Dicen los especialistas que el mayor impacto negativo del viernes negro ocurrido en Jalisco, Colima, Guanajuato y Michoacán fue al corazón de la confianza, la credibilidad y la estabilidad del Estado todo, en particular, del gobierno federal.
Y es que el objetivo del mensaje enviado por el crimen organizado —el CJNG—, era precisamente ese: debilitar la imagen de la eficacia de las fuerzas federales que, como quedó claro, fueron rebasadas por una respuesta bien planeada y mejor ejecutada por la banda criminal. “¡Ya saben quién manda!”, habría sido el mensaje
Y acaso por esa razón —y porque el gobierno federal intentó un nada claro control de daños—, hasta la noche de ayer eran más las dudas sobre lo ocurrido que las certezas. Más: ninguna autoridad federal ha respondido las preguntas básicas del hecho, sea la Secretaría de Gobernación, sea la PGR, la Presidencia de la República o el Sistema Nacional de Seguridad.
¿Y cuales son las preguntas elementales?
1. ¿Por qué hasta hoy nadie conoce —por ejemplo—, una sola imagen o un video del helicóptero siniestrado? ¿Por qué ocultar una imagen que puede significar la mejor estampa de la derrota ante el crimen o de un operativo fallido?
2. ¿Por qué se habló de “tres militares desaparecidos”, cuando desde el primer momento la autoridad federal sabía que los restos calcinados en el lugar del siniestro correspondían a más de tres personas?
3. ¿Por qué la sociedad mexicana y el mundo se enteraron del tamaño de lo ocurrido el viernes negro, por las redes sociales? ¿Por qué tardó tanto tiempo la autoridad federal en ofrecer un comunicado oficial, puntual y preciso? Comunicado puntual que aún no llega.
4. ¿Por qué hasta hoy ninguna autoridad ha ofrecido una conferencia de prensa abierta, sin restricciones, en donde responda todas las dudas sobre lo ocurrido, sobre los agresores, su radio de operaciones, sobre el papel de las fuerzas federales..? Sólo ofrecieron entrevistas exclusivas sin profundizar en nada.
5. ¿Por qué ninguna autoridad fue capaz de explicar que una cosa es la Operación Jalisco —desplegada contra objetivos específicos del CJNG—, y otra muy distinta es el Código Rojo, que faculta al gobierno federal para asumir el mando de todos los cuerpos de seguridad de la entidad cuando es declarado.
6. ¿Por qué la autoridad dejó correr la especulación sobre el tipo de armamento que utilizaron los agresores de las fuerzas federales. Se hablaba indistintamente de lanzacohetes RPG-7, RPG-27 y otros, en medio de una feria especulativa.
7. ¿Por qué se permitió que de manera irresponsable el fiscal de Jalisco hablara de “terrorismo”, cuando lo que ocurrió fue “narcoterrorismo”? La diferencia es notable y puede ser motivo de un conflicto diplomático.
8. ¿Por qué se guarda un celoso silencio sobre el origen de las armas empleadas en el ataque a las fuerzas federales?
9. ¿Qué tiene que decir sobre el origen de las armas el gobierno de Estados Unidos; por qué el gobierno mexicano no ha pedido una explicación sobre la posibilidad de que se trate de armas de Rápido y Furioso?
10. ¿Por qué nada se dice sobre la presunta implicación de autoridades estatales en una potencial fuga de información que habría alertado al CJNG sobre el operativo federal fallido?
Lo cierto es que el gobierno federal oculta información fundamental sobre lo ocurrido y, en los hechos, trata a la sociedad mexicana como menor de edad. ¡No sea que el trauma de conocer la verdad nos haga cambiar el sentido del voto! Al tiempo.
Fuente: @ricardoalemanmx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: