La imagen protagonista de esta nota, es cruda y desgarradora. Es triste, es cruel, y mínimamente provoca una sensación de desesperanza, de desolación. Y todo ello a la vez.
Michoacan,MX.-15/May/2015 En esta época donde se hablan de promesas y más promesas, de sueños e ilusiones de todos colores asegurando que van a sacar a Michoacán de su condición deprimente y desolada, sin empleos, sin industrias, sin buenos sueldos, sin esperanzas de un futuro mejor, esta foto es un golpe que nos devuelve a la realidad de un sólo vistazo. O hay que ser muy insensible para no verlo así:
Una madre jornalera duerme en el suelo, vencida por el cansancio, junto a su pequeño hijo semidesnudo en una tarde cualquiera en Tepalcatepec. Detrás de ellos dos niñas más, probablemente también sus hijas.
La madre de piel quemada por el sol con las rodillas raspadas, desgastadas, descalza mientras el bebé recostado a su lado, ambos reposando en el suelo desnudo, polvoriento.
Brutal.
La fototografía fue captada apenas días atrás por el reportero gráfico Francisco Vieyra en un recorrido realizado por diversos centros de trabajo de jornaleros en el estado, acompañado del experimentado periodista Andrés Resillas, quien difundió la imágen en las redes sociales misma que ha causado revuelo por el reflejo de una dura, durísima realidad: el Michoacán verdadero.
Los jornaleros son nota a nivel nacional en estos días, como pocas veces al ser un sector vulnerable que escasas ocasiones atrae la atención de los medios, ello por las protestas de cientos de ellos en el Valle de San Quintin, en Baja California, reclamando por mejores salarios y condiciones laborales toda vez que son explotados a puntos máximos con escasa paga y cero prestaciones sociales.
Fuente.-Changoonga Mich./
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