En mayo, cuando un brote de coronavirus azotó los clubes nocturnos en Seúl, los funcionarios de salud desataron rápidamente su versión de los Navy Seals: equipos de epidemiólogos de élite, especialistas en bases de datos y técnicos de laboratorio.
Una investigación mostró que el virus SARS-CoV-2 había saltado de un visitante del club nocturno a un estudiante, y luego a un taxista y luego, de manera alarmante, a un empleado del almacén que trabajaba con otras 4 mil personas.
Miles de compañeros de trabajo de los empleados, sus familiares y contactos fueron contactados y 9 mil personas terminaron por ser evaluadas. Dos semanas después, el brote se extinguió en su mayoría y las infecciones se redujeron a 152.
El trabajo de los llamados Equipos de Respuesta Inmediata ofrece una mirada a cómo Corea del Sur, una vez el segundo peor país golpeado por la pandemia del COVID-19, logró sofocar en gran medida su propagación sin los bloqueos que han descarrilado vidas en todo el mundo.
En un momento en que las ciudades desde Los Ángeles hasta Melbourne y Tokio están lidiando con brotes, el 'libro de jugadas' de Corea del Sur ofrece uno de los planes más exitosos hasta ahora para contener una enfermedad que ha matado a más de 600 mil personas en todo el mundo.
El recuento de nuevos casos en el país asiático, que fue pionero en la estrategia de pruebas al por mayor, nunca ha caído a cero, pero el número de casos nuevos diarios ha variado en gran medida de 30 a 60 durante dos meses después de alcanzar un máximo de más de 800 en febrero . Compare eso con el condado de Los Ángeles, que agregó 2 mil 14 casos confirmados solo el jueves.
La estrategia de Corea del Sur también es un contraste con las duras medidas de confinamiento puestas en marcha en partes de China, o el bloqueo turístico implementado por Nueva Zelanda en un intento por eliminar completamente el virus SARS-CoV-2. La nación asiática se enfoca meticulosamente en puntos críticos peligrosos y luego simplemente permite que la mayoría de las personas lleven vidas y manejen sus negocios sin obstáculos.
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"Entramos en acción cuando hay una posibilidad de transmisión a gran escala y nuestro trabajo principal es encontrar los vínculos de conexión entre los casos confirmados y prevenir un brote", explicó Kwon Donghyok, subdirector científico de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del país, que supervisa a los escuadrones de investigación.
"Encontrar contactos potenciales e investigar la causa de la infección son la columna vertebral de lo que hacemos", enfatizó.
El país ahora tiene una de las tasas más bajas de infecciones de origen desconocido, alrededor de 8 por ciento, en comparación con más de 50 por ciento para otros países con resurgencias virales recientes. Los brotes se han reducido de un promedio semanal de casi una docena a menos de seis esta semana.
Corea del Sur tiene una estrategia exitosa porque aprendió de la amarga experiencia del pasado, algo de lo que los países occidentales no tuvieron el beneficio. La mayor parte de sus más de 14 mil casos y casi 300 muertes están relacionadas con un brote dentro de una secta religiosa en febrero y marzo. Desde entonces, los procesos desarrollados después del brote de 2015 del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente lo han ayudado a prevenir una segunda ola del nuevo coronavirus.
Los CDC de Corea del Sur tienen alrededor de 100 investigadores de epidemiología, frente a solo dos durante el brote de MERS. Durante un gran brote potencial, varios son integrados al Equipo de Respuesta Inmediata, que generalmente tiene entre seis y ocho miembros.
En un día determinado, los funcionarios investigan posibles brotes en diversos lugares, desde reuniones de grupos de la iglesia hasta clubes de bádminton o autos exóticos. Las infecciones en las instalaciones de bajo riesgo primero son manejadas por los funcionarios de salud municipales, mientras que se llama a un Equipo de Respuesta Inmediata para brotes de alto riesgo.
Otras naciones también han tomado medidas para rastrear contactos y ampliar las pruebas, con países como Taiwán y Alemania que realizan pruebas de detección exitosas para frenar el virus, pero algunos han tenido más dificultades recientemente.
Las infecciones en Melbourne alcanzaron un récord este mes porque sus esfuerzos no fueron diseñados adecuadamente para su población migrante. India ha tenido cierto éxito en el seguimiento de contactos y en la reducción de un brote en los barrios marginales de Mumbai de Dharavi, pero replicar esas acciones en un país con más de mil 300 millones de personas ha resultado difícil.
"La clave del manejo de Corea del Sur de la pandemia del nuevo coronavirus es su capacidad para realizar una investigación epidemiológica exhaustiva en cada paciente", consideró Jung Ki-suck, exdirector de los CDC y ahora profesor en el Centro Médico de la Universidad de Hallym.
"La investigación epidemiológica nunca ha sido tan importante porque podemos reducir el tamaño de los brotes e incluso bloquear la aparición de nuevos casos", puntualizó.
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Esa estrategia de investigación exhaustiva y meticulosa valió la pena cuando los investigadores pudieron rastrear el brote del almacén después de otro ubicado en clubes nocturnos en el moderno barrio de Itaewon, dijo Kwon, quien investigó el brote de MERS y se encontraba en Río de Janeiro para investigar el posible brote del Zika durante los Juegos Olímpicos de 2016.
Los CDC descubrieron que un visitante de un club nocturno que era un tutor privado transmitió el virus a uno de sus estudiantes. El estudiante, quien nunca supo que estaba infectado, utilizó una sala de karaoke que funcionaba con monedas, transmitiendo el virus SARS-CoV-2 a un taxista que cantaba en una sala contigua.
El taxista también trabajó como fotógrafo a tiempo parcial y tomó fotos de una fiesta de cumpleaños en un restaurante buffet en el área donde se encuentra el centro de distribución.
A través de imágenes de vigilancia y registros de teléfonos móviles, los investigadores contactaron a todos los que habían estado en el restaurante en el momento de la fiesta de cumpleaños. Entre los infectados en el restaurante había una mujer que había trabajado un día en el almacén.
Sin duda, algunas de las tácticas utilizadas en Corea del Sur, que tiene una población de aproximadamente 51 millones, podrían ser difíciles de replicar en países emergentes muy poblados. Además, el país asiático se ha beneficiado de la tecnología de vigilancia que podría no ser aceptable para los ciudadanos de muchas naciones occidentales.
El seguimiento de posibles contactos en Corea del Sur implicó revisar cientos de horas de imágenes de cámaras de vigilancia y pasar por transacciones con teléfonos móviles y tarjetas de crédito. Los llamados CCTV son omnipresentes en Corea del Sur, ya que prácticamente todas las calles y lugares de trabajo los tienen.
"Otros países simplemente no tienen la capacidad de hacer estas investigaciones exhaustivas en pacientes", admitió Jung, exdirector de los CDC. "Tuvimos un número absoluto de casos más pequeño que otras naciones, pero lo más importante, la norma social, donde las personas están de acuerdo con que se infrinja su privacidad por un interés público más amplio, permitió investigaciones exhaustivas, lo que es inimaginable en los países occidentales".
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