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miércoles, 1 de enero de 2020

LA CARTILLA MORAL de AMLO "NO es de su AUTORIA y ESTUVO ESCONDIDA" por DECADAS con VARIOS INTENTOS FALLIDOS de PUBLICACION...es filosofico y no exhortativo.



La Cartilla Moral que puso en distribución el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una historia amplia detrás, con varios intentos fallidos de publicación y con la intervención de personajes como Alfonso Reyes, Jaime Torres Bodet y hasta Ernesto Zedillo.



Al momento de evaluar el contenido de la cartilla moral, los expertos están divididos. Algunos señalan que el texto es de carácter filosófico que invita a la reflexión, que no es exhortativo sino explicativo y aborda la moral sin una intención religiosa, sin embargo, están también los que opinan que aunque el contenido no es religioso, sí aborda conceptos de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, que se contraponen al liberalismo juarista, doctrina de la cual se ha declarado el presidente seguidor. 

Este documento es una reimpresión del texto editado en 1992 por José Luis Martínez, director del Fondo de Cultura Económica en la década de 1970, obra que originalmente fue escrita por Alfonso Reyes, e incluye una presentación de López Obrador.

Alfonso Reyes un intelectual originario de Monterrey e integrante del “Ateneo de la Juventud”, quien junto con José Vasconcelos, Antonio Caso formaron parte de la “Revolución Cultural” en México, posterior al movimiento armado de 1910, escribió el texto original en 1944, de acuerdo con la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Jaime Torres Bodet, intelectual y secretario de Educación en esa época, mandó elaborar una Cartilla Nacional de Alfabetización debido a la instrucción del entonces presidente, Manuel Ávila Camacho, por el alto nivel de mexicanos que no sabían leer ni escribir. 

Tanto Torres Bodet como José Luis Martínez le encomendaron a Alfonso Reyes la tarea de escribir un apartado con “un mínimo de principios morales” que se incluyeran al final del texto en favor de la alfabetización, explicó Rodrigo Martínez Baracs, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) e hijo de José Luis Martínez. 

La publicación no llegó… hasta ahora

Reyes entregó mucho más que un par de cuartillas, relata Martínez Baracs en “La historia de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes”, además que el autor prefirió que no se incluyeran algunas lecciones al final del texto y mejor se publicará la versión larga por separado. 

Sin embargo, el texto no salió a la luz por que “se le consideró un texto conservador y aun religioso, no acorde con la laicidad del Estado mexicano”, sin embargo, Martínez Baracs puntualizó que en el prefacio se destaca que “se ha usado el criterio más liberal, que a la vez es laico y respetuoso para las creencias”. 

En entrevista para Forbes México, el investigador del INAH señala que la cartilla no es la única obra que habla sobre moral, pero es bueno que la retome la actual administración, para se fomente la reflexión colectiva sobre los problemas morales que tiene la sociedad, aunque el docuimento no es una solución definitiva a ellos. 

El documento fue editado por su padre en los años 80, al serle propuesto a Jesús Reyes Heroles, entonces Secretario de Educación Pública, sin embargo tras la muerte del funcionario no se realizó la distribución, señaló el también integrante de la Academia Mexicana de la Lengua (AML). 

Casi una década después, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, se planteó incluirla los libros de educación en el país, sin embargo, esto no se concretó debido a que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se opuso. 

La edición presentada por el gobierno de AMLO tiene un total de 28 páginas, la obra aborda 14 apartados donde se incluyen lecciones morales acerca del respeto hacia uno mismo, a la familia, a la sociedad, a la patria, a la humanidad y a la naturaleza, así como dos resúmenes del contenido en general.

La cartilla es una obra que con enorme vigencia, que es parte de la herencia intelectual y busca preservar la práctica de principios fundamentales como la justicia, la democracia y el derecho, señala Miguel Ángel Quemain Saenz, catedrático de literatura en la UNAM. 

El también psicoanalista indicó que “aplaude y se adhiere” al texto de Reyes, pero señala que sólo es un punto de partida para iniciar una nueva discusión, para la creación de un nuevo texto donde se incluyan temas que “Alfonso Reyes ya no vivió”, como la comunicación electrónica, la protección a la adolescencia, el tema de las adicciones o la eutanasia. 

“Hay muchas personas que podrían hacerlo, uno de ellos es Enrique Florescano o el propio Martínez Barcas”, algo que se pudo “haber escrito a muchas manos”. “Es necesario tener esa piedra angular a la cartilla moral, para pensar en una nueva, que incluya temas como la migración como la estamos viendo ahora, muy distinta a la de los braceros”, abunda Quemain Saenz. 

Por su parte, José Fernández Santillán, investigador del Tecnológico de Monterrey, asegura que hay autores contemporáneos más avanzados que han abordado el tema de la ética, y por ello debería de hacerse una discusión sobre el estado del debate internacional en cuestiones de ética y derecho. 

Además, insiste, hubo cosas que Reyes no vivió, como el matrimonio igualitario, derechos de la comunidad LGBTTTIQ o la igualdad de la mujer.

Indicó que la cartilla moral aborda un debate contemporáneo, por un lado los comunitaristas que ponen por delante el bien común, aspecto que defiende la cartilla, y en su contraparte los liberales, quienes dicen que por encima del bien está la ley.

En la cartilla, “Reyes dice que la sociedad puede meterse en asuntos de la individualidad y eso lo rechaza el liberalismo juarista”, ideología que “reivindicó a la ley para proteger al individuo frente al Estado, la religión y las doctrinas que quisieran apropiarse de su pensamiento; ahí está la raíz del laicismo”, abundó el Fernández Santillán. 

El liberalismo distingue entre la moral y el derecho, la primera de éstas “es un asunto individual, el derecho es un asunto colectivo. Nadie, ni el Estado ni las otras personas pueden meterse en la conciencia de otro sujeto”, abundó el experto.

fuente.-

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