Foto.-SinEmbargo/ |
Los policías “andan a las vivas” en el lenguaje coloquial. Están formados para esperar una reacción negativa, violenta, de los delincuentes que enfrentan. Tienen técnicas, capacitación para someterlos. Los militares no.
Los militares están formados para el combate. Para exterminar, aniquilar a los enemigos. No son policías. Y no han recibido capacitación para serlo, pese al mucho tiempo que tienen en actividades de seguridad. Ni siquiera los policías militares están hechos, están preparados para confrontar criminales. Ellos atienden asuntos con militares que, definitivo, ante su autoridad se someten voluntariamente.
Lo que hoy nos enteramos que sucedió en Puebla se venía venir. Solamente el gobierno de la República no lo ha medido con eficiencia. Porque enviar a militares a funciones de policía es, ha sido siempre, un gravísimo error.
Los militares que se ven en los videos están enfrentado “enemigos”. A eso hay que agregar la adrenalina. Y la falta de capacitación. La falta de experiencia. Simplemente no están preparados. Ni siquiera se les ocurre revisar si la persona que está en el suelo está desarmada, creen que con ponerla, justo, en esa posición ya no tienen problema. Y saca un arma. Y les dispara. Y mata a un militar.
¿Por qué? Simplemente porque no tuvieron un mínimo de prevención. Un mínimo de técnicas policiacas. Son vulnerables.
Lo que vemos después es una ejecución. Como le quieran buscar. Con los adjetivos que quieran agregarle. Es una ejecución.
Después de esto, se ve en el video, los militares quitan las cámaras que los estaban grabando.
Después de esto, de la ejecución de un civil presunto delincuente, hay un homenaje oficial a los militares muertos.
Después de esto, en un afán muy fallido de manejar la información, se filtra que los delincuentes, los huachicoleros hicieron una “muralla” de niños y mujeres. Razón por la cual, nos dicen, los militares no dispararon en su contra. Y fueron víctimas de sus balas.
¿Qué supone el poder civil que piense la sociedad civil sobre las Fuerzas Armadas?
Quienes desgastan, enormidades, su prestigio, la confianza de la gente, son los militares.
¿Se pudo evitar la ejecución? Seguramente.
Lo que nos falta saber es si esto, lo que vemos en el video, es una excepción o es una norma. No hemos visto los cadáveres de las víctimas de las “confrontaciones” con militares. No hemos escuchado a los familiares de los muertos. ¿Hay más ejecuciones, se les ordene a los soldados actuar así? Porque los soldados, no olvidar, obedecen órdenes superiores.
¿Quiénes son los jefes directos de los soldados que vemos en los videos?
Surgen muchas preguntas. El primer video fue dado a conocer por un medio nacional. A partir de ahí se conoció el otro, donde matan a un militar. Y la CNDH aseveró que ya tenía, hace días, conocimiento de ambos videos. ¿Lo pensaban ocultar a la opinión pública? ¿Lo iban a tratar como una investigación confidencial? ¿Iban a esperar hasta después de las elecciones de junio?
No hay una lógica. O la que vemos, millones de mexicanos, no es una lógica buena, a favor de las leyes.
Los militares, todos los ejércitos del mundo, tienen prohibido disparar contra civiles. Son leyes internacionales. ¿Cómo podemos justificar al soldado que dispara contra un hombre en el suelo? ¿Cómo podemos seguir teniendo fe en que el gobierno, incluyendo la institución de las Fuerzas Armadas, está haciendo bien su trabajo en materia de seguridad?
¿Qué no será hora de cambiar la estrategia?
El robo de combustible, ya lo hablamos en este espacio, es un delito incrustado en la corrupción de muchos protagonistas, incluyendo las gasolineras que lo venden. Que se ha dado por la omisión inmensa del gobierno, de Pemex en la vigilancia de los ductos, por la complicidad de autoridades municipales y estatales. Un puñado de militares no va a solucionarlo con su sola presencia.
La estrategia de comunicación oficial, lo sabemos, sigue siendo el mayor fracaso del gobierno de Peña Nieto. No asumir los costos de las imágenes, lo que millones ven, de estos videos es, también, un error.
Es tiempo de preguntarnos, en voz alta, qué queremos qué hagan nuestras Fuerzas Armadas…
Fuente.-Isabel Arvide
@isabelarvide
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