Al menos 56 elementos de la Gendarmería son investigados por el enfrentamientoocurrido el pasado martes en La Ruana, en la que de acuerdo con diversas declaraciones ministeriales recabadas por testigos, entre ellas la de Simón “El Americano”, fueron los federales los que comenzaron los ataques.
Mexico,D.F 19/Dic/2014 Fuentes federales y estatales confirmaron que los elementos de la Gendarmería fueron llevados al penal de mediana seguridad de La Ruana, lugar que ocupa de base la policía federal pues aún no se concluye su construcción y en el cual rindieron declaración ministerial y en donde permanecen detenidos.
Por su parte, la Comisión de Desarrollo Integral para el estado de Michoacán informó que la Gendarmería proporcionó 56 de sus armas para que “sean objeto de análisis” por parte de los peritos que realizan la investigación.
Animal Político obtuvo una grabación previa a los momentos de los enfrentamientos del pasado martes. Dichos audios fueron captados e intervenidos de las frecuencias de radio que maneja la gente de “El Americano”.
En dicha grabación se puede detectar cómo en un principio Simón le dice a su gente que estén “calmados” y cómo es que ellos le afirman que en la barricada no los quieren dejar entrar a la Ruana.
En un segundo momento uno de los miembros del equipo de Simón señala que está esperando a que se le vaya “un tiro del lado de ellos” refiriéndose a los federales y a la gente de Hipólito Mora.
Pasado eso inicia el enfrentamiento y la gente de Simón pide el apoyo en la barricada, “vénganse todos a la barricada, vénganse con todo, piedras, palos, resorteras, con todo”.
Situación a la que “El Americano” afirma que se convirtió en una situación que “ellos no quisieron arreglar”.
Ya molesto, Simón menciona en el radio que el problema no era con Hipólito “ni con esos”, era con la Gendarmería.
“Pero pues ahora que la aguanten, la neta nos están dando la vuelta y pues a la verga. Vénganse todos ya para acá, ya Hipólito arrimó gente, pues órale, pues vamos a mostrarles lo que se puede hacer con palos y a lo que se le puede hacer con las armas y a la verga”.
Tras rumor de órdenes de aprehensión se esconden Hipólito, Simón y la gente de ambos
Minutos antes de las ocho de la noche, cerca de 20 vehículos con personal ministerial y de la secretaría de seguridad pública estatal arribaron a La Ruana con al menos 60 órdenes de localización y presentación, sin embargo, para ese momento la orden de Hipólito para su gente fue la de esconderse mientras se asesoraban legalmente.
Los ministeriales y personal de seguridad llegaron directamente a la plaza central de La Ruana, lugar en donde montaron un operativo especial para la localización de las personas que habían participado en el enfrentamiento del pasado martes.
Fuentes locales aseguraron que las órdenes de presentación y localización están dirigidas contra Simón, Hipólito y miembros de ambos equipos.
La relativa tranquilidad de La Ruana
La intranquilidad y el temor a morir es lo que se escucha en cualquier negocio, casa o calle de La Ruana. Por la carretera principal no solo rondan policías federales y militares, sino también Fuerzas Rurales. El problema es que nadie sabe a simple vista a qué grupo pertenecen esos elementos de las fuerzas, si al de Hipólito Mora o al de Simón “El Americano”.
A partir de que Hipólito Mora fue a la cárcel las cosas cambiaron en La Ruana, tanto que muchos de sus vecinos son parte del grupo de Simón y esto se observa por todo el pueblo.
Este jueves el principal ejemplo de dicha tensión fueron los 9 sepelios que se realizaron y que obligaron incluso a miembros del Ejército y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a hacer rondines por las zonas en que se efectuaban cada uno de ellos.
“Mire si no son chingaderas, allá a una cuadra están velando al hijo de Hipólito Mora y todos esos perros fueron los que mataron a mi hijo Sergio. Él sólo tenía 20 años y se unió al grupo de Simón para vigilar nuestro pueblo. No es justo que no nos dejen usar las armas para dispararles”, señaló la madre del joven Sergio Pacheco, uno de los once que murieron en el enfrentamiento del pasado martes.
En tanto la gente que llegaba a la casa de Hipólito Mora reconocía tener miedo de la situación que se vivía y aseguraban que nadie atacaría en el día de duelo, sin embargo, en cada uno de los sepelios se podía observar cómo los elementos de las fuerzas rurales traían su uniforme y arma de cargo y los que no pertenecen traían aquellas armas que nunca les decomisó el gobierno federal.
Para Hipólito Mora fue un día largo en el que tuvo que pedir ayuda a su gente para incluso custodiar la iglesia en la que le realizó una misa de cuerpo presente a su hijo Manolo.
Llegadas las cuatro de la tarde una caravana de vehículos partió del centro de la ciudad rumbo al panteón de Felipe Carrillo Puerto, lugar en el que llegó la gente y en la que con varios disparos de R-15 por parte de la Fuerza Rural se despidió al hijo mayor de Hipólito Mora.
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