Analistas explican que la división se planteó para proteger los bienes de los mexicanos, no para combatir al crimen organizado; mencionan que fue una promesa de campaña que solo sirvo para ganar votos.
Mexico,D.F 01/Dic/2014 El aumento de la inseguridad en el país llevó a la División de la Gendarmería a ser un cuerpo de seguridad más que de combate a los grupos del crimen organizado, alejándose de los objetivos principales por los que fue diseñada: apoyar los ciclos productivos y los lugares turísticos, coincidieron analistas en temas de seguridad nacional.
El presidente Enrique Peña Nieto dijo que la Gendarmería fue diseñada para proteger a los mexicanos, sus bienes y fuentes de trabajo cuando éstos sean amenazados por la delincuencia, y en caso de ser necesario, apoyar en el combate contra el crimen organizado.
Pero a casi tres meses de que comenzó a operar no ha seguido el modelo institucional y legal por el que fue creada.
“Cuando se creó [la Gendarmería], se planteó como una corporación que tenía varias funciones. En un principio buscaba ser una fuerza especializada para proteger algunas comunidades contra la extorsión, pero ahora, la crisis de seguridad por la que atraviesa el país ha obligado a desplazar a los elementos en algunos estados como Iguala, donde se hacen cargo de la seguridad y la búsqueda de los estudiantes”, explicó Jorge Chabat, especialista en temas de seguridad.
Javier Oliva, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en seguridad, comentó que “lo que pasa es que sus actividades al ser tan específicas, evidentemente los llevan a hacer otras actividades por la necesidad de la inseguridad pública que se ha disparado. Esto ha provocado que sea utilizada en otras necesidades contrarias a las que fue creada”.
Ernesto López Portillo, director del Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde), mencionó que la Gendarmería “fue concebida a partir de la inseguridad del país, como una policía para hacer ocupación territorial donde las autoridades locales perdieron el control y donde la autoridad del Estado está en duda”.
A finales de agosto, cuando inició operaciones la nueva división, los gendarmes comenzaron a realizar labores para combatir la inseguridad en el país. La primera fue reforzar la seguridad en el municipio de Valle de Bravo, Estado de México, ante el incremento de las extorsiones y secuestros.
Una semana después, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) informó sobre el despliegue de más elementos en Baja California, Chiapas, Guanajuato, Jalisco y Tamaulipas. Mandos de la Gendarmería, consultados por EL UNIVERSAL, comentaron que el despliegue fue para combatir a la delincuencia organizada.
Las operaciones del nuevo cuerpo se han extendido a Michoacán y Guerrero, donde se encuentran establecidos grupos criminales como Los Caballeros Templarios, El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Guerreros Unidos, Los Rojos y La Familia.
Por su parte, Javier Oliva refirió que “la Gendarmería entra, no como una respuesta, pero sí en un contexto por el surgimiento de las autodefensas en Michoacán, las cuales vieron afectados sus ciclos productivos por la presencia del crimen organizado. Además, al iniciar operaciones la nueva división, se dejaron de lado las peticiones de las Fuerzas Armadas de contar con mayores recursos para nuevas plazas y mejor armamento”.
Los especialistas consultados mencionaron que la única labor que los gendarmes han realizado en apego a ley, es el apoyo ofrecido en Los Cabos, Baja California por el paso del huracán Odile en septiembre pasado.
Autoridades de la dependencia explicaron que en Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y en municipios del Estado de México se analiza la posibilidad de desplegar a elementos.
Los especialistas comentaron que la Gendarmería fue una promesa de campaña que sólo sirvió para ganar votos en las elecciones. “Es una propuesta de campaña que no cambia la realidad del país”, dijo Chabat.
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