"En estos momentos el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) es el único cártel que está operando en México, las demás son células. El CJNG la única organización con tanta presencia y que genera tanta violencia”, fueron las palabras de Alberto Elías Beltrán, encargado del despacho de la Procuraduría General de la República (PGR) durante una entrevista radiofónica.
Sus dichos se dan luego del aumento en la recompensa millonaria de dos a 30 millones de pesos por la captura de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del CJNG, mismo que estarían –aseguran las autoridades federales– cerca de atrapar.
Pero, ¿realmente es cierto lo que dice Elías Beltrán?
Desde el comienzo de la administración de Enrique Peña Nieto, el combate al narcotráfico fue alrededor de los llamados 122 objetivos prioritarios, es decir, detener a los 122 líderes del crimen organizando descabezando así a los cárteles.
Luego de detener a casi todos estos objetivos prioritarios la violencia aumento, según cifras oficiales, pues al no existir líderes máximos claramente identificados, los miembros criminales comenzaron a querer ocupar el lugar vacío, comenzando así disputas internas y fracturas en los cárteles.
De acuerdo con un documento de la PGR obtenido vía transparencia y en posesión de La Silla Rota, en México operan nueve cárteles de la droga y 36 células criminales que emanan de éstos.
Mientras que la Administración para el Control de la Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) refirió en noviembre del año pasado la existencia de seis “organizaciones criminales trasnacionales” de origen mexicano.
Muchas de estas células se disputan entre sí el liderato de los cárteles, pero otras delinquen juntos fieles a la organización criminal que los vio nacer. De hecho, gran parte de estos bandos tienen décadas de existencia, pero operan con un perfil bajo, hasta que estas guerras internas los obliga a salir a la luz.
El Cártel de Sinaloa, por ejemplo, tiene bajo sus órdenes a 10 bandas criminales con presencia en territorio nacional en Chihuahua, Sinaloa, Durango, Baja California, Baja California Sur, Coahuila y Sonora.
Se trata de “Gente Nueva, “Los Cabrera”, “Cártel del Poniente”, “El Aquiles”, “El Tigre”, “Del 28”, “Los Artistas Asesinos”, “Los Mexicles, “Los Salazar” y “Los Memos”. La mayoría de ellos como brazos, son fieles al Cártel de Sinaloa.
La única disputa interna dentro del cártel se dio tras la extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuando Dámaso López Núñez, “El Licenciado”, y “Los Chapitos”, hijos de Guzmán Loera se disputaron el liderato.
La guerra que duró poco menos de dos años terminó con la detención y extradición tanto de “EL Licenciado”, como de su hijo, Dámaso López Serrano, “El Mini Lic”. Pero este hecho, no provocó la fractura de la organización criminal, “Los Chapitos”, Rafael Caro Quintero e Ismael “El Mayo” Zambada son los líderes del Cártel de Sinaloa.
Por su parte, el Cártel de Juárez, que cuenta con dos células criminales: “La Línea” y “Los Aztecas”, sigue unificado, aunque con un poder criminal relativamente menor. Ambas células criminales son brazos armados que defienden las plazas de cártel en Chihuahua.
Aunque en este año han sido detenidos tres de sus líderes máximo: Julio César Olivas Torres, “El Sexto”, Carlos Arturo Quintana, “El 80”, ambos de “La Linea”; y Eduardo Ravelo Rodríguez, “El Tablas”, de “Los Aztecas. Pero, la reciente liberación de Vicente Carrillo Leyva, hijo de “El Seños de los Cielos”, colocaría a “El ingeniero”, como líder de la organización.
Casi similar al del Cártel de Tijuana, el cual cuenta con un poder mermado y con la operación de tres células delictivas: “El Chan”, “El Jorquera” y “El Kieto”, lideradas por expolicías ministeriales, todos ellos bajo el mando de “Los Benjamines”, tres hijos de los neutralizados Arellano Félix: Fabián Arellano Corona, Benjamín Francisco Arellano Serrano y Javier Benjamín Briseño Arellano.
También la Familia Michoacana, quienes han sobrevivido a los golpes del Gobierno Federal aliándose del llamado cártel del sexenio: CJNG. Son liderados por los hermanos Johnny Hurtado Olascoaga, alías "El Pez", y José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias "El Fresa", y tienen presencia en Morelos, Guerrero y Estado de México.
El resto de los cárteles se encuentran totalmente fragmentados que, en efecto como detalla Elías Beltrán, es difícil verlos como una unidad criminal.
El caso que más evidencia esto es el Cártel de los Beltrán Leyva, todos los líderes fundadores fueron neutralizados y el único al mando identificado por la DEA es Fausto Isidro Meza, alias "Chapo Isidro".
Por ello, la organización se ha fragmentado en siete células criminales, la mayoría de ellas protagonizando disputas entre sí: “Los Mazatlecos”, la banda de “El 2 mil”, “Los Granados”, “Los Rojos”, “Los Ardillos”, el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) y el Cártel de los Ruelas Torres.
Estás siete células criminales tiene presencia en: Sinaloa, Baja California Sur, Sonora, Guerrero, Morelos y Aguascalientes.
Lo mismo sufre el Cártel del Golfo que mantiene múltiples guerras internas en el norte y sur del país. Una focalizada en Tamaulipas entre “Metros”, “Rojos”, “Dragones”, “Fresitas” y “Ciclones”. Mientras que Quintana Roo se disputan la plaza “Los Pelones” y “Los Talibanes”.
Por su parte, “Los Zetas” se encuentran divididos en dos: en el Cártel del Noreste, liderado por la familia Treviño Morales –los primeros jefes de la organización que no eran de extracción militar– y “Los Zetas Vieja Escuela”, fieles a los desertores del Ejército fundadores del entonces brazo armado del Cártel del Golfo.
Los Caballeros Templarios se dispersaron tras la captura de sus líderes, unos huyeron a otros grupos criminales y el resto formó su grupo criminal. La PGR detecta dos bandas criminales de origen templario: “Los Tena” y la banda de “El Gallito”, ambos con presencia en Michoacán.
El documento referido por la PGR precisa que el CJNG no tiene células criminales detectadas, de lo contrario presentaría un síntoma de la fragmentación criminal del cártel de “El Mencho”.
Sin embargo, hay registros de por lo menos una fracción criminal desertora del CJNG, se trata del autonombrado Cártel Nueva Plaza, dada a conocer tras la desaparición, y presunta muerte, de los tres estudiantes de cine de Tonalá, Jalisco.
El Cártel Nueva Plaza es liderado por Carlos Enrique Sánchez Martínez, “El Cholo”, quien era un hombre cercano a “El Mencho”, pero que rompieron tras el homicidio de un colombiano, operador financiero del CJNG, que era cercano a “El Cholo”.
La guerra entre ambos criminales desembocó en la desaparición de los estudiantes de cine, pues miembros del CJNG buscaban a Diego Gabriel Mejía, “El Diego”, cabecilla del Cártel Nueva Plaza, detenido y que pronto obtendría la liberta, quien vivía en la casa donde los jóvenes grababan una tarea. Los criminales confundieron a los estudiantes con sus enemigos y por ello los habrían asesinado.
En los últimos años han caído varios miembros cercanos de “El Mencho” y ahora con la cacería anunciada por autoridades mexicanas y estadunidenses, la caída del máximo líder del CJNG se ve cerca, por lo que, su detención abriría la puerta a la fragmentación de la organización criminal.
Cárteles o no, estás organizaciones criminal trasnacionales ya dejaron a su paso el año más violento de la historia moderna del país y su imperio delictivo parece estar lejos de acabar.
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