El diferendo público entre el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, y el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, no es nuevo ni es tampoco un asunto que se vaya a resolver con “amor y paz” como ingenuamente pide el presidente.
con comadres peleadas,salen verdades:
Se trata primero de un problema de competencias y facultades, en el que Nieto se queja de que él documenta e investiga delitos financieros ya sea por corrupción pública, empresarial o crimen organizado y luego la FGR no procesa esas denuncias ni inicia las carpetas de investigación; mientras que la queja de Gertz es que las denuncias de la UIF están mal integradas y no presentan elementos suficientes para abrir una investigación judicial.
OTRO PLEITO INUTIL DE INUTILES
Más allá de quién de los dos tiene la razón y cuál de las dos áreas falla, lo que es un hecho es que la facultad investigadora y de abrir carpetas de indagatorias o averiguaciones previas es una facultad exclusiva y constitucional de la Fiscalía, en donde la labor del Ministerio Público es justamente recabar las pruebas suficientes para sustentar una denuncia; pero por otro lado, una queja reiterada del fiscal Gertz es que cuando el titular de la UIF, Santiago Nieto, anuncia públicamente la existencia de expedientes financieros o congelamiento de cuentas, lo hace sólo como un acto “publicitario” y sin tener el sustento suficiente en sus indagaciones.
Pero además del asunto técnico de si a la FGR le toca investigar y la UIF plantea o no bien sus denuncias, lo cierto es que también hay un duelo de egos entre los dos funcionarios claves para la 4T: por un lado el perfil tan mediático de Santiago Nieto, no de ahora sino desde que fue Fiscal Especializado para Delitos Electorales en la desaparecida PGR, es algo que no le gusta a Gertz Manero y que afecta —dice el fiscal— temas del debido proceso que debe respetar la Fiscalía. Junto a la diferencia de personalidades hay también un recelo en contra de Nieto Castillo en la FGR, donde alguien le hizo creer al fiscal que Santiago merodeaba por su puesto y pretende robarle protagonismo y sustituirlo ante una eventual incapacidad por su edad.
El tema de fondo no es nada menor, pues más allá de situaciones o diferencias personales, incluso de rivalidades o celos políticos, esta confrontación está afectando la coordinación necesaria e indispensable para que avancen los procesos de seguimiento, investigación y castigo de delitos que tienen que ver con la corrupción, tanto pública como privada, y del enorme desafío del crimen organizado y las millonarias finanzas del narcotráfico. El que dos áreas estratégicas para el combate al lavado de dinero y la corrupción no estén trabajando unidas es una muy mala noticia para los objetivos de la 4T y un pésimo mensaje para delincuentes, narcotraficantes y corruptos, que se benefician de esa división interna en el gobierno federal.
Van al menos tres ocasiones en el que este conflicto aflora públicamente, en al menos dos de ellas por quejas expresadas directamente por el fiscal Alejandro Gertz en contra del trabajo de la UIF de Hacienda y particularmente, aunque no le menciona por su nombre, de la actuación de su director Santiago Nieto Castillo. La primera vez que el pleito se hizo público fue el 15 de enero de este año cuando el fiscal Gertz dijo ante el cuerpo diplomático mexicano que había “unidades, no de la Fiscalía, sino del gobierno, que no respetan la presunción de inocencia”. Luego, el 27 de mayo la confrontación se dio por la Universidad Autónoma de Hidalgo y sus 157 mdd que la FGR no pudo asegurar a pesar de las denuncias de “lavado de dinero” y el congelamiento de cuentas que había ordenado la UIF. Ante la queja de la unidad de Hacienda de que la FGR nunca procedió al aseguramiento, la respuesta del vocero a una columna de Mario Maldonado en EL UNIVERSAL, fue contundente y dejó ver otra vez el enfrentamiento: “Que no mientan, el caso lo tiró por unanimidad un Tribunal Federal por las mentiras de la UIF, chequen la sentencia”. Y finalmente esta última ocasión en la que el fiscal, en un debate, se quejó de que Nieto realiza “funciones de autoridad” al congelar cuentas, a pesar de que la Suprema Corte no se ha definido sobre el tema y lo acusó de estar más preocupado por dar un “show” en la prensa que por dar resultados.
Ya van dos ocasiones que el presidente López Obrador entra a comentar este conflicto y lo hace desde su autoridad recomendando “diálogo y conciliación, que se pongan de acuerdo”. En enero pasado lo hizo defendiendo al titular de la UIF y dijo que “no hay nada que haga Santiago de lo que yo no esté enterado”; en esa ocasión su mensaje se interpretó como una llamada de atención al fiscal Gertz Manero que, aunque fue propuesto por él, en realidad tiene autonomía en la FGR. Pero el asunto no paró y ayer, al aflorar de nuevo la confrontación, el Jefe del Ejecutivo recomendó “amor y paz” y que haya diálogo y conciliación a partir, dijo, de que “los dos son personas honestas y no tienen conflictos de grupos”.
Como se ven las cosas en el diferendo entre la FGR y la UIF y por la trascendencia que ese pleito tiene en las fallas y problemas de resultados en la lucha contra la corrupción y la procuración de justicia, va a hacer falta que el presidente haga algo más que “llamados a misa” y a la conciliación. Alguien tendría que poner orden y sentar a los dos funcionarios para que hagan acuerdos de coordinación, por encima de sus egos y sus diferencias personales. El momento que vive el país lo reclama y si no son capaces de ponerse de acuerdo los únicos que ganan son los delincuentes, mientras perdemos todos los mexicanos.
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