Por mar y por tierra; por carretera, desde las costas y puertos de Asia y Sudamérica llegan las armas a México. Es un bombardeo constante que ha horadado de manera efectiva las fronteras del país y nutre sin problemas al crimen organizado, a la delincuencia común y a miles de ciudadanos que tienen pistolas, rifles, granadas y hasta lanzacohetes para supuestamente defenderse de la violencia.
¿Cuántas armas?, ¿De qué tipo?, ¿Quién las envía?, ¿A dónde llegan?, ¿Para quién son?, ¿Cómo vulneran la seguridad de los mexicanos?
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Tres especialistas en el tema responden:
El general Brigadier Fermín Hernández Montealegre (Director del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia – CENAPI), el Maestro Luis Esteban Islas Bacilio (Jefe de la Unidad de Planeación, Prospectiva y Seguridad Privada de la Comisión Nacional de Seguridad – CNS), y el Maestro Martín Gabriel Barrón Cruz (Criminólogo, catedrático e investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales – INACIPE).
Reunidos en la mesa de debate Tráfico de Armas, celebrada el viernes 24 de febrero en el auditorio Alfonso Quiroz Cuarón del INACIPE, los funcionarios revelan avances, logros, acuerdos, planes, retos y atrasos en el tema.
Hablan también de zonas oscuras en las que se carece de información detallada acerca del tráfico ilegal de armas por vía marítima.
¿Cómo es posible que haya tantas armas en el país a pesar de los operativos, de los decomisos, de las estrategias y de los programas de seguimiento instrumentados con organismos especializados en los Estados Unidos y en otros países?
Martín Barrón, con más de dos décadas de experiencia en la cátedra y en la investigación criminológica, lleva el análisis y la discusión a terrenos no explorados antes.
El mapa de la República Mexicana en la pantalla muestra granadas de mano que entran por la frontera sur, desde Guatemala, hacia Tapachula, Chiapas, en tráfico hormiga.
Hacia el puerto de Acapulco se mueven vía marítima y por tierra las ametralladoras M2 Browning (cal. 50). Más arriba, hacia Lázaro Cárdenas. Michoacán, los fusiles de asalto AR-15, AK-47, M16, M4 y H&K encuentran puntos de acceso abiertos, sin mayores obstáculos.
Muy cerca, en el puerto de Manzanillo, Colima, los cárteles del narcotráfico reciben por vía marítima lanzacohetes RPG-7 y M-72 LAW, los más usados por el narco en México, junto con los aditamentos lanzagranadas para cartuchos calibre .40 milímetros. Estos últimos llegan sin obstáculos a Mazatlán, Sinaloa.
Estos son los puntos más importantes de tráfico e ingreso de armas ilegales a México sobre la franja del Pacífico. Pistolas, fusiles, ametralladoras, granadas, lanzagranadas, lanzacohetes y cartuchos inundan el territorio nacional y son embarcadas primordialmente desde diversos puntos de Asia.
Más al norte, en Nogales, Sonora, y en Tijuana, Baja California, las armas largas dominan el trasiego en varias modalidades: escondidas en automóviles, ocultas en cargamentos metálicos, disfrazadas de chatarra o insertas en aparatos electrónicos y en tableros falsos de coches y camiones.
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En el Golfo, a través Reynosa y Matamoros, Tamaulipas, armas más sofisticadas entran a México en cargamentos protegidos por policías e inspectores coludidos. Carabinas AR-15, Fusiles Kalashnikov avanzados, fusiles Barret semiautomáticos calibre 50 y toda clase de armas cortas cruzan la frontera diariamente.
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En algunas publicaciones se ha mencionado mucho que son alrededor de dos mil las armas que cruzan ilegalmente hacia México desde el sur de los Estados Unidos. No sé de dónde o cómo se saca esas cifras. Sería interesante saber de dónde viene esa estimación, pero lo cierto es que los datos más sólidos con los que se cuenta vienen de seguimientos y aseguramientos documentados aquí y allá, dice el Maestro Barrón.
Al revisar las rutas de acceso de armas vemos que son prácticamente las mismas que las ya conocidas para el trasiego de drogas, pero nos falta saber qué ocurre en los puertos, “porque en todos los puertos de este país deben de entrar armas; ¿cuáles son las vías marítimas, cuáles son los flujos y los controles marítimos que impiden o que permiten el tráfico de armas en nuestro país?”, se pregunta el investigador del INACIPE.
Lo más nuevo, agrega, es enviar las armas de manera legal, pieza por pieza, en paquetería que no tiene ningún problema para ser exportada desde los Estados Unidos, en donde este mecanismo no está prohibido. Este tipo de trasiego de armas puede parecer lento pero es seguro y es legal y puede llegar a casi cualquier parte del mundo.
Desechos útiles
Las granadas, los fusiles de asalto y hasta los lanzacohetes que entran por el sur del país, son desechos de guerra de los múltiples conflictos armados que ha habido en Centroamérica, explica en su momento el general Hernández.
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El militar, quien en noviembre de 2015 asumió el cargo al frente del CENAPI, da contexto a la situación sobre el flujo de armas y los controles existentes en Guatemala, en donde existe desde hace décadas la libre portación de pistolas y rifles y por ello es más complicado establecer controles y filtros fronterizos como los que hay en el norte y en otros puntos del país.
La existencia de numerosas armerías en Guatemala posibilita una gran oferta de armas de todo tipo en el sur y si a esto le sumamos que en esa región circulan pertrechos de guerra que son sobrantes de los conflictos armados que azotaron a varios países, entonces tenemos un panorama más complejo, describe el general Fermín.
Justamente en esa frontera las armas más traficadas son los fusiles de asalto AK-47 y el M16, así como el G-36V, acompañados de granadas de mano. El director del CENAPI señalaba entonces que para atender este escenario, la PGR y el Gobierno de Guatemala firmaron en marzo de 2015 un Protocolo para Prevenir y Combatir la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Armas, como un instrumento para atender este fenómeno de alto impacto social.
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De hecho, en los próximos días delegados de ambos países se reunirán para sostener la primera reunión del Grupo de Coordinación Interinstitucional GC-Armas México -Guatemala (similar al GC-Armas México que opera desde 1995 y sesiona cada dos semanas), para intercambiar información sensible sobre rutas de trasiego, grupos delictivos involucrados, tendencias en el tráfico de armas y estrategias de combate.
El general da cifras validadas por la Sedena, por la Comisión Nacional de Seguridad, por la PGR y por la Marina. Desde el año 2010 hasta el primer mes de este año, dice, se han asegurado 142 mil 634 armas de fuego (cortas, largas, granadas, lanzagranadas, lanzacohetes) en operaciones de alto impacto, en retenes carreteros, en cateos y en inspecciones aduaneras.
Además, en 2016 la Defensa nacional destruyó en todo el país 34 mil 280 armas de fuego. Tan solo en enero de este año el ejército reportó el aseguramiento de 2,974 armas en los estados de Sinaloa y Durango, logrando también asegurar 6, 236 cargadores de diferentes calibres y 261 cascos.
El aseguramiento de armas se ha extendido también a los estados de Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí, en donde se han decomisado 5,097 piezas. De este universo, 3, 233 eran armas cortas y 1,864 eran armas largas. Según el conteo de las Sedena, 3,415 armas fueron aseguradas en la Séptima Zona Militar (Nuevo León), 2,282 en la Octava Zona Militar (Tamaulipas) y 400 más en la Doceava Zona Militar (San Luis Potosí).
Negocio, negocio, negocio
El maestro Luis Esteban Islas, de la CNS, plantea escenarios que no pueden pasarse por alto y que tienden a complicar el combate al fenómeno del tráfico de armas ilegales en México.
Para empezar, dice, la mayoría de las armas provienen de los Estados Unidos, país que tiene una verdadera industria bélica, la más poderosa del planeta, y de donde salen cerca del 80 por ciento de las pistolas, rifles, granadas y aditamentos que entran ilegalmente a México a nutrir a los grupos de la delincuencia organizada.
El de las armas de fuego, continua, es el negocio más redituable de planeta, junto con el tráfico de drogas y el tráfico de personas. Las estimaciones hablan de ventas anuales que oscilan entre los 7 mil 500 y los 8 mil 500 millones de dólares de armamento legal en todo el mundo. Esto por cuanto toca al comercio legal. Imaginemos a cuánto ascenderá el mercado ilegal de armas en el mundo, agrega.
Los Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Italia y Alemania siguen siendo los principales fabricantes y exportadores de armas en el mundo. Estos son los países cuyas armas nutren en mayor y menor medida e mercado legal e ilegal en México, explica Islas.
La posesión y portación legal de todo tipo de armas en los Estados Unidos, amparada por la Segunda Enmienda de su Constitución ha permitido el crecimiento de una industria y de una cultura de las armas en la que más del 80 por ciento de los más de 300 millones de habitantes de ese país tienen armas en sus casas, en sus coches, en sus negocios y andan con ellas en las calles.
Tan solo en la frontera con México existen más o menos 3, 600 armerías legales que venden toda clase de pistolas, rifles, ametralladoras, subametralladoras, escopetas, fusiles, carabinas, así como cartuchos, miras telescópicas, fundas, cargadores. Esto complica el trabajo de contención de armas que son legales en los Estados Unidos e ilegales en México una vez que cruzan la frontera.
Para complicar las cosas, el gobierno norteamericano es de los pocos países productores de armas que se ha negado a ratificar el Tratado sobre el Comercio de Armas, mecanismo diseñado para establecer fuertes controles en el comercio mundial de armas de fuego convencionales.
Esteban Islas sostiene que sí es posible detener el flujo de armas con las que se abastece a los grupos del crimen organizado, pero para ello es necesario no solo tener buenos acuerdos y mecanismos de colaboración, sino también cumplirlos h hacerlos cumplir y para ello es necesario que todas las partes hagan su trabajo bien, comenzando por quienes hacen las leyes.
Hay una circunstancia especial, dice, que vemos de manera recurrente cuando tenemos información de inteligencia muy sólida y comenzamos a apretar aquí y allá y realizamos operativos de aseguramiento; “cada vez que aseguramos armas, aumenta la violencia del crimen organizado, aumentan los homicidios dolosos”.
Cuando más presionamos al crimen organizado, cuando más los apretamos más crímenes hay, añade.
Los tres especialistas coinciden en que la obligación de los estados es la de ser corresponsables en los controles que se establezcan para garantizar que las armas que se les entregan no se pierdan o no sea robadas.
Debe haber también un mayor y constante intercambio de datos y de información sensible para perfilar comportamientos, zonas, rutas, pasos, grupos, métodos de trasiego de armas, su origen y destino final en nuestro país.
Sobre la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y la posible afectación de programas de combate al tráfico ilegal de armas de fuego, el general Fermín Hernández Montealegre explica al final del debate que la PGR y sus contrapartes norteamericanas no han recibido instrucciones en sentido contrario y siguen trabajando en el intercambio de información sensible y en diversos programas de colaboración para combatir este delito.
Fuente.-Jorge Medellín
@JorgeMedellin95
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