Informes de la PGR ubican por lo menos unas 45 células de los cárteles de Jalisco Nueva Generación, Zetas, Golfo, Tijuana, Beltrán Leyva, Juárez y de los Caballeros Templarios, que en paralelo a sus actividades delincuenciales, incursionaron en el mercado del robo de combustibles.
Mexico,D.F 04/Ago/2015 Con pérdidas por más de 7.5 millones de barriles y un costo equivalente a 15,300 millones de pesos al año, las bandas de la delincuencia que cometen el robo de hidrocarburos operan en los estados petroleros de Tabasco, Veracruz y Tamaulipas, además de Chiapas, Guanajuato, Coahuila, Sinaloa, Nuevo León, Puebla, Jalisco, Estado de México y el Distrito Federal.
Informes de la PGR ubican por lo menos unas 45 células de los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Zetas, Golfo, Tijuana, Beltrán Leyva, Juárez y del debilitado Caballeros Templarios, que en paralelo a sus actividades delincuenciales de tráfico de drogas, incursionaron en el mercado del robo de combustibles.
Según el director de Pemex, Emilio Lozoya, sólo en el periodo de septiembre del 2013 a septiembre del 2014, Petróleos Mexicanos ha detectado más de 2,700 tomas clandestinas.
Datos de Pemex refieren un crecimiento de ese delito desde el 2010, cuando se detectaron 428 tomas; en el 2011 aumentó a 1,025; en el 2012 se descubrieron 1,289 y para el 2013 superaron las 2,033.
“En el 2014, al cierre del mes de agosto, se estima que el volumen de combustible sustraído ilícitamente a través de las tomas clandestinas ascendió a 7.5 millones de barriles con un costo equivalente a 15,300 millones de pesos; eso es lo que le roban al Estado mexicano”, dijo Lozoya en su momento.
De acuerdo con un documento elaborado por Pemex, en el 2009 la empresa mexicana interpuso seis denuncias por robo de hidrocarburos; en el 2010, siete; en el 2011, 11 denuncias; en el 2012 se elevaron los casos detectados al sumar 25 denuncias; en el 2013, Pemex presentó 17 denuncias; y en el 2014, cuatro. En total, 73 denuncias.
A finales de junio se presentó un desbasto de gasolina y diésel en estados como Nuevo León, Jalisco, Chihuahua y Zacatecas, debido al robo de hidrocarburos.
En el caso particular de Nuevo León, detalló que el mayor robo de combustibles se da en los poliductos Madero-Cadareyta y Brownsville-Cadereyta, lo que ha afectado el abasto de gasolina y diésel, particularmente en Monterrey.
En febrero, Pemex anunció un cambio de estrategia de transporte de combustibles por ductos para evitar el robo. Ahora Pemex transporta por sus ductos exclusivamente gasolinas y diésel aún no terminados, por lo que en esa etapa no son aptos todavía para su uso en vehículos y plantas industriales. Pemex pidió a los consumidores no adquirir gasolina y diésel en instalaciones diferentes a las estaciones de servicio o distribuidores autorizados, ya que al no estar concluido su proceso, pueden dañar a los motores.
En el Congreso está pendiente la aprobación de la ley para prevenir y sancionar los delitos cometidos en materia de hidrocarburos, que si bien ya fue aprobada por el Senado, está congelada como minuta en la Cámara de Diputados.
Esa ley haría delito grave el robo, y aumentaría las penas hasta 35 años de prisión para quien cometa el hecho. Igualmente, castiga con mayor severidad su trasiego, almacenamiento y comercialización. Contempla sanciones de hasta 60 años de prisión para actos de terrorismo contra instalaciones de Pemex, y castigos para permisionarios que alteren las bombas despachadoras para vender incompletos los litros de gasolina y los kilos de gas.
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