Fuente.-Internet |
Hoy toca comprender que es el
tiempo de resistir la más mínima transgresión de las fronteras de lo que es
justo y correcto.
Hoy toca declarar que estamos
cansados de gasolinazos mal ejecutados, reformas mal instrumentadas, fortunas
mal habidas.
Hoy toca cargar como medalla de
honor las acusaciones de "revoltosos" y "argüenderos" y
"ridículos" y "locos" cuando señalamos los dos años de
plomo por venir, la certidumbre del desgobierno, el trumpismo en puerta. Hoy toca decir
que no caminaremos con miedo al borde del precipicio frente al cual Enrique
Peña Nieto nos ha colocado.
Hoy toca impedir que nos empujen
a la era de la sinrazón o el militarismo, porque como decía el periodista
Edward R. Murrow, no somos descendientes de hombres y mujeres miedosos, con
temor a escribir, hablar, y defender causas impopulares. Llamaremos a las cosas por su
nombre, para impedir que la verdad sea ofuscada por quienes dicen gobernar, pero
se dedican a expoliar o a abusar.
Diremos "corrupción"
ante el actuar de numerosos gobernadores; diremos "auto-golpe" ante la Ley de Seguridad Interior.
Seremos ágiles y escépticos, activos en lugar de reactivos.
Elevaremos -como enuncia Chimamanda Ngozi- "el arte de cuestionar"
preguntando por qué el Gobierno gasta tanto y de manera tan opaca y clientelar
que ni con gasolinazos garantizados le alcanza.
Hoy toca defender los despojos de
la democracia mexicana en las calles y en las cortes y en el Congreso y en los
medios. Aprender lo
que movimientos como MoveOn, Occupy Wall Street, Black Lives Matter, Standing
Rock y el Women's March en Washington tienen que enseñarnos sobre cómo la
protesta social puede traducirse en cambios positivos en la política pública.
Reconocer que es tiempo de movimientos vitales y transformadores que emanen de
la sociedad civil, como la Ley 3de3 y la lucha por la despenalización de la
mariguana y la defensa del matrimonio igualitario y
"UnaFiscalíaQueSirva". Buscar nuevas formas de comunicarnos y
organizarnos, franqueando las distancias y las diferencias. Pequeños gestos que
se transformen en grandes revoluciones.
Hoy toca defender los derechos
fundamentales, porque si no lo hacemos la anormalidad comenzará a parecer
normal. Los
muertos y los desaparecidos y las fosas y la tortura y el peculado y el despojo
y la cotidianeidad de la violencia; habrá que hacer visibles y públicas cada
una de las afrentas para que lo tolerado se vuelva intolerable. No todo lo
enfrentado puede ser cambiado, pero nada cambia hasta que es enfrentado,
escribía James Baldwin.
Hoy toca decir que resistimos la
amnesia obligatoria en Ayotzinapa, en Tlatlaya, en Tanhuato, en Ostula, en
Nochixtlán, en Apatzingán. Hoy toca pelear por la equidad de las mujeres en un país que con
demasiada frecuencia las denigra o las mata o las excluye o las humilla. Y no
porque sean inherentemente superiores, sino porque forman la mitad del País y
merecen la mitad de las oportunidades. Mi hija y la tuya también.
Hoy toca enarbolar la
desobediencia civil pacífica para confrontar a un Gobierno que no sabe cómo
gobernar, cómo reformar, cómo comunicar, cómo lidiar con las crisis que crea
por ineptitud o irresponsabilidad o narcisismo o corrupción.
Hoy toca dejar de creer que somos
tímidos, frágiles, impotentes. Saber que hay métodos y héroes y heroínas y
visionarios y victorias. Saber que el statu quo no es inmutable ni inevitable
ni invulnerable.
El poder plutocrático e impune que prevalece en México puede ser desmantelado,
paso a paso, con fervor moral. Con determinación. Con unidad. Con valor. Con
paciencia. Con ingenio. Para así reescribir el contrato social que el PRI nos
endilgó, ese en el cual nos exprimen, pero no nos representan.
Hoy toca defender la esperanza
filosa y punzante, porque como dijera María Popova, "el pensamiento
crítico sin esperanza es cinismo, pero la esperanza sin el pensamiento crítico
en ingenuidad".
Bienvenida la esperanza que sólo
significa pensar en lo imaginable, no como promesa, no como garantía, sino como
gota que va erosionando piedra tras piedra. Bienvenida la crítica que se vuelva
un instrumento de navegación, un esbozo del país posible, un regalo para el
2017. Una antorcha para iluminar a este México nuestro. Apagado, agreste,
herido, atribulado, pero nuestro al fin.
Ojalá podamos ser capaces de
seguir caminando "los caminos del viento" que describía Galeano, a
pesar de las caídas y las derrotas, porque la historia sigue y está volteando
para decir: "Hoy te toca".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: