jueves, 22 de octubre de 2015

EL "ISSSTE QUE SE TRAGO su DIRECTOR"...esa "NEGLIGENCIA sigue MATANDO GENTE".


La negligencia médica y complicidad sindical en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), han generado un detrimento en sus servicios e innumerables muertes, a consecuencia de errores y ausencias médicas y la apatía del personal sindicalizado, como es el caso del mismo director del instituto, Sebastián Lerdo de Tejada, quien falleció a los 48 años de edad.
A tres meses y medio de su muerte, José Reyes Baeza Terrazas nuevo Director eneral del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado ordenó que se investigue al personal médico, incluido el director del hospital Adolfo López Mateos, ya que si bien la causa oficial del fallecimiento fue un infarto al miocardio, un video del nosocomio revela que hubo negligencia médica e incluso se alteró la bitácora para desvirtuar los hechos.
La manera cómo ocurrió el deceso de Lerdo de Tejada trascendió a la opinión pública por tratarse, irónicamente, del mismo director general del ISSSTE, de haber sido otro derechohabiente más hubiera quedado en el anonimato, como muchísimos otros casos más en que la víctima (no se puede hablar de paciente en esas circunstancias), no reviste mayor importancia. 
Llueven denuncias, pero nadie las atiende
Prueba de ello es que a raíz de la implementación de los Módulos de Atención al Derechohabiente (MOAD), el ISSSTE ha registrado más de un millar de escritos entre denuncias, quejas, comentarios o peticiones en hospitales Regionales, Clínicas y Unidades Especializadas en los 133 inmuebles que conforman el instituto.
Las anomalías se registran a nivel nacional, de acuerdo a los mismos reportes de los derechohabientes, que denuncian deficiente atención médica, malos tratos de parte de los facultativos, enfermeras, camilleros, recepcionistas y hasta del personal de vigilancia.
Empero, además de lo que se registra en los MOAD, en los buzones de las clínicas-hospitales se reciben de 15 a 20 quejas y denuncias al mes.
En el 90 por ciento de los casos expuestos, los derechohabientes hacen referencia a la mala actitud del personal, específicamente por el cuerpo médico y sindicalizado, como lo son enfermeras, recepcionistas y personal de vigilancia, el resto es por negligencia médica.
En este rubro, cabe destacar que la mayoría de los empleados, se saben amparados por el Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE, que encabeza Luis Miguel Victoria Ranfla, quien asumió el cargo de presidente del Comité Ejecutivo Nacional para el periodo 2013-2017 y que nada hace por remediar esta crítica situación. Solo guarda silencio.
En su discurso de toma de protesta, aseguró, irónicamente, al entonces director general del ISSSTE, Sebastián Lerdo de Tejada: “estoy cierto que con el licenciado Sebastián Lerdo de Tejada, podremos conseguir el objetivo de transformar esta noble institución”.
Y desde luego, no perdió oportunidad para magnificar a su protector, Joel Ayala Almeida, líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), “bajo cuya directriz habremos de concretar las condiciones óptimas de trabajo que requieren nuestros agremiados”.
No obstante, el cúmulo de quejas siguió aumentando por omitir atención médica, por faltar a la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficacia en el desempeño de las funciones, empleos, cargos o comisiones, por ejercicio indebido del servicio y por negligencia médica por mencionar algunas. 
Quejas por todo el país
Uno de tantos casos es el de una derechohabiente en Yucatán, a la que le fue negado el tratamiento para una rara enfermedad: hemoglobinuria paroxística nocturna.
Al conocerse el caso, trascendió que había otros siete pacientes más en las mismas circunstancias, a los que había que suministrarles el medicamento Eculizumab, producto de alto costo, pero disponible para el ISSSTE, a través del programa de Enfermedades Huérfanas a cargo de la Subdirección de Regulación y Atención Hospitalaria, pero la medicina simplemente no se las daban hasta que intervino la organización “Derechos y Justicia”, a través de su director, Luis Adrián.
Sin embargo, el caso que ejemplifica claramente la manera como actúa el personal médico y el administrativo del ISSSTE, protegido por el SNTISSSTE y la FSTSE, a sabiendas que no les va a pasar nada, fue lo sucedido con el extinto Sebastián Lerdo de Tejada, cuya muerte, por su importancia, trascendió a los medios, pero resulta obvio hay muchos más que trascienden. 
Una llanta distrajo la atención médica
El 22 de mayo, el director general de ISSSTE Sebastián Lerdo de Tejada Covarrubias, de 48 años, sufrió un infarto al miocardio y sus familiares tuvieron la penosa idea de que lo llevaran al instituto que dirigía para que le salvaran la vida.
Fue trasladado al hospital regional “Adolfo López Mateos”, en la Ciudad de México e ingresó a las 22.15 horas.
Esa ocasión, el propio ISSSTE informó que se realizaron todos los esfuerzos y maniobras de reanimación posibles, con tal de salvar la vida del funcionario, cuya muerte se registraría, según dio a conocer el instituto, a las 22.56 horas.
Dado que se trató de un comunicado oficial, sin que nadie reportara alguna irregularidad, hasta ahí llegó el caso y ya no se tocó más el asunto.
Sin embargo, cuatro meses después el periódico “El Universal” dio a conocer un video del mismo hospital, concretamente de la cámara 16, con duración de tres minutos, aproximadamente, que reveló las graves anomalías del personal e incluso la alteración de la bitácora del nosocomio para desvirtuar los hechos.
En la videograbación, se observa que el funcionario ingresó al hospital a las 22.15 horas y no cinco minutos después, como lo aseguró la institución en su boletín donde afirmó que se había hecho “hasta lo imposible” para salvarle la vida.
Extrañamente, el paciente infartado no ingresa por el pasillo de urgencias, sino por otro acceso; no se observa a ningún médico, solamente a una enfermera, a dos paramédicos y a un camillero.
Tampoco se aprecia la celeridad que debe aplicarse en esos casos, la camilla es empujada con parsimonia, mientras uno de los paramédicos masajea el corazón del infartado.
En ese momento, se supone que una de las ruedas de la camilla sufre algún desperfecto y no pueden avanzar, por lo que proceden a revisarla, incluso el paramédico que masajeaba al paciente deja de hacerlo y se agacha para ver la rueda.
En ese lapso, pasan 23 segundos en que el enfermo deja de recibir la escasa atención que le daban, mientras que otra doctora pasa junto a la camilla, la mira de reojo y sigue de largo.
Luego la camilla continúa su trayecto y aunque esto ya no se observa en la cámara, trascendió que no fue llevado a la sala de “choque”, especial pata esos casos sino a otra y finalmente, luego de 51 minutos después de haber ingresado y no 46, como lo indican en su comunicado, se reporta horas más tarde, de manera oficial la muerte de Lerdo de Tejada Covarrubias.

No se respeto protocolos de vida
Paradójicamente, 46 días antes de su muerte, el 6 de abril, el director Lerdo de Tejada informó a través de un boletín, que acataba la recomendación 07/2015 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), por el caso de una adolescente de 16 años de edad que perdió a su bebé por inadecuada atención médica del personal de Urgencias y Gineco-obstetricia del Hospital “Dr. Baudelio Villanueva Martínez”, en Reynosa, Tamaulipas.
Aprobó el pago de un millón 295 mil 200 pesos por indemnización y dio intervención al Organo Interno de Control en el Instituto e instruyó revisar los protocolos de atención en los servicios médicos y de urgencias “para evitar que se repitan hechos tan lamentables como el que nos ocupa”, precisó el ahora extinto en su comunicado, sin saber que, justamente, el no respetar esos protocolos, también en su caso, le causaría la muerte.
Pese a tales evidencias, el secretario general de la FETSE Ayala Almeida, salió enseguida a defender la posición de Victoria Ranfla, secretario general del SNTISSSTE, al sostener que respaldaba plenamente “la honorabilidad en el desempeño y trabajo del personal del ISSSTE en todos sus niveles”.
“La dirigencia nacional de la FSTSE le damos crédito a los trabajadores, sobre todo del área médica, pues sabemos que su responsabilidad la cumplen aun en situaciones adversas”, dijo, y de paso, advirtió que seguirán luchando y exigiendo que todas las entidades en el país que tienen adeudos con esa gran institución (ISSSTE), los cubran.
En torno a la negligencia en el deceso del director del ISSSTE, dijo: “lo que sé de la causa de la muerte, es que fue debido a un padecimiento grave derivado del prolongado consumo de tabaco”.
Mientras tanto, el médico Luis Antonio Godina Herrera, quien quedó como encargado de la dirección general de ISSSTE tras el fallecimiento de su titular, ordenó al Comité de Quejas Médicas, a la Comisión de Vigilancia y al Organo Interno de Control se investigue el por qué no se aplicaron los multicitados “protocolos”.
Quizá en esta ocasión, por tratarse de quien fuera el máximo directivo del ISSSTE, podría conocerse una decisión justa en cuanto al caso, pero…¿qué hay de muchísimas más que no son conocidas por la “irrelevancia” de sus protagonistas?

Fuente.-

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