El alcalde de ciudad Victoria, Alejandro Etienne Llano es el típico personaje al que todo le sale mal. Intentó posicionarse ante la ciudadanía con la construcción de una ambiciosa obra –la avenida que pomposamente llamó 8 de 8- y salió por peteneras: miles de ciudadanos lo repudiaron por los suntuoso de la calle y por las molestias y los excesos en que incurrió como primera autoridad.
Puso en el cibermundo, una página suya para ampliar sus consensos más allá de la ciudad capital y nada. Centenares de ciudadanos, escribieron comentarios críticos –unos hasta soeces- por el estado de la infraestructura urbana como calles y plazas públicas. Meses antes, decidió poner como coordinador de su precampaña para la obtención de la candidatura del gobierno de Tamaulipas a su hermano Pedro.
Este sujeto, tránsfuga de uno y más partidos –militó en el izquierdista-echeverrista PST, luego se fue al PRD, coqueteó con el PAN y finalmente abrazó con ternura la causa priista- tomó con particular alegría la encomienda.
El hermano Pedro, lleva la batuta en el proyecto de Alejandro. Tanta actividad dice desplegar Pedro a favor de su fraterno que ha enviado a la quiebra al Ayuntamiento victorense.
El hermano Pedro, lleva la batuta en el proyecto de Alejandro. Tanta actividad dice desplegar Pedro a favor de su fraterno que ha enviado a la quiebra al Ayuntamiento victorense.
Decenas de millones de pesos, salen vía la familia Salinas –proveedores vinculados con la esposa del alcalde, cobran decenas de millones de pesos por la venta de cualquier producto, desde limpieza hasta refacciones automotrices-, a la campaña de Etienne pasando por las manos de su hermano el ex izquierdista. Pedro no resultó de ayuda.
Pedro, es el gran problema de Alejandro. Su afecto por el dinero fácil, lo ha llevado a colapsar la red de financiamiento del precandidato.
Pedro, es el gran problema de Alejandro. Su afecto por el dinero fácil, lo ha llevado a colapsar la red de financiamiento del precandidato.
En Ciudad Victoria, nadie apuesta un quinto por el alcalde. Y esto, no sólo refleja el amplio disenso que éste tiene en la comunidad del centro del estado; también es una explicación, del porqué los Etienne han optado por fondear su actividad política con los dineros públicos.
En otras palabras: Pedro es el más grande obstáculo de Alejandro en su campaña.
Sin duda: otra idea, poco exitosa del aspirante a gobernador.
En otras palabras: Pedro es el más grande obstáculo de Alejandro en su campaña.
Sin duda: otra idea, poco exitosa del aspirante a gobernador.
Hace unas semanas, anunció con justo optimismo que iba a pedir licencia a la alcaldía para tomar el mando de la SEDESOL federal. Pasaron los días y nada. Transcurrieron las semanas y nada.
Al parecer, transcurrirá más tiempo y nada. Nada. Otro fracaso del alcalde capitalino.
Otra ilusión, convertida en desilusión. Ahora va tras otro espejismo. Se le busca una salida más o menos decorosa. Es ésta, la Secretaría de Desarrollo Social. Se dice, que está listo para asumir esa responsabilidad. Deseoso de reflectores que le den amplitud y profundidad a su anhelo, alista maletas.
Al parecer, transcurrirá más tiempo y nada. Nada. Otro fracaso del alcalde capitalino.
Otra ilusión, convertida en desilusión. Ahora va tras otro espejismo. Se le busca una salida más o menos decorosa. Es ésta, la Secretaría de Desarrollo Social. Se dice, que está listo para asumir esa responsabilidad. Deseoso de reflectores que le den amplitud y profundidad a su anhelo, alista maletas.
La dolorosa pava –así le dicen los colombianos a la mala pata- no se ve que lo quiera abandonar. De llegar, a la Sedesol encontrará una dependencia casi en liquidación: un presupuesto a final de año casi en ceros y con un tiempo que por lo corto –en diciembre sacará el PRI a su gallo- se vislumbra insuficiente para desde esa posición tejer la red de alianzas sociales y políticas con personalidades y grupos ciudadanos.
O sea: otro chasco para el alcalde Etienne.
Con esa permanente nube negra sobre su cabeza, Alejandro no puede abandonar esa sonrisa que como mueca le delineó el infortunio político. Lo sencillo se le dificulta. Y lo complicado, se le trasmuta en quimérico.
Con esa permanente nube negra sobre su cabeza, Alejandro no puede abandonar esa sonrisa que como mueca le delineó el infortunio político. Lo sencillo se le dificulta. Y lo complicado, se le trasmuta en quimérico.
Pocos, muy pocos políticos como él.
Como abogado, tuvo una carrera fulgurante. Ganó respetabilidad, fama, dinero y amacizó su estatus. Llegó a ser Presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas. Se le reconoce como un estudioso y un paradigma del jurisconsulto triunfal en la capital del estado.
Como abogado, tuvo una carrera fulgurante. Ganó respetabilidad, fama, dinero y amacizó su estatus. Llegó a ser Presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas. Se le reconoce como un estudioso y un paradigma del jurisconsulto triunfal en la capital del estado.
Como político, es evidente: llegó a la alcaldía, sólo porque su más cercano contrincante, Gustavo Cárdenas se tiró al piso.
Y de ahí, pal real. Un traspiés tras otro.
Su más reciente golpe, fue su II Informe de gobierno como presidente municipal. De pena ajena. Los ciudadanos capitalinos en redes sociales se mofaron de sus fantasiosas cifras.
Y de ahí, pal real. Un traspiés tras otro.
Su más reciente golpe, fue su II Informe de gobierno como presidente municipal. De pena ajena. Los ciudadanos capitalinos en redes sociales se mofaron de sus fantasiosas cifras.
El Salado, ese célebre personaje victorense vendedor de boletos de lotería ya tiene su clon. Sólo que éste, procede de refinada estirpe: es socio del Club Campestre…
fuente.-UniversoNews.
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