Comerse una rebanada de sandía sin permiso le costó nueve meses de cárcel.
Uriel Núñez, de 24 años, llegó el 5 de octubre del 2020 a una tienda en San Salvador Atenco, Edomex.
Había tomado bebidas alcohólicas y traía el machete que usa en el campo.
Preguntó a la encargada del negocio si le podía dar una fruta, la mujer le entregó una manzana y, asustada, se fue en busca de ayuda.
Uriel cortó con su machete una rebanada de sandía y, cuando iba a comerla, fue detenido.
El Ministerio Público consideró que partir la fruta era un "acto amenazante" y lo acusó de tentativa de robo.
El 5 de enero gracias a una ley de amnistía promovida por el Gobierno del Edomex con el fin de despresurizar las cárceles por la pandemia, Uriel vio la puerta de salida.
Se acogió a la ley, pero el proceso de su liberación no fue sencillo.
A petición del MP, un juez fijó la reparación del daño en ¡86 mil pesos! Jovita, la mamá del joven, buscó a la denunciante para pedirle que declarara ante autoridades ministeriales que su hijo no le había robado.
"Fui al domicilio de la señora de la verdulería. Me preguntó por qué tanto dinero (de multa)", narra la madre. "Sí, se enojó la señora. Me dijo que me iba a apoyar en todo".
Uriel finalmente salió libre.
Sin amnistía y sin la colaboración de la parte afectada, hubiera pasado cerca de nueve años en prisión o pagar 86 mil pesos por su libertad.
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