Emma Coronel Aispuro no titubeó en lo absoluto ante el juez Rudolph Contreras cuando se declaró culpable por cargos de lavado de dinero y conspiración para traficar drogas a Estados Unidos.
Según fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), liderados por Arthur G. Wyatt, Coronel Aispuro, de 31 años, no tenía salida, pues existe evidencia extremadamente abrumadora para encarcelarla de por vida, y por ello lo más sano era que ella misma se declarara culpable durante una audiencia sostenida el jueves de la semana pasada, en una corte federal del Distrito de Columbia, en Washington DC.
Según un documento judicial titulado Declaración de hechos (Statements of Facts), desclasificado el día de la audiencia y presentado ante el juez Contreras, hay grabaciones, testimonios, y hasta fotografías que están en poder de la fiscalía estadounidense, en donde se precisa cómo Coronel Aispuro conspiró para que el Cártel de Sinaloa traficara cocaína, heroína, metanfetaminas y mariguana, “muy posiblemente a Estados Unidos”, generando grandes ganancias para el grupo que lideraba su esposo, junto con su socio Ismael el Mayo Zambada.
La evidencia sin embargo, aunque no fue presentada, existe; sin embargo no es contundente como lo han sido otras acusaciones contra narcotraficantes mexicanos, en donde la acusación es definitiva y los fiscales no esperan a que inicie el juicio para asegurar que un acusado trafica drogas de México a Estados Unidos.
“Se intentaba y se tiene una causa razonable en creer que esas sustancias (ilícitas) serían transportadas de manera ilegal a Estados Unidos”, según se lee en la página 2 del documento compuesto por doce páginas.
Pero más allá de esa inconsistencia, Coronel Aispuro, representada por Jeffrey Lichtman y Mariel Colón Miro, aceptó los cargos por conspiración, pues aunque nunca se involucró en tráfico de drogas, sí conspiró o cooperó de manera indirecta para que Guzmán Loera traficara grandes cantidades de droga a los Estados Unidos.
Sin salida
Originalmente, Emma Coronel fue acusada de haber estado en control y posesión de propiedades que en su momento fueron adquiridas por un narcotraficante de alto perfil, y con ello violó las secciones 1904-c-(1), 1904-c-(2), 1906(a) del código 21 de la ley estadounidense.
La conclusión de la DEA fue que, al casarse con Guzmán Loera en 2007, Emma Coronel debió tener ese control como mujer del líder del Cártel de Sinaloa, además de haberse beneficiado económicamente de las ganancias del narco y, según especifica la ley estadounidense, cuando un ciudadano de ese país toma posesión o control de algún bien inmueble que pertenezca a un narcotraficante, o bien se beneficia económicamente con dinero del narco, infringe la ley.
Sin embargo, ese cargo no sería suficiente para condenarla, y los fiscales empezaron a excavar más en su expediente y entonces encontraron que Emma también lavó dinero para el Cártel de Sinaloa cuando empezó a involucrarse con individuos para realizar una serie de transacciones económicas, con las que eventualmente se financiarían algunas de las actividades ilícitas que dirigía su marido.
Nuevamente el fiscal Wyatt consideró que esas acusaciones, aunque fuertes, no eran suficientes para presentarle cargos, y una vez más le buscaron más elementos para acorralarla; y fue entonces que tomaron un testimonio de Dámaso López Núñez el Licenciado, quien ante un juez y bajo juramento, declaró que Emma Coronel servía al Chapo de puente con sus proveedores, socios y distribuidores para, desde la cárcel, continuar con sus actividades relacionadas con el tráfico de droga.
“La acusada sirvió como mensajera a Guzmán Loera para llevar mensajes a miembros del Cártel de Sinaloa, y así mantener el control del cártel desde la prisión y seguir traficando cocaína, heroína, metanfetaminas y mariguana a Estados Unidos”, se lee en el expediente.
En esta parte fue donde se destapó la cloaca, y en ese momento Wyatt supo que tenía a Emma Coronel en sus manos, y que sólo sería cuestión de tiempo para llevar las pruebas ante el juez Contreras y que este firmara una orden de aprehensión.
La mensajera
La principal acusación que enfrentó Emma y la cual la podría ponerla de por vida en prisión, fue conspiración para tráfico de droga. En documentos recientemente desclasificados por el USDOJ, Emma Coronel fue el vehículo necesario para que Joaquín Guzmán Loera pudiera escapar de la cárcel y eventualmente traficara cientos de kilos de droga a Estados Unidos. Indirectamente, ella es responsable, según el código penal estadounidense.
De acuerdo al expediente 21cr00255, Guzmán Loera instruyó a Emma Coronel para organizar un escape del Altiplano a través de un túnel que llegaría desde una choza cercana a la penitenciaría, hasta su celda.
“El Chapo enviaba mensajes a través de Emma Coronel a otros líderes del Cártel de Sinaloa, incluyendo a sus cuatro hijos Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, Ovidio y Joaquín, así como otro individuo conocido como ‘Cleto'”, se lee en la acusación.
Agrega el documento: Estas instrucciones serían seguidas al pie de la letra por los hijos del Chapo, que tenía por objeto iniciar la construcción de un túnel.
“Posteriormente, el Chapo envió a Emma por un dinero que le daría ‘Cleto’, quien aparentemente tenía una cantidad no especificada que pertenecía a Guzmán Loera; con el dinero en sus manos, Emma lo entregó a los Chapitos para que iniciaran la excavación del túnel”, explica el documento.
La función de Emma no concluiría ahí, pues entonces el Chapo le dijo que contactara a otro individuo conocido únicamente como “Lázaro”, para pedirle que comprara una propiedad cerca del Altiplano y desde ahí empezar el túnel que llevaría a la celda del capo.
Una vez adquirida la propiedad, los hijos del Chapo buscaron ingenieros para iniciar el túnel, el cual debía tener una precisión milimétrica, mientras Emma se encargaría de informar a Guzmán Loera sobre el estatus de su proyecto de escape.
“Debido a que cada vez eran más frecuentes las visitas de Coronel al Chapo, la acusada se encargó, por órdenes de Guzmán Loera, de sobornar a los celadores y otro personal del Altiplano para que la dejaran pasar cuando ella quisiera, pues el plan no sólo era que ella ingresara cuando quisiera, sino también llevar comida que el capo quisiera”.
Las indagatorias de la fiscalía llegaron finalmente a un punto que nadie había considerado: la entrega de un GPS en la comida para que el Chapo colgara el artefacto en el lugar exacto donde el capo se encontraba y así garantizar que los ingenieros del túnel, no se equivocaran de celda ni de lugar,
“El GPS sería colocado debajo de la regadera de la celda del Chapo, y con ello se minimizaría la posibilidad de error”, explica el documento.
La libertad efímera
Joaquín el Chapo Guzmán se escapó el 11 de julio de 2015, poco antes de las 8:00 de la noche, y tras atravesar el túnel en una moto que corría a lo largo del camino, salió a la choza adquirida seis meses antes, donde una camioneta 4×4 lo esperaba para llevarlo a una pista clandestina donde una avioneta lo condujo a un pueblo no especificado del estado de Durango.
Según fuentes de Ríodoce, este pueblo fue Bastantitas, donde lo habrían recibido dos de sus hijos, junto al Cholo Iván (Orzo Iván Gastélum) y, tras darle la bienvenida lo llevaron a los alrededores de Canelas, Durango donde lo esperaba Emma Coronel y sus dos hijas.
La libertad, sin embargo, duró poco al Chapo, pues el 8 de enero de 2016, dos meses después de haberse reunido con Kate del Castillo y con Sean Penn, el Chapo fue recapturado por elementos de la Armada de México, en Los Mochis, Sinaloa.
El Betillo, un lugarteniente que era su asistente personal en la sierra de Badiraguato, dijo a Ríodoce que tras esa captura él optó por entregar camionetas, armas, y equipo de comunicación a Los Chapitos, y cuando el Chapo se enteró, se molestó con él.
“El viejo pensaba que se volvería a escapar, por eso se enojó cuando se enteró que le entregué todo al Iván”, dijo el Betillo durante una plática que sostuvo con Ríodoce.
Efectivamente, el Chapo tenía planeaba escaparse de nuevo, según explica el documento del USDOJ, pues tras ser conducido al Altiplano, pidió nuevamente a Emma que reiniciara todo el proceso para escaparse otra vez.
Emma contactó nuevamente a “Cleto” para pedirle otro millón de dólares, pero justo cuando iniciaban los preparativos para un nuevo túnel, el Chapo fue transferido a una cárcel de máxima seguridad en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Una vez en esta nueva prisión, las condiciones para un nuevo escape cambiaron, pues no contaban con los contactos del capo no eran los mismos que tenía en el Estado de México, y debía empezar de cero y eso tomaría más tiempo. El tiempo terminó por agotarse cuando el 19 de enero de 2017 el capo fue extraditado a Estados Unidos.
Con todos esos elementos en contra, Coronel Aispuro reconoció haber ayudado a Guzmán Loera a escapar, lo cual influyó para que el capo traficará más de 450 kilos de drogas a Estados Unidos, y por eso el cargo por conspiración.
El juez Contreras dijo a la acusada que enfrentará una sentencia máxima de cadena perpetua bajo el cargo de conspiración de drogas, así como un mínimo de 10 años, aunque la sentencia final puede variar entre ambos rangos.
La sentencia contra Coronel Aispuro será emitida el próximo 15 de septiembre, según informaron fuentes del USDOJ.
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