que el vehículo despojado empezó a fallar.
Desesperados, ambos decidieron hacerse de otro vehículo, y rápido llegaron a una gasolinera para bajar a una joven madre con su hijo, por lo que esta de inmediato lo reportó a la policía, iniciándose entonces un operativo en busca del auto robado por todas las corporaciones policiacas, sin que nadie supiera entonces que se trataba del Chapo que intentaba escapar.
Justo a la salida sur de la ciudad, un retén de la Policía Federal de Caminos les marcó la parada, y fue sólo entonces que dos de los narcotraficantes más legendarios del Cártel de Sinaloa fueron detenidos.
Siete años después, y justo tres meses después del arresto de Ovidio Guzmán, el Cholo Vago, como también se le conocía entre los narcos, fue extraditado a Estados Unidos.
La embajada de Estados Unidos en México publicó un Twitter de agradecimiento hacia el gobierno mexicano: “Gracias a la FGR por la entrega del acusado requerido por la Corte Federal para el Distrito de Columbia por diversos crímenes relacionados con el tráfico de drogas y delitos de uso de armas. Estamos comprometidos con nuestra seguridad compartida”.
El Cholo Iván enfrenta cargos relacionados con asociación delictuosa, tráfico de drogas y portación ilegal de arma de fuego. Había logrado evitar su extradición gracias a una serie de varios amparos, el último de ellos presentado y rechazado hace apenas un mes.
****Artículo publicado el 09 de abril de 2023 en la edición 1054 del semanario Ríodoce.
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