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La gente dice que no hacen bien las cuentas. Lo cierto es que de la noche a la mañana las cifras oficiales aumentan. Que los papeles se llenan de muertos que no tienen nombre, o que no pueden tenerlo por razones políticas, por la necedad de negar una guerra.
En Reynosa, en Tamaulipas, la devastación es peor que si estuviésemos frente a un campo de batalla. Una realidad que ni siquiera los medios de comunicación quieren ver.
Muertos durante la semana pasada, oficialmente: Veinte.
¿Eran jóvenes, eran viejos, mujeres embarazadas? No lo vamos a saber. Son “bajas”, son consecuencia -nos dicen- de enfrentamientos entre bandas criminales. Son, nos niegan, mexicanos. Que se convirtieron en mexicanos de ínfima sin esperanza.
El “código rojo” en Reynosa es una manifestación social, de civiles, para intentar protegerse de las balaceras. A veces, muchas más de las que quisiéramos siquiera imaginar, balaceras iniciadas por las Fuerzas Armadas. Ahí a cualquiera le disparan. Por error, porque sí, porque iban pasando, porque dicen que eran “malandros”, porque estaban en medio de una batalla.
Una realidad, hay que insistir, que ninguno quiere ver. Que no ha merecido el rechazo social más grande.
Los tamaulipecos no pueden salir de sus casas. No pueden hacer su vida rutinaria. No están amparados por las leyes que emanan de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Simplemente: no hay libertad de paso.
Ahí están los criminales. Con los apodos, con la fuerza criminal que se quiera asignarles, con las armas que se quiera constatar. Ahí están los criminales. Pero también ahí están las autoridades.
¿Por qué las autoridades locales, las estatales, las federales incluyendo a la Semar y la Sedena no han controlado la situación?
Porque es una guerra que se juega a medias. Que no se quiere aceptar. Que no se combate como tal.
¿Imposible poner orden, regresar la paz social a Tamaulipas? Imposible encontrar la suficiente decisión política para hacerlo.
Los ciudadanos de Reynosa están acostumbrados a la violencia, más que en otras partes del país, pero la que viven en estos días es, todavía, peor. Hay más peligro, hay más muertos, sobre todo hay una mayor incapacidad de la autoridad. En Tamaulipas el Estado Mexicano es omiso, es fallido.
Lo que dicen sus redes sociales, sus mensajes de auxilio, es la libre, libérrima presencia criminal. Que se pasea por sus calles con sus camionetas blindadas, con sus armas, con sus disparos. Que cierra el tránsito en avenidas, que incendia comercios, que desgracia a familias. Ahí están, a la vista de todos, los criminales. ¿Y los soldados, y los marinos, y los policías federales dónde están? ¿Por qué no salen a esas calles a detenerlos?
La desesperación social es tan grande que comienzan a hablar de licitud otorgada por las autoridades a los criminales. La omisión de éstos, de quienes portan uniforme y deben proteger a la gente, es así de inmensa.
¿Por qué no se puede volver al estado de derecho, a la paz social en Tamaulipas?
¿Y el gobernador, el panista Cabeza de Vaca, en qué lado de la realidad está? ¿Por qué la Secretaría de Gobernación le permite que sea tan inútil en el ejercicio de proteger a la ciudadanía? Lo que es, ha sido siempre, su obligación.
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El aviso permanente, gritado a los cuatro vientos, que se repite en las redes personales, en los teléfonos celulares, que se pasa de voz en voz, es que ninguno vaya a Reynosa. La pregunta es qué hacemos, como país, como Estado, como gobierno, como sociedad, con los que viven ahí.
Si en una parte del país hay violencia impune, nada garantiza que mañana eso no suceda en el resto del país… mientras no salen las cuentas de los muertos… ¿Cuántos de los más de 79,000 que ha habido en este sexenio pudieron haberse evitado con la voluntad del gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto? Y si no es de voluntad, de qué…
Fuente:Isabel Arvide
@isabelarvide
Este Gobernador Siempre a jugado a policías y bandidos como en el viejo oeste y se cree alcaponé imagínense si sus grandes amistades del narcotráfico vivieran.la chona gomez. el payita .el toño barba todos unos verdaderos narco traficantes amigos personales de este cabeza de vaca no se diga sus familiares algunos ya muertos y otros ex comandantes de la famosísima policía judicial federal todas unas leyendas del Narco Trafico lo que ahorita sebe no es nada para cuando todos estos hijos de gente de bien como les llamaban eran los verdaderos lideres de toneladas de cocaína donde no había quien les pusiera un alto ahora este gobernador anda buscando delincuentes de 15 kilos cuando el sabe la verdadera mafia que operaba en su gran familia y el robo de combustible también anda tras garrafas de 25 litros cuando sus familiares han movido millones de litros robados a que esta jugando gober díganos si no puede y renuncie que se vea que metera primero a sus familiares ala cárcel para que vean en Tamaulipas que si puede cambiar pero no siga engañando a nuestros tamaulipecos primera pregunta de donde tiene usted su riqueza? 2 su suegro es pepillo gomez? 3 raul Guajardo es su socio en algún negocio? su familia directa han sido narco traficantes? por ultimo su familia directa como todos estos personajes incluyendo a su suegro siempre han tenido negocios con memito Gonzales calderoni ? y si le seguimos saldrá mas mugrerío de muchas familias que ahora son sus funcionarios que con su pasado no deberían estar en ningún cargo publico menos representado un cargo en el gobierno de Tamaulipas pero lo entendemos ahorita usted es don chungón el que parte el pastel asi que el juez por su casa empieza mi gobernador francisco garcia cabeza de vaca
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