En una espectacular acción a finales de julio, las autoridades estadounidenses arrestaron al tristemente célebre narcotraficante mexicano Ismael "El Mayo" Zambada en la pista de un pequeño aeropuerto cerca de El Paso, Texas, después de más de 40 años de evadir captura.
La operación fue aclamada como una de las capturas más importantes en la historia de la guerra contra las drogas. También arrojó luz sobre una agencia estadounidense poco conocida y con un enorme alcance global involucrada en el arresto: Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés).
Creada bajo el Departamento de Seguridad Nacional de EU después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, HSI ha construido una gran presencia en todo el mundo en los últimos años. Con más de 7 mil agentes de campo, es la segunda agencia federal de aplicación de la ley más grande de Estados Unidos después de la FBI. Tiene oficinas en más de 50 países y su mayor puesto internacional está en México.
El Presidente George W. Bush otorgó a HSI una amplia jurisdicción en el momento de su creación: desde el tráfico sexual hasta los delitos financieros, el terrorismo, el tráfico de personas y el robo de arte. Los agentes tienen autoridad aduanera para inspeccionar computadoras y registrar carga sin orden judicial. Tienen acceso a registros bancarios estadounidenses y a datos del Tesoro sobre esquemas internacionales de lavado de dinero y la capacidad de emitir visas estadounidenses a informantes que enfrentan peligros en el extranjero.
En junio, el HSI ayudó a repatriar artefactos prehispánicos robados a México desde Seattle.
Pero es al sur del Río Bravo donde el HSI ha liderado silenciosamente la lucha con las autoridades mexicanas para acabar con criminales de alto perfil, desde importantes narcotraficantes hasta contrabandistas de personas y traficantes de armas.
Su papel en la lucha contra el crimen organizado en México se amplió significativamente bajo las Administraciones de Trump y Biden a medida que su atención se centró en la frontera suroeste. Un aumento en la migración ilegal llevó al Gobierno de Estados Unidos a atacar a grupos criminales que operan redes de tráfico de personas y trafican con drogas como el fentanilo, el opioide altamente adictivo que ha matado a cientos de miles de estadounidenses desde que se introdujo a las calles de Estados Unidos hace más de una década.
Creciente aislamiento de la DEA en México
El HSI calladamente ha ayudado a capturar algunos de los mayores blancos de seguridad de Estados Unidos en México en los últimos años, dicen funcionarios estadounidenses y mexicanos. El surgimiento del HSI como un actor importante en México se produce en momentos en que la DEA, alguna vez la agencia líder en la lucha contra las drogas, se ha visto obstaculizada por el Presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador. Ha llamado a los agentes de la DEA actores deshonestos en México que no respetan la soberanía del País.
Al mismo tiempo, los funcionarios del HSI en la Ciudad de México estaban profundizando sus vínculos con sus homólogos de seguridad mexicanos, señalan funcionarios de los gobiernos mexicano y estadounidense.
El HSI ahora trabaja con la unidad más grande de funcionarios de seguridad mexicanos avalados de cualquier agencia policial estadounidense en el País, dicen funcionarios estadounidenses y mexicanos. Los miembros de las unidades mexicanas son examinados mediante polígrafo para detectar vínculos con cárteles y son entrenados en Estados Unidos.
La cooperación bilateral en materia de seguridad sigue siendo sólida, dicen funcionarios de ambos países. El año pasado hubo más extradiciones de blancos de seguridad estadounidenses desde México que casi en cualquier otro momento en los últimos 20 años, muchos de ellos objetivos del HSI.
"Es una agencia menos conocida con un impacto mayor", destacó Oscar Hagelsieb, ex subdirector de crimen organizado del HSI. El bajo perfil de la agencia en el extranjero es intencional.
Las primeras señales de la Presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, sugieren que es probable que se amplíe la colaboración con el HSI, señalan funcionarios mexicanos y estadounidenses. La agencia trabajó con altos miembros del equipo de seguridad de Sheinbaum cuando ella fue Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. En el 2022, el HSI brindó información de inteligencia que resultó en la mayor incautación de cocaína en la ciudad: unas 1.6 toneladas de ladrillos envueltos en plástico y estampados con logotipos falsos de Prada y Tesla.
'El Nini' y 'El Ratón'
En el 2023, HSI proporcionó inteligencia a agentes del orden mexicanos que llevaron a la captura de Néstor Isidro "El Nini" Pérez Salas, el principal sicario de "Los Chapitos", los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán. Heredaron el imperio narcotraficante de su padre -una facción del cartel de Sinaloa- después de que éste fue capturado en el 2016 y enviado a una prisión de máxima seguridad en EU tres años después.
Más recientemente, Biden destacó la importancia de la captura de Zambada, un blanco con un precio de 15 millones de dólares por su cabeza que estaba en la lista de los más buscados de la DEA. La DEA presentó las acusaciones contra Zambada y Guzmán López, pero no participó en su captura, mencionaron funcionarios de Estados Unidos.
Uno de los mayores blancos de narcotráfico del HSI en México era Ovidio Guzmán López, otro hijo de El Chapo conocido como "El Ratón". Ovidio se había convertido en un pionero en el negocio del fentanilo en Sinaloa, según funcionarios mexicanos y estadounidenses, y operador de un laboratorio de drogas en Sinaloa.
En el 2019, fuerzas especiales del Ejército mexicano, utilizando inteligencia de HSI, capturaron a Ovidio en una casa en un elegante barrio de Culiacán, capital del Estado de Sinaloa y bastión del cartel. Pero cientos de hombres armados movilizados por sus hermanos sitiaron la ciudad, amenazando con ejecutar a soldados capturados y dispararon contra un complejo de viviendas para familias de militares. A las pocas horas, López Obrador se vio obligado a liberar a Ovidio para evitar un "baño de sangre", dijo el Presidente.
En el 2023, también con inteligencia del HSI, el Ejército mexicano atacó nuevamente en una operación que había sido planeada durante meses, señalaron funcionarios mexicanos. Cientos de fuerzas especiales mexicanas en helicópteros Black Hawk atacaron el complejo vacacional de Ovidio en un pueblo cercano a Culiacán. Alrededor de 100 sicarios y 10 soldados mexicanos murieron en la batalla, según personas familiarizadas con la operación.
Para aumentar la cooperación en materia de seguridad bajo el Gobierno de Sheinbaum, las agencias policiales estadounidenses deberán mantener un perfil bajo, dijo Andrew Selee, director del Instituto de Política Migratoria.
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