Esta vez
no hubo amparos ni despachos prestigiosos ni escapes peliculescos, y ahora sí
cayó todo el peso de la ley... sobre un indígena náhuatl acusado de robar tres
desodorantes.
Sergio Alberto Arellano Flores, de 29 años, fue internado ayer en el Penal del Topo Chico por el robo el martes de tres desodorantes, valuados en su conjunto en 129 pesos.
El fiscal pidió a una jueza de Control que el acusado fuera encarcelado porque existía riesgo de que se evadiera, ya que no tiene un domicilio fijo en la Ciudad y se duda de su verdadero nombre.
La jueza accedió y el presunto ladrón fue trasladado ayer mismo al Topo Chico.
Según la denuncia, el robo fue cometido la tarde del martes en una sucursal de Farmacias del Ahorro de Pino Suárez y Matamoros, en el Centro de la Ciudad.
El guardia de la tienda declaró que intentó evitar que Arellano saliera del negocio con los desodorantes, pero que éste sacó unas tijeras para lesionarlo.
La jueza determinó que no había quedado probada la violencia, pero sí el robo.
Arellano, que dijo ser lavacoches, dormir bajo un paso a desnivel y provenir de la Huasteca Potosina, reconoció que robó uno, y no tres desodorantes.
Tras permanecer cuatro días en una cárcel municipal de Monterrey, Arellano fue internado ayer en el penal.
Su prisión se extendería hasta el fin del juicio, que aún no tiene una fecha establecida.
Sergio Alberto Arellano Flores, de 29 años, fue internado ayer en el Penal del Topo Chico por el robo el martes de tres desodorantes, valuados en su conjunto en 129 pesos.
El fiscal pidió a una jueza de Control que el acusado fuera encarcelado porque existía riesgo de que se evadiera, ya que no tiene un domicilio fijo en la Ciudad y se duda de su verdadero nombre.
La jueza accedió y el presunto ladrón fue trasladado ayer mismo al Topo Chico.
Según la denuncia, el robo fue cometido la tarde del martes en una sucursal de Farmacias del Ahorro de Pino Suárez y Matamoros, en el Centro de la Ciudad.
El guardia de la tienda declaró que intentó evitar que Arellano saliera del negocio con los desodorantes, pero que éste sacó unas tijeras para lesionarlo.
La jueza determinó que no había quedado probada la violencia, pero sí el robo.
Arellano, que dijo ser lavacoches, dormir bajo un paso a desnivel y provenir de la Huasteca Potosina, reconoció que robó uno, y no tres desodorantes.
Tras permanecer cuatro días en una cárcel municipal de Monterrey, Arellano fue internado ayer en el penal.
Su prisión se extendería hasta el fin del juicio, que aún no tiene una fecha establecida.
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