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domingo, 19 de noviembre de 2023

LA "SUERTE SI EXISTE": A "MENUDO el DESTINO se REDUCE a CIRCUNSTANCIAS ADEREZADAS con un POCO de MAGIA"...y todos tienen ese poder de crearla.


Nir Zicherman era un estudiante de derecho mediocre que tenía problemas para conseguir prácticas profesionales de verano. Camino a una entrevista, subió a un elevador y le hizo un comentario chistoso a la mujer junto a él, que sostenía una bandeja con tazas de café.

"Debe gustarte mucho el café", le dijo. Cambió su vida.

Resultó que la mujer era la gerente de contratación para el puesto que buscaba en el departamento legal de la NASA. A ella le encantó la ocurrencia y le dio el puesto. Esas prácticas de verano inspiraron a Zicherman a aprender a codificar por sí mismo, abandonar su trayectoria de abogado, dedicarse a la tecnología y, finalmente, cofundar una startup. Se la vendió a Spotify por millones de dólares en el 2019.

"Simplemente todo tiene su origen en ese recorrido en elevador", destaca Zicherman, ahora emprendedor y escritor en Nueva Jersey.

Nos gusta pensar que con nuestro propio empeño convertiremos el éxito en una realidad. Y, sin embargo, muchos tocamos madera, consultamos el tarot y leemos horóscopos, o repetimos afirmaciones para manifestar nuestro camino a la felicidad.

Parece que nuestro destino a menudo se reduce a las circunstancias y las coincidencias, tal vez incluso a un poco de magia. Pero tenemos más poder del que creemos para tener más suerte.

Puedes crear tu propia casualidad, dice Richard Wiseman, profesor de psicología en la Universidad de Hertfordshire en Inglaterra y autor de un libro fundamental sobre la suerte. Él y su equipo estudiaron a cientos de personas que se consideraban particularmente suertudas o no. Los primeros tendían a ser alegres, optimistas, abiertos y resilientes. Los segundos tenían la cabeza gacha metafóricamente hablando, incapaces de detectar y aprovechar las oportunidades.

"Cuando estás estresado, preocupado y ansioso, obtienes una especie de visión de túnel", señala Wiseman.

En un experimento, se pidió a los participantes que contaran fotografías de un periódico. Los que se describían a sí mismos como faltos de suerte pasaron por alto los anuncios de media página que revelaban la respuesta a la tarea. En lugar de completar rápidamente la tarea y cobrar su premio en efectivo, simplemente siguieron escudriñando el periódico.

Cambia tu mentalidad
Propicia una perspectiva positiva y amplia creando un "diario de la suerte", dice Wiseman. Apunta algo bueno que sucedió ese día o algo malo del pasado que ya no está sucediendo. Como las emociones son contagiosas, tu buen humor y tu sensación de posibilidad pueden comunicarse a los demás, indica. Esas personas podrían hacer que funcionen las cosas para ti: financiando tu idea, haciendo una excepción a tu favor o conectándote con el amor de tu vida.

A continuación, intenta comer un alimento nuevo, ver una película que normalmente no verías o reorganizar tus muebles. Te estás demostrando que eres una persona flexible, señala Wiseman. Las personas sin suerte tienden a ver sólo un camino a seguir. Las suertudas se fijan una meta, pero se mantienen abiertas a diversas formas de alcanzarla.

El poder del azar
Malas noticias para los que se esfuerzan: la inteligencia y la capacidad sólo te llevan hasta cierto punto.

"La suerte importa tanto como el talento", dice Alessio Emanuele Biondo, profesor asociado de la Universidad de Catania, en Italia, que investiga la política económica.

En un estudio del 2018, él y sus coautores crearon una simulación computacional en la que mil personas fueron expuestas a mil eventos aleatorios en el curso de una trayectoria de 40 años. La mitad de los eventos eran positivos, representados por puntos verdes. La mitad eran negativos, simbolizados por puntos rojos. A cada individuo se le asignó un nivel diferente de inteligencia, habilidad y esfuerzo.

El modelo descubrió que los trabajadores que alcanzaron las alturas del éxito rara vez fueron los que tenían más talento. En lugar de ello, los mayores ganadores tenían un talento promedio, pero habían sido impulsados por la suerte aleatoria, con más puntos verdes. Hay tantas cosas que escapan a nuestro control -el lugar donde nacemos, la riqueza familiar- que pueden determinar la trayectoria de nuestras vidas, señala Biondo.

Laura Knight, directora creativa que trabaja en empaques de juguetes, creció siendo la hija mayor de una madre soltera inmigrante. Obsesionada con alcanzar la estabilidad financiera, dijo no a las oportunidades que le parecían demasiado riesgosas. Hubo un emprendedor que la invitó a unirse a lo que resultó ser una startup tremendamente exitosa y un ejecutivo de la industria cinematográfica que le prometió un trabajo como guionista al salir de la preparatoria. En retrospectiva, se arrepiente de todas las oportunidades que no aprovechó.

"Tenía miedo", indica la mujer de 43 años, que vive en San Antonio.

Este verano, se armó de valor para cumplir un viejo sueño: lanzar su propio juego de tarjetas coleccionables con temática de sirenas. Se sorprendió cuando los pedidos comenzaron a llegar de inmediato. Resultó que Netflix había estrenado un programa llamado "MerPeople" que coincidía perfectamente con su juego. Arriesgarse había valido la pena.

Conecta los puntos
La coincidencia consiste en conectar los puntos entre uno mismo y otras personas, dice Christian Busch, profesor asociado de la Universidad del Sur de California y autor del libro "The Serendipity Mindset".

En lugar de aludir sólo a tu trabajo cuando conoces a alguien, ofrece tres puntos de información que revelen tus múltiples facetas, recomienda. Te cautivan los agujeros negros, estás planeando un viaje en canoa y estás tratando de dar pie con bola sobre cómo criar a tu hijo de dos años. El enfoque, que Busch llama la "estrategia del gancho", aumenta las probabilidades de establecer una conexión profunda con alguien o descubrir una coincidencia.

Si estás nervioso por hablar con alguien nuevo o presentar una idea, Busch sugiere preguntarte: ¿Qué es lo peor que podría pasar si no lo hago?

Si surge un obstáculo mientras intentas alcanzar una meta, intenta voltear tu forma de pensar, añade. En lugar de ver el problema como algo que destruye su plan, replantéalo como una desviación que se convierte en parte del plan. A menudo estamos convencidos de que cosas en nuestras vidas son mala suerte, sólo para darnos cuenta más tarde de que el obstáculo nos impulsó por un camino nuevo y maravilloso.

Hace años, mientras planeaba un viaje de bajo presupuesto a Europa, me sentí abatida al descubrir que el hostal de mis sueños frente a la playa en Barcelona estaba lleno. Molesta, conseguí hospedaje en otro lugar.

Tenía razón: el nuevo hostal no era nada especial. Pero en la sala común comencé a hablar con un chico. Resultó que ambos nos habíamos graduado de la misma universidad un par de semanas antes.

Ahora estamos felizmente casados y tenemos dos hijos. Todavía no puedo creer mi suerte.

Fuente.-

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