Frente a la calumnia del presidente municipal Enrique Rivas Cuéllar contra El Mañana de Nuevo Laredo, negamos rotundamente y palabra por palabra lo que ha sostenido el Alcalde sobre la supuesta extorsión de este rotativo al gobierno municipal. Lo que parece evidente es una reacción visceral e iracunda frente a los señalamientos incontrovertibles publicados previamente en este rotativo sobre la opacidad de su gobierno, el nepotismo evidente en su aqudministración y el tráfico de influencia en la compra de medicamentos.
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Desacreditar al medio de comunicación calumniándolo es una vieja argucia política para evadir la responsabilidad de responder a los cuestionamientos hechos por esta casa editorial, y además una acusación a la que está obligado ante la ley a probarlos.
Le informamos a la opinión pública que el gobierno municipal desde que asumió Enrique Rivas ha contratado con El Mañana cerca de 2 millones 19 mil trescientos sesenta y seis pesos en publicidad y difusión de eventos. Sin embargo, el ejercicio libre del periodismo y la agenda informativa de El Mañana no están sujetos a los contratos comerciales del rotativo. El Mañana no nació para ser cómplice de la corrupción política y por ello cuestiona con elementos la actuación de los servidores públicos.
A El Mañana no lo mueve el dinero ni las ambiciones, sino las convicciones y por ello seguramente ha sobrevivido y prevalecido a través de más de tres generaciones. Cuando el propio Alcalde ni siquiera aún caminaba este rotativo ya libraba batallas por la dignidad y el saneamiento de la vida pública. Desde su fundación se constituyó en una trinchera de la libertad donde los ciudadanos que se sentían agraviados por el poder defendían en estas mismas páginas el interés público, las luchas por la democracia y presentaban resistencia a la perversidad y el atropello impune de los corruptos.
Si algo nos ha enseñado la historia en Nuevo Laredo es que los medios de comunicación banales y convenencieros terminan -por cierto como muchos gobernantes y partidos que traicionaron sus principios-, en el basurero de la historia.
Por ello exigimos que en lugar de usar los recursos públicos como instrumento de chantaje y la vieja práctica de premio y castigo para la prensa usando el erario para silenciarla, mejor responda con el mayor honor que su cargo le exige y le permita su estatura ética. Aclare, informe con verdad y corrija con humildad los señalamientos que se le han presentado y que ni siquiera se dignó en matizar en la rueda de prensa. Hágalo por respeto elemental al ciudadano porque ellos eligieron a un representante popular y no a un soberbio Virrey. Y sería encomiable también que se dejara usted de posturas propias de un fanfarrón que parecieran que sólo busca congraciarse servilmente con el Gobernador del Estado en aras de su reelección.
El tema no es el presupuesto de Comunicación Social, pero si el Alcalde para desvirtuar los argumentos que lo señalan lo saca a debate aclaramos cabalmente que en El Mañana no reclamamos en absoluto que nos compren espacios publicitarios. Se nos caería la cara de vergüenza. Sin embargo, nos oponemos enérgicamente a la injusticia de la competencia desleal que el gobierno propicia haciendo uso del dinero público como forma de sometimiento a la prensa independiente. Y es aquí donde proponemos que se transparente el presupuesto de Comunicación o bien que TODOS los medios de comunicación sean impresos, radio, televisión o plataformas digitales vivan estrictamente de sus audiencias y que a base del mérito y el servicio a la comunidad se ganen su existencia.
Los ciudadanos de bien quieren respuestas, que aclare el tema de los antecedentes dudosos de su proveedor favorito en medicamentos, explique por qué el Ayuntamiento está en manos de una red familiar donde usted tiene a su socio en la Tesorería, a su concuño como síndico, por qué una madre y su hijo estan al frente de servicios públicos y adquisiciones. Los ciudadanos queremos saber por qué oculta sus bienes. Ese es el tema Alcalde, no las evasivas respuestas de la publicidad a donde usted lo quiere llevar.
Creemos en el poder de la palabra y sabemos que sólo cuando ésta es genuinamente independiente y libre será capaz de cambiar un destino de oscura desdicha por otro que albergue la luz de la esperanza para una comunidad. Estamos convencidos que sólo arropando y protegiendo la legalidad, la libertad de prensa y los valores éticos podremos alcanzar una ciudad más justa y por tanto más decorosa y digna para sus habitantes.
Finalmente los diarios independientes somos como los ciudadanos de a pie; nos ganamos la vida en las calles y las plazas públicas, ambos -el pueblo y su periódico-, somos sobrevivientes de los malos gobiernos y ambos hemos sobrevivido también a la ineptitud de unos y la perversidad de otros.
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