El abogado José Manuel Hernández López, señalado como cómplice en la red de venta de bebés en Sonora, tenía una ‘cárcel infantil’, ya que en su domicilio lo acondicionado como guardería, con murales de motivos infantiles, con juegos de jardín, juguetes y muñecos de peluche.
En este lugar, Hernández López resguardaba tras una barda de dos metros y medio, a menores arrebatados a sus madres que luego eran vendidos a personas en México o Estados Unidos.
De acuerdo con un vecino de la colonia La Verbena, tenía unos niños y no los dejaba salir, no los dejaba ni asomarse.
Rara vez salía, una vez lo vimos con unos cuatitos que sacaron a pasear él y la señora en un carrito.
En el patio de atrás hay una alberca y un chapoteadero, sillas y flotadores, la barda está pintada con una tortuga, dos jirafas, un elefante y un león, pero arriba están colocados focos automatizados y el perímetro está reforzado con alambre de púas.
Detrás del muro principal aún está estacionada la camioneta Ford Expedition de color negro y placas WBF-32-27 que las autoridades de Estados Unidos señalaron a la Procuraduría de Justicia estatal como el vehículo usado para cruzar la frontera con niños.
Los vecinos manifestaron su sorpresa de que el ahora prófugo Hernández López esté implicado en la venta de al menos 10 bebés.
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