Se tratan de grupos de interés político o económico, legítimos o extralegales, que por su estilo compacto de operar y canjear favores lo hacer como "cárteles".
No podemos ni debemos cerrar los ojos ante lo que se asoma. La del 2018 en México será un elección de cárteles.
Y cuando decimos “cárteles”, no estamos hablando exclusivamente de los de la droga. Se tratan de grupos de interés político o económico, legítimos o extralegales, que por su estilo compacto de operar y canjear favores lo hacer como cárteles. Analicemos.
Cárteles de la Droga.- No hay duda de que será una de las fuerzas financieras del 2018.
Cancelados o limitados los accesos a los dineros públicos los acuerdos en lo oscurito con la narco-estructura que opera del país vienen creciendo desde la elección del 2015.
Ya los vimos operando en Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua y Durango. Los resultados hablan de sorpresas financiadas por esos dineros oscuros. Pregúntenle al fiscal nayarita Edgar Veytia.
Ahora que se da una reingeniería de los cárteles, en los que Sinaloa, Golfos y Zetas son desplazados por Jalisco Nueva Generación, que busca ser el dominante a partir del 2018.
Cártel del Huachicol.- Por el botín -20 mil millones de pesos- el muy organizado cártel de traficantes de combustibles está listo para despachar apoyos a quienes lo necesiten.
Sin pruebas, se presume su intromisión en la reciente sucesión de Puebla, la entidad en donde el gobierno de Rafael Moreno Valle se hizo de la vista gorda con la extracción récord de gasolinas de los ductos de Pemex.
Pero el Cártel de Huachicol se extiende a lo largo y a lo ancho del país, sin que autoridad alguna –ni federal, estatal o municipal- sea capaz de someterlos. El poder de esos 20 mil millones lo compra casi todo. Y estarán muy presentes en el 2018.
Cártel de las Constructoras.- Si algo marcó la elección del 2012 y se entrometió en 2017, fue la intromisión en las finanzas electorales de las constructoras favoritas de la obra pública. De la federal y de la estatal.
Sus intereses se asomaron desde Pemex, la Casa Blanca, la Línea 12 del Metro, el Viaducto Bicentenario.
Y no tendría por qué ser diferente en la construcción de la obra del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Se llamen Higa, OHL, Odebrecht o Ideal y constructoras satélite, el interés por asegurar con el que viene –sea del partido que sea- un lugar en las licitaciones por venir, las obligará a jugar en serio. Si ya no para buscar obra, para garantizar impunidad.
Cárteles de los Sindicatos.- Si alguien está dolido por los privilegios perdidos y buscan a cualquier precio su sobrevivencia en el sistema, son los sindicatos oficiales.
Desde los maestros, con Elba Esther Gordillo tras las rejas pero operando, pasando por petroleros de Carlos Romero Deschamps o la CFE de Víctor Fuentes, todos se sienten maltratados por el actual régimen.
Líderes que no entiendenque los tiempos cambiaron y que el juego sindical ya es otro.
Insisten en que sus millones de militantes y sus chequeras pueden significar la diferencia en los puntos que decidirían quien será el próximo presidente. La jugaran, con todos, y rudo.
Fuente.-
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