En medio de la furia de extorsiones, secuestros y la falta de seguridad pública que se ha hecho presente en esta ciudad, las autoridades de Tamaulipas están buscando a calmar las críticas de la opinión pública dando a conocer detenciones de miembros del cártel en un esfuerzo por restaurar la confianza pública.
Las nuevas estrategias de seguridad exigian la presencia de de mas fuerzas estatales y federales que mantienen patrulla regular a través de esta ciudad que ha permitido la detención de grupos criminales.
Sin embargo, las estrategias de seguridad no han sido capaces de reducir los niveles de delincuencia que siguen atormentando a la comunidad.
En los arrestos publicitados de miembros del cártel, las autoridades afirman que llegaron a través de llamadas anónimas, paradas de tráfico aleatorios o vehículos sospechosos. El arresto más reciente se produjo esta semana cuando la policía federal de México arrestó a cuatro miembros del Cártel del Golfo. El cártel del Golfo es el grupo criminal responsable de tráfico de drogas, secuestros y extorsiones que azotan esta ciudad.
Debido a esto, el Grupo de Coordinación Tamaulipas (grupo de trabajo de la policía) presento como su último trofeo a Ciclon 17, un denominado equipo de ataque (Estaca) del líder del cártel del Golfo. Según las autoridades su detención se produjo a partir de una patrulla de rutina en el Barrio Quinta Real del lado oriental de la ciudad.
Según la información disponible de las autoridades, los policías vieron a un sospechoso en un Dodge Ram 2014 gris con placas de Texas. Inicialmente, el grupo trató de huir, pero fueron detenidos de inmediato. Los miembros del cártel fueron identificados como José Ricardo Arellano Rodríguez, José Alfredo Pérez Aguirre y Eduardo Said Díaz Hernández, la cuarta persona solamente se identificó como una mujer menor de edad.
Arellano Rodríguez dijo que era un líder del equipo de del Cártel del Golfo y afirmó que era conocido como Ciclon 17 o Calin. Los otros afirmaron haber sido simplemente vigías del cártel.
En el interior de la camioneta, las autoridades encontraron varios rifles de asalto, un lanzagranadas, chalecos antibalas y ocho revistas de municiones cargadas y tres uniformes de tipo militar.
En el camino a la sede local de la Procuraduría General de México (PGR) en la zona del centro de la ciudad, uno de los vehículos de la policía terminó averiado por un "ponchallantas" en la carretera. El dispositivo fue arrojado en un esfuerzo por detener el transporte de los prisioneros.
Los miembros de bajo nivel del cártel se daban a la tarea de monitorear la radio con el fin de vigilar a los vehículos sospechosos, así como la ubicación de las patrullas policiales.
El grupo también alertaba sobre narcotraficantes rivales y ayudaba a llevar a cabo secuestros y extorsiones.
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