La inédita e increíble detención sin forcejeos ni balazos en Estados Unidos de Ismael el Mayo Zambada García tiene dos vertientes: la que narran las autoridades de ese país a su prensa y la versión que dan a Proceso, pero ambas tienen la misma conclusión: que la del capo de capos del cártel de Sinaloa fue una entrega pactada.
“Ya llegué”, fue lo que presuntamente dijo el Mayo cuando aterrizó el avión Beechcraft King Air en el aeropuerto municipal de Santa Teresa, Nuevo México, en el que junto a Joaquín Guzmán López, hijo de su compadre, Joaquín el Chapo Guzmán Loera, llegó a Estados Unidos el narcotraficante mexicano, de acuerdo con lo que un alto funcionario de la DEA explicó a Proceso el jueves 25 de julio último.
Tal y como lo hicieron las fuentes gubernamentales estadunidenses consultadas por los periódicos The Washington Post, The Wall Street Journal y The New York Times, el alto funcionario de la DEA que platicó con este reportero sobre la detención del Mayo solicitó el anonimato como condición para revelar detalles del caso.
“Hubo negociaciones y conversaciones previas a la llegada del avión, nuestros agentes, junto con colegas del FBI, lo estaban esperando en Santa Teresa”, apuntó el alto funcionario de la Administración Federal Antidrogas (DEA) de Estados Unidos que ayudó a esta casa editorial a ser el primer medio de comunicación en “confirmar” la detención del líder y fundador –junto con el Chapo– del cártel de Sinaloa.
“Nunca imaginamos que lograríamos la detención del Mayo. No salía de sus escondites en la sierra del Triángulo Dorado (entre Chihuahua, Durango y Sinaloa) y en muchas ocasiones suspendió los contactos que teníamos directamente con él por medio de intermediarios”, dice el alto funcionario de la DEA.
La entrega pactada del Mayo a las autoridades de Estados Unidos, de acuerdo con la narración a esta revista por el alto funcionario de la dependencia federal estadunidense, se realizó vía intermediarios; entre ellos destaca Jesús Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo, primogénito de Zambada García. Insiste la fuente de la DEA:
En el proceso judicial contra el Mayo se conocerán muchos detalles de su detención que por ahora no podemos revelar, se entorpecería el caso y otras investigaciones sobre el narcotráfico en México.
–¿Le ofrecerán un acuerdo de cooperación para que se convierta en testigo protegido? –cuestionó este reportero al funcionario estadunidense.
–Sería muy importante su cooperación para beneficio de la lucha contra el narcotráfico y el desmantelamiento de cárteles de México. Es, tal vez, el narcotraficante que más sabe de eso.
El Vicentillo, capturado en la Ciudad de México el 18 de marzo de 2009 por elementos del Ejército, y luego extraditado a Estados Unidos en febrero de 2010, es pieza clave para entender los hechos relevantes que conllevan a la posible entrega pactada de su padre.
Ahora libre y bajo una identidad desconocida, viviendo con su familia inmediata (esposa e hijos) en algún lugar de Estados Unidos, con protección del gobierno de ese país y gozando de parte de la fortuna que amasó en el narcotráfico, Zambada Niebla entró al programa de testigos protegidos hace aproximadamente tres años, periodo que coincide con lo que reporta The New York Times sobre el tiempo en que hubo contactos entre el Mayo y agentes estadunidenses antes de su arresto.
“Funcionarios de Estados Unidos también de manera callada negociaron con interrupciones durante por lo menos tres años con el señor Zambada García sobre su potencial entrega, aunque eventualmente esas negociaciones no llegaron a nada”, se lee en el diario estadunidense en su edición impresa del sábado 27 de julio último.
Inmediatamente después de ser extraditado, y ya bajo la custodia de la DEA, el Vicentillo se negó a traicionar a su padre, al Chapo y a otros miembros del cártel de Sinaloa.
Para doblegarlo, como lo reportó puntualmente Proceso, los fiscales del Departamento de Justicia lo encerraron durante varios meses en El Hoyo, la celda de castigo en una prisión federal donde estuvo absolutamente incomunicado. Le abrieron la puerta cuando se quebró y estaba a punto de perder el juicio, luego empezó a dar información.
El expediente judicial contra el Chapo, contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública del gobierno Felipe Calderón; contra Salvador Cienfuegos Zepeda, general retirado y exsecretario de la Defensa Nacional en la presidencia de Enrique Peña Nieto, y los arrestos y casos judiciales contra otros narcotraficantes mexicanos de renombre se lograron gracias a la cooperación del Vicentillo con la DEA.
El dedo del Vicentillo
El 3 de enero de 2019 Zambada Niebla se presentó como testigo incriminador estelar del Departamento de Justicia de Estados Unidos en el juicio contra el Chapo Guzmán en la Corte Federal del Distrito Este, en Brooklyn, Nueva York, bajo la conducción del juez Brian Cogan.
–¿Quién es su padre?, ¿qué hace y qué apodos tiene? –preguntó ese día la fiscal federal Amanda Liskamm al Vicentillo.
–Ismael Zambada García es líder del cártel de Sinaloa. Le dicen “el Mayo, Padrino, la Doctora, la Señora”, y los más cercanos, como mi compadre Chapo, le dicen la Cocina. Ése también es su código para las llamadas telefónicas y por radio –contestó raudo Zambada Niebla.
El diálogo anterior y los siguientes de las audiencias del juicio a Guzmán Loera están plasmados en la transcripción oficial del proceso judicial y en las páginas del libro autoría de este corresponsal en Washington, editado por Grijalbo: El juicio, crónica de la caída del Chapo.
–¿A quiénes pagaba sobornos el cártel de Sinaloa? –preguntó la fiscal.
–A la policía municipal, a la del estado, a varias amistades políticas, a militares, a la Policía Federal Preventiva y a la Procuraduría General de la República (PGR) –explicó el Vicentillo.
–¿También se les pagaban bonos?
–Sí, mi papá mandaba algunos regalos cuando los cargamentos (de drogas) salían bien.
–¿Se hacían pagos de corrupción en otros lugares del país (México)?
–Los hacían los jefes de plazas.
–¿A nivel del gobierno federal?
–El licenciado Carlos tenía el contacto con los militares. Mi papá tenía sus contactos con los militares, Policía Federal Preventiva y la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizado (SEIDO).
–¿A cuánto ascendía en total el pago mensual por corrupción?
–Pasaba de un millón de dólares.
En la audiencia del 4 de enero de 2019 del juicio contra el Chapo, Zambada Niebla habló por primera vez sobre los contactos y comunicación que ya tenían la DEA y el Departamento de Justicia con su padre, el emblemático líder del cártel de Sinaloa...
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