La información en torno a los hechos del 1º de mayo en Jalisco ha sido
confusa. Muy confusa. ¿Deliberadamente confusa? Desde el día del suceso las
versiones difundidas por la Secretaría de la Defensa Nacional y el comisionado
nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, parecieran estar plagadas de
medias verdades, ambigüedades y contradicciones que no resisten el análisis
racional y empírico.
Por ello, dadas las modificaciones del guión y sus
inconsistencias, se podría estar ante una operación de bandera falsa (False
Flag Operation). Es decir, un autoatentado paramilitar −compuesto por una
doble acción de guerra sicológica y de propaganda− pensado para alcanzar un
objetivo estratégico y una reacción que permitiera justificar una intervención
o respuesta preparada de antemano en el marco de la orwelliana “guerra sin
fin” diseñada por el Pentágono, y ejecutada en el caso de México por los
gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Esto es, la inmediata
militarización de los estados de Jalisco, Colima, Guanajuato, Nayarit y
Michoacán, según los propios voceros oficiales.
Una de las incongruencias más notables fue la versión sobre
la“desaparición” de tres militares que
fueron “encontrados” muertos cuatro días después en la zona en la
que, presuntamente, un helicóptero Cougar de la Fuerza Aérea Mexicana fue
derribado por el disparo de un lanzacohetes RPG-27. Las imágenes con los restos
calcinados de la nave“matrícula 1009” (una de las pruebas materiales)
fueron dadas a conocer por una televisora privada la noche del lunes 4 y, pese
a la supuesta gravedad del caso, la Procuraduría General de la República no
tenía asegurado el lugar para preservar evidencias. (Una versión indica que las
imágenes las proporcionó la Sedena.)
A su vez, la “noticia” sobre elaseguramiento de 10
cohetes RPG útiles, dos lanzacohetes LAW y una camioneta con base para una
ametralladora Barret .50 fue suministrada a los medios 72 horas después, sin
que mediara ningún peritaje técnico-científico sobre la caída del helicóptero,
lo que, aunado a las variaciones sobre el número de muertos, la ausencia de
datos forenses y el silenciamiento sobre la identidad de las víctimas
(presuntamente por“razones de seguridad nacional”), abona al desaseo con que se
construyó la “verdad oficial” del caso.
Para entonces, mediante filtraciones y entrevistas arregladas
con “líderes de opinión” afines al gobierno, se había venido
construyendo la narrativa sobre el hecho. Por un lado, se hizo hincapié en
el “trágico fracaso” de la misteriosa misión de una unidad de élite
del cuerpo de fuerzas especiales del alto mando, en el marco del Operativo
Jalisco a cargo del general de división Miguel González Cruz, comandante de la
quinta Región militar (La Mojonera, Jal.) y reputado como
el “pacificador”de Tamaulipas, operativo del que forman parte, además del
Ejército, la Marina, la Policía Federal y el Centro de Investigación y
Seguridad Nacional.
Por otro, sin pruebas fehacientes, se manufacturó la imagen del cártelJalisco Nueva
Generación/Los Cuinescomo la más reciente encarnación del mal a escala
mundial. En sólo cinco años, el grupo criminal se convirtió en el mejor
organizado y con una disciplina militar vertical, integrado por marines estadunidenses
latinos (veteranos de Afganistán e Irak) y desertores de tropas de élite
mexicanas, todos expertos en táctica y estrategia, con capacitación en
contrainsurgencia y especializados en armamento sofisticado.
En ese contexto de manipulación mediática vía la siembra de matrices de
opinión ad hoc, fue fácil fabricar un nuevo casus
belli para las fuerzas armadas. De manera maniquea, sin identificar
por su nombre al grupo de los presuntos perpetradores del supuesto derribo del
helicóptero, el titular de la Sedena, general Salvador Cienfuegos, llamó a
la “unidad” de los“buenos mexicanos” contra
los“malos”, “viles” y “cobardes criminales”, los “apátridas
desadaptados sin escrúpulos” y sin“conciencia ética”. El nuevo enemigo
interno, difuso, asimétrico, irregular, cuyo modus operandi (no
comprobado) llevó a algunos columnistas a identificarlo en la categoría
preferida del Pentágono:CJNG= narcoterrorismo.
Como el público carecía de conocimientos para asimilar la nueva narrativa,
el 8 de abril el Departamento del Tesoro de Estados Unidos había plantado
la “noticia”sobre la existencia de una alianza entre el CJNG y Los
Cuines, quienes ante la erosión de los grupos
delincuenciales“históricamente poderosos” habían expandido rápidamente
su “imperio criminal”. Amplificada en los medios mexicanos, la noticia
estaba destinada a que la audiencia estuviera convenientemente predispuesta a
comprender y creer el nuevo relato oficial.
Las tres preguntas claves sobre el presunto derribo del helicóptero de la
FAM tienen que ver con el móvil, la capacidad y la oportunidad de la acción de
los supuestos agresores. ¿A quién benefició la acción con sus previsibles
consecuencias? El “malo”(CJNG) habría justificado la
nueva“guerra” del “Estado bueno” para“nulificarlo” (general
Cienfuegosdixit) y decretado su propio suicidio. ¿Tenía realmente
el CJNG capacidad tecnológica operativa para llevar a cabo la
acción? No existe ningún antecedente con ese tipo de armamento. En cuanto a la
oportunidad, la narrativa oficial no parece verosímil. Simplemente no tiene
lógica: al “desafiar” al Estado los criminales pusieron en riesgo su
propio “imperio económico”. Además, para la determinación de la autoría se
necesitan pruebas materiales y en este caso los indicios son vagos y sirvieron
para fabricar un casus belli al vapor: la“guerra justa” del
Estado “bueno”.
La inmediatez para la explotación del evento −para sacar provecho
del“crimen”− sugiere la existencia de un plan preconcebido: la guerra debe
continuar. No es cierto que las mentiras tengan “patas cortas”; los
expertos de la guerra sicológica cuentan con medios para sepultar u orillar la
verdad, y eso hace que las mentiras puedan tener un recorrido sorprendentemente
largo…
Fuente.-La Jornada/Carlos Fazzio. (video)
O sea que ya les entró el miedo a los narcos ahora que se les va a venir en serio la cacería en su contra con equipo táctico y eléctrónico de USA....por eso este artículo imbécil para justificar a los narcos...si ya hicieron su desmadre ahora que afronten las consecuencias y se porten hombrecitos ahora que los marines de USA los cazen como cucarachas.
ResponderBorrarse va a poner bien
ResponderBorrar