Desde el inicio de la pandemia de covid-19 en México, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) recibió los primeros casos del nuevo virus; para entonces, la anestesiólogaAbigail Norberto ya estaba para recibirlos.
Apodada como la "rockstar" de las intubaciones, Abigail ha intubado a casi 90 pacientes covid que ingresan al área de urgencias del INER.
Entrevistada por Reforma, la anestesióloga relata que antes de la pandemia, su promedio de intubaciones era de cinco al mes, ahora es de hasta 36 pacientes mensuales.
La médico Norberto realiza dicha práctica que salva la vida de los pacientes más críticos por covid-19 en 60 segundos.
"Un minuto de apnea y después lo intubo. Mientras menos intentos, menor exposición al virus. Así aseguro a los demás miembros del equipo", relata Abigail al diario capitalino.
La doctora realiza los intubamientos con la incomodidad que provoca usar todo el equipo de seguridad.
Abigail explica que hay pacientes que, desde que los ven, saben que costará trabajo intubarlos debido a la apertura de la boca o la flexibilidad del cuello, en esos casos utilizan el videolaringoscopio y una cámara con hoja curva.
"La introducimos en la boca y vamos viendo las estructuras: el paladar, la ovula, hasta llegar a las cuerdas vocales; ahí es donde vemos directamente la entrada del tubo endotraqueal hasta la tráquea", relata la médico a Reforma.
La anestesióloga confiesa lo duro que es perder a un paciente inmediatamente después de ser intubado.
"Por más que uno haga lo que haga, hay pacientes que llegan demasiado graves", lamenta Abigail Norberto.
La anestesióloga también le ha tocado intubar a colegas: "Piensas 'yo podría ser el siguiente'.".
Para su seguridad, la doctora se realiza pruebas de covid una vez al mes, por suerte, nunca ha salido positivo.
"Antes pensaba que me iba a contagiar [...] conforme va pasando el tiempo he adquirido mayor seguridad".
MIEDO A ENTUBARSE
Hay muchos pacientes que niegan a entubarse debido a la asociación que esta práctica tiene con la muerte.
Solo en el INER, ocho de cada 10 pacientes intubados fallecen, la mortalidad es menor al 50%.
"'(Dicen) no me intubes porque me voy a morir', pero se debe entender que la gravedad es tal que se necesita la intubación", explica Carmen Hernández, Hernández, jefa de áreas críticas del INER.
Aunque para muchos la intubación es una práctica prolongada y agresiva, es necesaria para enfrentar al covid-19.
"No es imposible salir si no te intubas, no, pero es poco probable", aclara.
La experta indica que hay pacientes que cuando se les explica en qué consiste el procedimiento suelen aceptarlo.
"Hay que explicarles muy detalladamente que su mejor opción es intubarse y si no lo hacen pueden morir en un alto porcentaje".
Sin la intubación hay un desgaste de los pulmones, mientras que con el procedimiento pueden estabilizarse.
"Por ejemplo, la persona no está entrenada para correr un maratón, pero a fuerza lo quiere correr; a fuerza lo está corriendo, se va a desmayar. Es algo similar, el pulmón no está preparado para un esfuerzo de ese tamaño".
La intubación con el ventilador, entonces, se encarga de hacer el trabajo del pulmón.
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