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domingo, 28 de febrero de 2016

EL "CHAPO" se BURLA del $I$TEMA de JU$TICIA",en "TRES SENTENCIAS...tambien TRE$ VECE$ AB$UELTO".


Entre marzo de 1994 y el 1 de agosto de 1997, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, fue sentenciado en tres ocasiones. En todas resultó absuelto, según los registros judiciales. Las demás querellas en su contra, una veintena, han sido infructuosas, pues los abogados del capo sinaloense las han nulificado. Peor aún, las promesas de Jesús Murillo Karam –quien en julio de 2014 dijo que Guzmán Loera sería juzgado y sentenciado por narcotráfico para, después de cumplir su condena, extraditarlo a Estados Unidos– tampoco han prosperado.
Pese a las acusaciones en su contra desde hace más de 20 años, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, El Chapo, no ha recibido hasta ahora ni una sola sentencia condenatoria por narcotráfico.
Es más, ha sido absuelto o amparado en una veintena de casos relacionados con homicidios, producción y tráfico de mariguana y cocaína, delitos contra la salud o portación de arma reservada a las Fuerzas Armadas.
Ni la Procuraduría General de la República (PGR) ni la justicia federal lo han acreditado como uno de los principales jefes de la delincuencia organizada en México, pese a que durante años fue buscado como el narcotraficante más importante del mundo.
Su historia judicial es larga. Se inició a principios de los noventa. Y aun cuando ha sido señalado como jefe de una organización delictiva trasnacional, sólo tiene tres sentencias condenatorias por asociación delictuosa, no por narcotráfico. Todas datan de sus inicios en el mando del Cártel de Sinaloa; la más firme fue la del 1 de agosto de 1997, hace 19 años.
Además de esas tres condenas, los registros judiciales de Guzmán, obtenidos por Proceso, refieren 20 acusaciones penales en las que ha sido absuelto y 12 más que enfrentaba al momento de ser capturado por primera vez en el gobierno de Enrique Peña Nieto, en febrero de 2014. Consultado por esta revista, el abogado coordinador de su defensa, José Refugio Rodríguez Núñez, asegura que actualmente hay 10 procesos penales abiertos contra El Chapo, además de los dos de extradición.
Desde el gobierno de Carlos Salinas, el capo sinaloense ha sido acusado por la PGR, pero desde entonces ha sorteado en los tribunales los principales cargos en su contra.
En los gobiernos de Salinas y de Ernesto Zedillo libró las acusaciones de narcotráfico, a pesar de que ya estaba señalado por las autoridades como uno de los jefes del Cártel de Sinaloa.
Detenido en Guatemala en junio de 1993 y encarcelado en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, entonces conocido como Almoloya –hoy El Altiplano–, en el Estado de México, Guzmán obtuvo 18 sentencias absolutorias mientras estuvo en prisión durante los noventa.
Además se quedaron archivadas dos averiguaciones previas iniciadas en 1995 y 1996 en la delegación de la PGR en Jalisco. Una de ellas, la 654/95, era por delito contra la salud, según consta en los reportes oficiales sobre su situación jurídica.
Después de su primera fuga de un penal de máxima seguridad, el de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero de 2001, al inicio del gobierno de Vicente Fox, Guzmán Loera prácticamente no volvió a ser molestado ni por la vía judicial.
El gobierno de Felipe Calderón tampoco se afanó en una sólida persecución legal, y hasta mediados de su sexenio apenas lo consignó por cargos que tampoco pudo acreditar. Uno de sus acusadores fue el entonces titular de la PGR y actual ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Eduardo Medina Mora.
La administración de Peña Nieto, que en febrero de 2014 capturó a Guzmán Loera después de 13 años y lo reaprehendió en enero pasado a medio año de fugarse por segunda vez de un penal federal de máxima seguridad, el del Altiplano, dice estar dispuesta a extraditarlo a Estados Unidos, que lo acusa también de narcotráfico. Pero este gobierno tampoco ha logrado una sentencia firme en su contra como narcotraficante.
Según los registros judiciales, El Chapo sólo ha sido condenado tres veces. La primera en marzo de 1994, un año después del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. El jerarca católico fue ejecutado en el aeropuerto de Guadalajara por el Cártel de los hermanos Arellano Félix en una supuesta confusión en la cual el objetivo era Guzmán Loera.
Las condenas
El Juzgado Cuarto de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal lo sentenció a 12 años de prisión; aunque después, el 26 de septiembre de ese año, el Primer Tribunal Unitario del Primer Circuito en el DF le redujo la pena a siete años.
La segunda condena en su contra es del 29 de noviembre de 1996, cuando el Juzgado Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en Toluca lo encontró responsable del delito de asociación delictuosa y lo sentenció a seis años de prisión. La pena fue confirmada en octubre de 2000 por el Segundo Tribunal Unitario del Segundo Circuito, también de Toluca. Tres meses después de que se le ratificara esa condena, se fugó del penal de Puente Grande, Jalisco, al que había sido llevado en 1995.
La tercera y última condena que ha recibido fue el 1 de agosto de 1997, cuando el Tercer Tribunal Unitario del Tercer Circuito de Jalisco le impuso una pena de siete años con nueve meses de prisión, acusado de cohecho y asociación delictuosa.
Hasta ahí las condenas. Las demás han sido sentencias absolutorias por falta de elementos o amparos que le han significado la anulación de órdenes de aprehensión, archivo del caso o la libertad plena. Así, Guzmán Loera ha librado acusaciones de homicidio, tentativa de homicidio, secuestro, asociación delictuosa, tráfico de marihuana y cocaína, financiamiento para ejecutar delitos contra la salud, usurpación de funciones públicas, uso de documento falso, cohecho y transporte de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, entre otros.
En total, son 20 procesos penales y averiguaciones previas en los que ha sido absuelto en juzgados de la Ciudad de México, Puerto Vallarta, Saltillo, Mexicali, Toluca, Guadalajara, así como en la delegación de la PGR en Jalisco. Ésta ha sido la entidad donde ha tenido mayores resoluciones a su favor: siete en juzgados y tribunales y dos del Ministerio Público federal. Le siguen los tribunales de Toluca, que le han dado seis sentencias absolutorias; mientras que los de la Ciudad de México lo han exonerado en tres casos.
Se trata de acusaciones que le hicieron en los noventa los gobiernos de Salinas y Zedillo. Para la justicia federal, las actuaciones contra El Chapo en esos dos gobiernos fueron insuficientes para condenarlo. Destaca el proceso penal 66/93, en el que el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Penal en el Distrito Federal ordenó su inmediata libertad al exonerarlo del delito contra la salud en las modalidades de transportación, venta, compra e introducción ilegal al país de mariguana y cocaína, así como de asociación delictuosa.
Perseguido tras el asesinato de Posadas Ocampo, Guzmán fue detenido en Guatemala en 1993 cuando se cayó la avioneta en la que viajaba. Fue una casualidad, según relató a Proceso uno de los militares guatemaltecos que participó en la aprehensión (edición del 5 de junio de 2011). Fue internado en Almoloya y en 1995 trasladado a Puente Grande, de donde se fugó el 19 de enero de 2001. Luego vinieron los años de protección de los gobiernos del PAN.
Cuando fue capturado en Mazatlán, el 22 de febrero de 2014, luego de 13 años de huir, se reactivaron una docena de procesos penales en su contra. Uno de ellos es el 16/2001, abierto a raíz de la fuga por el entonces titular de la PGR, el general retirado Rafael Macedo de la Concha, en el gobierno de Fox. El Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal le dictó auto de formal prisión por los delitos de delincuencia organizada y cohecho hasta el 8 de marzo de 2014.
Según la acusación de la PGR con Macedo, referida en los antecedentes judiciales del Chapo, éste “permeó al personal de custodia del Centro Federal de Readaptación Social Número 2, en Puente Grande… logrando un sinnúmero de beneficios…” Entre ellos, que él y otros internos “tuvieran comunicación con el exterior y… con los demás miembros del grupo delictivo al que pertenece, lo que posibilitó la introducción reiterada y sistemática de narcóticos y sustancias prohibidas”, así como mujeres y aparatos electrónicos.
A cambio de dinero, dice, el personal dejaba transitar al Chapo y a sus compañeros en lugares no autorizados y en horarios no permitidos, que ejercieran autoridad sobre otros internos, que tuvieran celulares y que trabajadoras del penal tuvieran relaciones sexuales con los internos, además de que le permitían hacer fiestas con grupos de música.
Procesos pendientes
De ese entonces también se mantiene vigente el proceso penal 135/2001-II, aunque fue hasta marzo de 2014 que se le dictó la formal prisión por el delito de delincuencia organizada. Sin embargo, en esa misma causa se le concedió la libertad por el delito contra la salud “en las modalidades de colaboración en el fomento para posibilitar delitos de esa naturaleza, así como la producción, tráfico y extracción de cocaína y metanfetaminas”.
Para la justicia federal, la PGR con Macedo sólo justificó el delito de delincuencia organizada, figura penal que entró en vigor en 1996. Según la acusación, desde entonces la agrupación del Chapo opera como grupo de delincuencia organizada al ser más de tres personas concertadas para delinquir. Además de Guzmán, en los liderazgos del Cártel de Sinaloa identificó a Arturo Beltrán Leyva, Jesús Palma Salazar, Sergio Fierro Chávez, Albino Quintero Meraz y Juan José Esparragoza Moreno, entre otros.
Arturo Beltrán Leyva rompió su alianza con Guzmán en 2008 y en diciembre de 2009, en el gobierno de Calderón, fue acribillado por elementos de la Marina. Palma fue extraditado en 2007 a Estados Unidos. Quintero Meraz estuvo encarcelado hasta 2014 y de Esparragoza Moreno, El Azul, se asegura que murió en 2014 en Guadalajara (Proceso 1963).
De acuerdo con esa acusación, el fin de la organización era “cometer delitos contra la salud en forma permanente” en Guerrero, Chiapas, Veracruz, Nuevo León, Colima, Sinaloa, Sonora, Quintana Roo, México, Nayarit, Baja California, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Chihuahua, Oaxaca y el Distrito Federal, así como en Estados Unidos y Colombia.
Durante todo el sexenio de Fox y la primera mitad del gobierno de Calderón, El Chapo no fue perseguido ni siquiera desde los escritorios de la PGR. Después de Macedo, el último procurador de Fox, Daniel Cabeza de Vaca, no emprendió ninguna acción legal en su contra. Cuando salió de la PGR, Cabeza de Vaca se convirtió en integrante del Consejo de la Judicatura Federal, órgano encargado de administrar los juzgados federales.
No fue hasta 2008 cuando el gobierno de Calderón reactivó las acciones penales contra Guzmán, pero sin que los procuradores Eduardo Medina Mora, Arturo Chávez y Marisela Morales lograran una sentencia firme. De nueva cuenta, varios de los cargos contra Guzmán se cayeron.
En el proceso penal 50/2009/III, consignado en julio de 2009 bajo la gestión de Medina Mora, El Chapo fue acusado de delincuencia organizada y delitos contra la salud. Pero la justicia federal sólo le dictó formal prisión por el primer caso, mientras que le dio la libertad en el delito contra la salud en la modalidad de posesión con fines de comercio, en la hipótesis de venta de cocaína.
En ese caso, que se instruye en el Juzgado Quinto de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, Guzmán obtuvo además, el 6 de marzo de 2015, una suspensión de plano para no ser trasladado del Altiplano con fines de extradición, deportación o expulsión, según resolución del Juzgado Sexto de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México.
En su consignación, la PGR acusó al Chapo de que el 24 de abril de 2009 “tuvo dentro de su radio de acción y disponibilidad inmediata, 445,200.00 gramos de cocaína”, contenidos en 449 paquetes, en una casa del fraccionamiento Los Pinos, de Mexicali, Baja California.
La dependencia lo señaló como líder del Cártel de Sinaloa, “constituido precisamente para realizar el tráfico de mariguana y cocaína en diversos estados de la República Mexicana y su introducción a diversos países”. Añadió que bajo sus órdenes, el cártel recibía cargamentos de droga procedentes de Colombia para luego introducirlos a Estados Unidos. Esa acusación hecha por la PGR con Medina Mora no fue avalada ni por el Juzgado Quinto de Distrito ni por el Cuarto Tribunal Unitario del Segundo Circuito, en el Estado de México.
La siguiente acusación, que aún está en litigio, es la 84/2010, fue emprendida cuando Arturo Chávez ya estaba en la PGR. Está radicada en el Juzgado Sexto de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México. Fue hasta mayo de 2014, tres meses después de  haber sido capturado por primera vez en el actual gobierno, que se le dictó auto de formal prisión por delincuencia organizada y delitos contra la salud.
Acusaciones sin sustento
En este proceso, la PGR de plano refiere que Guzmán “es considerado como el traficante de drogas más importante en México y Estados Unidos”. Con base en información de autoridades de este último país, dice que desde los años noventa El Chapo “usó un complicado sistema de túneles que desembocaban en Douglas, Arizona, para introducir cocaína desde México”; además de que las autoridades del sur de California, Estados Unidos, lo acusan de conspirar para introducir cocaína, lavado de dinero y falsificación.
Chávez también lo consignó en el proceso 206/2010 y fue hasta después de su captura de febrero de 2014 que se le dictó auto de formal prisión por el delito de delincuencia organizada con la finalidad de cometer delitos contra la salud.
Con Marisela Morales al frente de la PGR, Guzmán fue consignado en mayo de 2011 por el delito genérico de delincuencia organizada ante el Juzgado Segundo de Distrito en Matamoros, Tamaulipas, cargo por el que también se le dictó auto de formal prisión.
La acusación dice: “existen imputaciones directas y categóricas” que lo señalan “como la persona que tenía las funciones de dirección, administración y supervisión” del Cártel de Sinaloa, dedicado al tráfico de estupefacientes a Estados Unidos.
Ese mismo año, se le inició el proceso 175/2011-V ante el Juzgado Primero de Distrito en Procesos Penales Federales en Matamoros, también por delincuencia organizada y delitos contra la salud, por los que fue declarado formalmente preso en marzo de 2014.
La acusación, aún en litigio, lo señala de nuevo como el jefe del Cártel de Sinaloa, grupo “conformado para realizar principalmente conductas delictivas, sobre todo contra la salud”.
El último proceso penal que tuvo con Calderón fue el 364/2012, en el que también se han caído las acusaciones. Aunque en ese caso se le dio la formal prisión por el delito contra la salud, en su modalidad de colaboración de cualquier manera al fomento para posibilitar la ejecución de ilícitos, obtuvo libertad, por falta de elementos, en la acusación de delincuencia organizada en la modalidad de posesión de semillas de mariguana y amapola, con fines de siembra, cultivo y cosecha en el municipio de Tamazula, Durango.
A raíz de su primera captura, el gobierno de Peña Nieto lo acusó de posesión de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, así como de cartuchos también de uso exclusivo, en el proceso penal 10/2014, que se instruye en el Juzgado Décimo de Distrito en Mazatlán, Sinaloa, donde fue detenido en febrero de 2014.
En junio siguiente, inició el proceso penal 20/2014, bajo la acusación de realizar vuelos clandestinos. Ambos procesos fueron abiertos cuando el titular de la PGR aún era Jesús Murillo Karam, quien expresó inicialmente la decisión del gobierno de extraditar a Guzmán hasta que cumpliera sus condenas en México. Aunque dijo que pasarían “300 o 400 años” para que eso ocurriera, Guzmán Loera sigue sin tener alguna sentencia condenatoria firme por narcotráfico en México. 
Fuente.-

CAPTURA la MARINA en "MONTERREY-CUMBRES" al 98"CARRIZALEZ CAPO del CDG en TAMAULIPAS"....a esta "iglesita",finalmente le llego su "fiestecita".

Imagen.-Internet

Elementos de la Secretaría de Marina Armada de México, capturaron a un presunto líder de un grupo criminal de Tamaulipas, al catear un domicilio de la colonia Cumbres quinto sector, al poniente de Monterrey.
La DETENCION,también en "MILENIO.COM".


Durante un operativo discreto que se realizó durante la madrugada del sábado, los efectivos detuvieron a Juan Francisco Carrizales Lara, conocido como "El 98", según un comunicado emitido la noche de ayer.

Sin revelar muchos detalles, sólo se informó que al detenido le aseguraron cuatro kilogramos de mariguana, un fusil AR-15 y una camioneta de lujo.

Según las indagatorias, Carrizales Lara sería el jefe regional del Cártel del Golfo en las ciudades de Nuevo Laredo y Díaz Ordaz, Tamaulipas, así como Río Bravo.


Los marinos llegaron de manera sorpresiva a un domicilio en el quinto sector de dicha colonia Cumbres, donde en una acción rápida detuvieron a la persona ya mencionada.

Sin embargo, no se señaló la calle y número donde fue capturado.

Trascendió que el ahora detenido lidera al grupo denominado "Los Metros", que mantiene una pugna por estas plazas contra otro de apodo "Los Ciclones", en las ciudades de ReynosaRío Bravo y Matamoros.

Debido a esta lucha, se ha generado a últimas fechas una violencia en el estado de Tamaulipas, de acuerdo a las versiones de las autoridades.


El individuo fue puesto a disposición de la SEIDO, donde se llevan a cabo las indagatorias correspondientes.

fuente.-

!!! MAS EJECUTADOS en VICTORIA !!! "SIGUE VIOLENCIA y la SIGUEN OCULTANDO"....no hay "disfraz" que sirva.


El gobierno de Tamaulipas continua con su estrategia de "ocultar" la violencia en el animo de minimizar el "reclamo social" pero alentando la especulación con la falta de información oportuna que alerte de las incidencias oportunamente,la falta de esta pone en peligro a ciudadanos,asi ocurre en toda la entidad,pero hoy Ciudad Victoria vive una de sus peores crisis en materia de "Seguridad" con EJECUCIONES,DESCUARTIZADOS,TIROTEOS e INCENDIOS INTENCIONADOS en esa otra estrategia de los "GRUPOS de CRIMINALES ZETAS" y sus antagónicos en abierta PUGNA que cotidianamente siguen sembrando de cadaveres a esta Capital y que son "ocultados deliberada y dolosamente".

Cd.Victoria,-28/Feb/2016 Y que solo gracias a los trascendidos en "redes sociales" es posible hacer acopio.Ayer nuevamente fueron acribilladas dos personas entre estas una mujer cuyos cuerpos inertes fueron localizados en el interior del expendio de cerveza identificado como "Abarrotes Galvan 2" ubicado en la Colonia Marte R.Gomez,los ejecutados que se suman a una muy extensa lista de muertos en las mismas circunstancias presentaban múltiples disparos de arma de fuego de grueso calibre,aun no han sido identificados plenamente  y se presume los hechos habrían ocurrido durante la misma madrugada del  día de ayer.

Igual ayer mismo trascendió el incendio deliberado del que fuera el "Restaurante y Bar" la "VIKINA" ubicado en una de las arterias mas transitadas de céntrico sector de esta capital.

LOS "EX-PRESIDENTES PARASITOS" y "VIVIDORES del PODER"...costosos fueron sus "desgobiernos",costosos sus "privilegios" actuales.


Ni las sucesivas crisis económicas que mantienen empobrecida a la mayoría de los mexicanos ni los inacabables casos de corrupción que han exhibido al gobierno en todo el mundo ni las políticas de “austeridad” implantadas ante estos escenarios se han traducido en una voluntad política dispuesta a acabar con los privilegios de los expresidentes de la República, la mayor parte de los cuales son, en dinero y en especie, de los más altos del mundo. 
En su libro Los parásitos del poder, que acaba de ser puesto en circulación por Ediciones Proceso, los investigadores Ernesto Villanueva e Hilda Nucci aportan los elementos nodales para comprender por qué buena parte de esos beneficios son ilegales, además de escandalosamente desproporcionados.
Pensionados de por vida con cientos de miles de pesos mensuales por unos cuantos años de trabajo, agraciados para siempre con seguro social y seguro de gastos médicos mayores para ellos y sus familias, asistidos y protegidos por centenares de empleados públicos, favorecidos con subvenciones y apoyos de todo género, los expresidentes mexicanos forman una casta insólita, única en el mundo por sus privilegios casi monárquicos y los multimillonarios recursos que consumen del erario, muy superiores incluso a los de los países más ricos.
Si bien desde el periodismo, la academia y la arena política ha logrado documentarse una breve parte de esa condición parasitaria que se eterniza a costa del dinero de los ciudadanos, en México muy difícilmente puede encontrarse una investigación que, con datos duros y basada en rigurosas metodologías de las ciencias sociales, haya abarcado ese cúmulo de beneficios como lo hace Los parásitos del poder. Cuánto cuesta a los mexicanos mantener los privilegios de los expresidentes, libro de Ernesto Villanueva e Hilda Nucci que Ediciones Proceso acaba de lanzar a la circulación.
“En México, para que un ciudadano de a pie pueda ser sujeto de una pensión por cesantía en edad avanzada conforme a la Ley del Seguro Social de 1997, debe tener cumplidos 60 años al momento de causar baja en el IMSS, haber cotizado como mínimo mil 250 semanas –más o menos el equivalente a 25 años de trabajo–, estar de baja ante esta dependencia al momento de realizar la solicitud y encontrarse privado de actividad remunerada”, puntualizan los autores.
Por el contrario, advierten, “un presidente o su similar pueden tener una pensión privilegiada con una quinta parte del trabajo de una persona común”.
Los autores se dieron a la tarea de revisar los ordenamientos legales relativos a los beneficios de los exgobernantes en 21 naciones representativas de los cinco continentes y compararlos con la situación mexicana. Sus hallazgos fueron contundentes:
“El caso que más llama la atención es el de México, pues es el único país donde un expresidente recibe aproximadamente 2 mil 379 salarios mínimos como ingreso global mensual.”
Con base en ese ejercicio comparativo, los académicos consideran que a mayor desarrollo económico y democrático en los países analizados, hay más equidad entre los ciudadanos que menos ganan y quienes tienen ingresos después de haber sido presidentes.
“Tal es el caso de Dinamarca, donde el exprimer mandatario percibe 0.8 salarios mínimos mensuales. Por el contrario, en países con menor nivel de desarrollo (como el ya citado caso mexicano) se aprecia una amplia inequidad entre los salarios mínimos mensuales y lo que perciben los exmandatarios.”
Los autores también encontraron que en los países con mayor desarrollo económico y político no solamente hay más racionalidad en el manejo del gasto público destinado a los exmandatarios, sino que los criterios de austeridad son más precisos que en las naciones con menores índices en los citados aspectos.
“En Estados Unidos los servicios de ayuda y de asistencia médica para los exmandatarios son mucho menores, por ejemplo, que los de Botsuana y México, donde la cobertura médica es completa para el expresidente y su familia, con cargo al erario.”
Por la amplísima gama de ayudas y servicios que reciben los exprimeros mandatarios en México, el estudio de los dos investigadores “incluyó en algunos casos los ingresos globales y no sólo la pensión (salario) en estricto sentido, puesto que en los demás países los apoyos complementarios son simbólicos o testimoniales”.
Explican:
“No se observan las mismas pautas que en México, donde la parte sustantiva consiste en el rubro de apoyo, seguridad y servicios, bastante más que de los ingresos derivados de la pensión. Peor todavía, en el caso de los 425 servidores públicos (asignados a un expresidente), varios de ellos de alto nivel, es probable que no existan físicamente o que sus nombres se presten para incrementar el rubro de ingresos económicos. Y es probable que suceda así por la falta de información desagregada en la Presidencia de la República, como información pública de oficio, y la negativa para identificar nombres y apellidos de personas asignadas a cada uno de los exmandatarios. La opacidad, como es sabido, se constituye en germen de la corrupción.”
De la simulación a la corrupción
Del volumen de Villanueva y Nucci se deduce claramente que, así como la corrupción es desde hace décadas el sello distintivo de los políticos mexicanos, prohijada y perfeccionada por el PRI y reproducida durante las presidencias panistas, la imaginería popular y la certeza de los sectores críticos de la sociedad coinciden en ubicar el presidencialismo y el expresidencialismo como poderes omnímodos que actúan en aras del enriquecimiento personal y para perpetuarse, aposentados en el fuero –como si las ventajas de las que gozan no fueran suficientes– que permite toda clase de arbitrariedades y las perdona igualmente todas.
Un ejemplo de esas potestades inconmensurables es que, mediante decretos o simple influyentismo, los presidentes se heredan cada vez más prebendas para cuando se conviertan en exmandatarios.
Los académicos citan el caso del expresidente priista Ernesto Zedillo, miembro de consejos de administración de algunas empresas trasnacionales con las que tuvo contacto durante su encargo como titular del Ejecutivo. Para ambos, “el sentido común diría que por eso (Zedillo) incurrió en conflicto de interés, pero muy pocos han cuestionado el punto; peor aún, la mayoría ni siquiera se lo ha planteado”.
Anotan asimismo que el último día de su mandato, “Felipe Calderón ratificó mediante una reforma al Reglamento del Estado Mayor Presidencial (EMP) la decisión de que él y su familia reciban seguridad militar vitalicia consistente en 425 activos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada o más, según lo considere pertinente, así como servicios médicos exclusivos”.
Los investigadores hacen notar que los demás exgobernantes de la nación “se quedan con sus beneficios anteriores, mientras que a partir de Calderón se incrementan las prerrogativas.” Y cuestionan: ¿De qué manera pueden justificarse las descomunales pensiones y apoyos a los expresidentes de la República ante los criterios gubernamentales de “austeridad y racionalidad” expuestos sexenio tras sexenio en los discursos oficialistas?
En prácticamente la totalidad de los 21 países estudiados en Los parásitos del poder el subsidio para la seguridad de los exgobernantes “es inexistente en el caso de 16 países, o simbólico (cuatro), y sólo Sierra Leona tiene 30 elementos de seguridad”.
Pero en todos los casos, advierten, “las diferencias con México son bien marcadas: 350% más que en Sierra Leona y elementos con grados militares del más alto nivel. En Sierra Leona los funcionarios asignados son meros agentes de la policía”.
Los autores se dicen sorprendidos por el hecho de que en Canadá, Dinamarca, Nueva Zelanda y el Reino Unido el erario no paga servicios de seguridad para los exgobernantes y sus familias, sino que son ellos mismos quienes los solventan por cuenta de la pensión que perciben.
En su análisis del rubro de gastos de oficina para los exgobernantes, los autores detectaron diferencias abismales entre las naciones revisadas y México:
“En 38% de los países analizados (ocho) no hay partidas del erario para gastos de oficina de los exmandatarios. En 61% (13) los apoyos no superan seis personas (Francia), como ayudantía no militar. En el caso de México los asistentes no militares, hasta donde se tiene conocimiento por las normas legales imperfectas que existen, superan en 400% el caso de Francia, sin una lógica o explicación racional de por qué se han tomado estas decisiones.”
En el apartado correspondiente a los servicios de salud para los expresidentes en las naciones revisadas, los autores encontraron que 47% de éstas (10) prevén servicios iguales a los de la seguridad social del Estado, sin privilegio alguno. En 28% de la muestra analizada (seis países) los exmandatarios cuentan con el pago de la prima de seguro de gastos médicos mayores y descuento parcial (éste último en Estados Unidos) en los hospitales del ejército.
“Sólo México –destacan– cuenta con servicios de salud totalmente pagados en los hospitales militares, y el importe total de los seguros de gastos médicos privados son con cargo al erario.”
Las pensiones como regalo
En su edición 1742, Proceso publicó que para pertenecer a la socialité mexicana hay tres maneras: tener un apellido de abolengo que venga desde principios del siglo pasado, formar parte de las familias de empresarios poderosos o estar bajo el cobijo de la nobleza política, compuesta por las familias de los expresidentes.
El mismo reportaje indicaba que hasta 2010 la manutención del expresidente Luis Echeverría Álvarez había significado 133 millones 605 mil 541 pesos, distribuidos entre sueldos (81 millones 228 mil pesos), aguinaldos (1 millón 443 mil pesos) y nómina de 23 empleados (50 millones 933 mil pesos).
Hasta su muerte, en febrero de 2004, José López Portillo obtuvo del erario por lo menos 52 millones 609 mil 494 pesos entre salarios y aguinaldos, además de un seguro de vida –que pudo cobrar su familia– estimado en 8 millones 204 mil pesos.
“Sin embargo, el fallecimiento del expresidente no significó que desapareciera el apoyo a su familia. Su segunda esposa, Alejandra Acimovic Popovic (conocida como Sasha Montenegro, una estrella del cine de ficheras), percibe una pensión de 102 mil 561 pesos y un aguinaldo de 21 mil 875 pesos, además de los seguros de vida y de gastos médicos mayores. En seis años –y hasta el cierre de 2010–, ella habría recibido 8 millones 553 mil pesos de pensión, de acuerdo con cifras proporcionadas a Proceso por la Presidencia, a través de la Ley Federal de Transparencia.”
Volviendo al trabajo de investigación de Villanueva y Nucci, éste indica que en cuanto a pensiones para descendientes, “Chile es el único país de la muestra donde ni el cónyuge supérstite ni los hijos tienen derecho a ningún beneficio”.
Por lo demás, en los 20 países restantes hay beneficios para los descendientes, pero varían de una nación a otra. Los autores refieren que en Italia y Costa Rica los descendientes y cónyuges supérstites sólo perciben los montos autorizados por la ley de seguridad social, sin ningún privilegio adicional.
“En México, sin embargo, además de otorgar una pensión a la viuda de un expresidente, se le siguen otorgando elementos de apoyo por concepto de seguridad”, afirman.
Para Villanueva, colaborador de Proceso con doctorados en derecho y en comunicación pública, además de ser integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y para Hilda Nucci, doctora en derecho e investigadora en el proyecto Conacyt /Sociedad Civil y Calidad de la Democracia, llama la atención que los montos de la pensión y los apoyos de los que gozan hasta ahora los expresidentes han sido asignados sin que medie ningún estudio, motivación o argumentación.
Luego de revisar las legislaciones que de una forma u otra tienen que ver con los beneficios otorgados a los exmandatarios mexicanos, los académicos sentencian:
“Sin base normativa válida se ha otorgado a los expresidentes una pensión equivalente al ingreso del máximo tabulador de un secretario de Estado.”
Y añaden: “No se cuenta, hasta donde hemos analizado, con elementos orientativos que justifiquen esta decisión. Más todavía, la experiencia comparada ofrece un panorama atendible para adoptar una solución al caso mexicano. En principio es de llamar la atención que ningún país de América Latina tiene una pensión similar al caso de México”.
Exponen: “Los expresidentes de Costa Rica tienen asignada una pensión de un poco más de 99 mil pesos, y en Colombia de 147 mil 600 pesos, sólo por citar los más bajos de la región y siendo el más alto Chile, con un total aproximado de 560 mil pesos, pero que incluye la pensión global.
“Incluso países del primer mundo tienen pensiones menores a las que se otorgan en México. En Italia la pensión asciende a 380 mil 136 pesos, y en Francia a 164 mil 266 pesos mexicanos, sin sumar los apoyos de seguridad y gastos.”
Dividido en cuatro capítulos –“Expresidentes de México: vivir del erario, vivir del pueblo”, “Privilegios de exgobernantes en países de los cinco continentes”, “Cuadros y gráficas comparativos (ingresos mensuales de los exmandatarios) y “Conclusiones”–, el libro de Villanueva y Nucci indica:
“En Estados Unidos los expresidentes tienen una pensión equivalente al salario que reciben los exmandatarios mexicanos; esa cantidad, empero, es equivalente a 7.8 salarios mínimos mensuales, aproximadamente. En España el exjefe de gobierno tiene una pensión equivalente a 205 mil 203 pesos mexicanos, que representa 19 salarios mínimos mensuales de ese país.
“En México, por el contrario, el monto equivalente al salario de un secretario de Estado es de más de 97 salarios mínimos mensuales en la zona económica más alta del país. De este modo, se puede concluir que la pensión que se otorga a los expresidentes en México es ajena a los estándares internacionales y no honra los principios de equidad, austeridad y racionalidad del gasto público que constituyen la columna transversal del diseño normativo del país.”
No hay ley que valga
Ante el panorama de simulación, arbitrariedad, discrecionalidad y dispendio detectados por el trabajo de Villanueva y Nucci en relación con los beneficios de los que gozan los expresidentes mexicanos, no hay ley que los contenga. Peor todavía, las iniciativas propuestas en el Congreso de la Unión para regular de manera veraz y racional esos privilegios, y desde luego transparentarlos, han sido mandadas directamente a la basura, según se desprende del libro de ambos académicos.
Es el caso de al menos una decena de propuestas de ley planteadas de 2002 a 2011, la mayor parte de ellas por legisladores del PRD y en muy menor medida por el PRD y el PT.
Es implacable al respecto la conclusión de los autores de Los parásitos del poder: “Al margen de una ley y, peor todavía, de la ley, se han otorgado pensiones a los expresidentes de la República, lo que por sí es inaceptable en un estado de derecho mínimo”.
Un dato más: El Fondo Monetario Internacional, en su informe Perspectivas económicas mundiales 2012, ubicaba a México en el sitio 14 y a Estados Unidos en el número 1. “¿Cómo justificar una pensión idéntica entre los exprimeros mandatarios de Estados Unidos y México si éste tiene una economía 14 veces menor?”
Así, prosiguen los investigadores, “la media de las pensiones que perciben los exmandatarios de las 15 economías más grandes del mundo ronda los 250 mil pesos mexicanos mensuales. Esa cifra desciende a 200 mil pesos mensuales si se consideran sólo los países de Iberoamérica, salvo Chile. En ningún caso, empero, la equivalencia entre número de salarios mínimos mensuales y la pensión del expresidente o equivalente es razonablemente similar al caso de México, donde la diferencia entre quienes ganan un salario mínimo mensual y la pensión expresidencial es la más alta del mundo”.
En lo que atañe a la seguridad de quienes han ocupado la titularidad del Ejecutivo Federal, arguyen Villanueva y Nucci, “en los acuerdos y disposiciones que se han expedido tampoco se observa la lógica que explique el número de elementos que debe tener un pensionado de esta naturaleza”.
La conclusión de los autores es inequívoca, con base en sus estudios comparativos: “En efecto, no existe en el mundo ningún país que otorgue una escolta para seguridad tan amplia como la que se le brinda a un expresidente mexicano”.
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Por "AUSENCIA de MILITARES en TAMAULIPAS RESURGIO la VIOLENCIA,afirman CIUDADANOS"....y una "suma" de errores mas.


Luego de que 2 mil 800 elementos del Ejército dejaron de apoyar la seguridad pública en Tamaulipas desde diciembre del año pasado, debido a que el Gobierno estatal no renovó el convenio para su permanencia, la violencia se desató de nuevo en la entidad, aseguraron organismos ciudadanos y la iniciativa privada. 

Sin la presencia de efectivos y patrullajes militares en las calles, los hechos violentos en Ciudad Victoria y los municipios fronterizos de Matamoros y Reynosa se han recrudecido. 

Tan sólo en los últimos 30 días el Grupo de Coordinación Tamaulipas (GCT) ha reportado ocho homicidios y dos ataques a negocios en la capital del Estado. 

El último hecho violento que causó terror entre la población ocurrió la noche del pasado 19 de febrero, cuando un comando armado disparó contra un restaurant bar ubicado en la zona comercial de la ciudad, a sólo tres cuadras de la Casa de Gobierno, dejando dos mujeres heridas de bala. 
En mayo del 2011, 2 mil 790 elementos de la Sedena llegaron a Tamaulipas para reforzar la seguridad pública en el Estado. 

En agosto del 2015, el GCT reportó la captura de 15 objetivos prioritarios del crimen organizado y el repliegue de los cárteles, lo que trajo un clima de tranquilidad en la entidad, que se rompió con la salida de los militares en diciembre del año pasado.

"Anteriormente ya habíamos extendido los horarios y ahorita nos vemos obligados otra vez a retroceder a cerrar más temprano y a buscar que los empleados estén más temprano en su casa tratando de evitar algún problema y tratando de proteger su integridad", señaló Fidel Gallardo Aguilar, presidente de la Coparmex. 

Organizaciones civiles atribuyeron el clima de violencia a la ausencia del Ejército. 

"No hay quien patrulle la ciudad, quienes están patrullando son los grupos criminales del Estado", dijo Guillermo Gutiérrez Riestra, presidente del Colectivo Familiares de Desaparecidos. 

En Reynosa, unas 30 patrullas quedaron inactivas luego de que la Policía Militar dejó la ciudad y desde entonces se han recrudecido las persecuciones, tiroteos y la quema de vehículos. 

Aunque el pasado 5 de enero el encargado de Seguridad Pública, Adán Iraí Salas Moreno, aseguró que los elementos de la Policía Militar regresarían, siguen ausentes. 

En Matamoros, la violencia también se ha recrudecido en los primeros dos meses del año con bloqueos y enfrentamientos entre los grupos criminales y las fuerzas federales, que incluso dejaron víctimas civiles. 

El 31 de enero, siete pistoleros fueron abatidos por las fuerzas federales y estatales en un enfrentamiento que alcanzó a una niña de 13 años que falleció en el Hospital del IMSS y su padre, que resultó herido al quedar en el fuego cruzado.

Gastan en policías y desertan 

Las corporaciones de Tamaulipas no sólo enfrentan al crimen organizado, sino también el éxodo de policías, en los que el Gobierno estatal ha invertido en capacitarlos, pero después de cobrar abandonan sus filas. 

De acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), tan sólo entre 2012 y 2015 se graduaron 762 elementos que enseguida ingresaron a la Policía Estatal Acreditable, con sueldos entre 12 mil y 14 mil pesos mensuales. 

Cada cadete que capacita la SSPE recibe una beca de 5 mil pesos mensuales por cinco meses que dura su adiestramiento. 

En total, el Gobierno estatal erogó 15 millones 240 mil pesos en la capacitación de policías, sin contar gastos de hospedaje y alimentación. 
El titular de la SSPE, Jesús Martínez y Martínez, dijo que tan sólo en diciembre pasado desertaron 40 elementos de la corporación.

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"MILITARES CUESTAN a TAMAULIPAS 500 MILLONES al AÑO"...y cuanto le cuestan sus "Políticos y su mediocridad" ?


En total el operativo de la Policía Militar en Tamaulipas cuestan 500 millones de pesos anuales, por lo que están buscando bajar el costo en el mayor porcentaje posible antes de firmar el nuevo convenio dijo el secretario de Finanzas.
Fernando Salinas Zambrano, subsecretario de Administración de Gobierno del Estado, aceptó que están haciendo un análisis para realizar un ajuste en el gasto de los militares, pues de forma mensual gastan en ese operativo 50 millones de pesos.
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