Con 93 años de edad, al señor José de Jesús Contreras Ramírez le inquieta fallecer solo y sin conocer el destino final de sus cenizas. Argumenta que le preocupa que no haya nadie que le cierre los ojos al momento de su muerte. “Quiero saber dónde y con quien quedarán mis cenizas”, dice.
Este hombre, quien fue escolta del ex presidente Miguel Alemán y estuvo en la nómina del gobierno por más de 20 años, platica en entrevista con EL UNIVERSAL que en 2013 conoció a Isabel Solís Martínez, quien entonces tenía 46 años. Ella le ofreció “cuidarlo en la muerte y más allá”.
Ante la preocupación del destino de sus cenizas, y cautivado, según explica, por su juventud y belleza, aceptó casarse cinco meses después de conocer a esa mujer, quien es propietaria de una pequeña farmacia ubicada en Tlaxcala. Pero lo que fue una promesa de cuidado y compañía se convirtió “en un plan perfecto para despojarme de mi única propiedad, una casa de dos pisos, de 558 metros cuadrados, en el centro de la ciudad y al lado del casco de un convento histórico”.
Isabel le propuso a don José de Jesús una transacción comercial, “para evitar suspicacias sobre el interés de una cuantiosa herencia”.
Lo llevó ante un notario para firmar la compra-venta de la casa, valuada hoy en aproximadamente 3 millones de pesos, comprometiéndose a darle en principio 100 mil pesos, de los cuales hasta la fecha sólo le ha dado 30 mil; sin embargo, posteriormente se hizo un cuntrato de compra-venta por 17 mil pesos.
En el Registro Público de la Propiedad y del Comercio de Tlaxcala [con la escritura número: 44875; libro 420] quedó asentado que Isabel Solís Martínez adquirió por compra-venta la casa ubicada en San Francisco Número 2, por una cantidad de 17 mil pesos. Meses después, ella vendió la propiedad a su hija Nancy Elizabeth Hernández Solís, por sólo 22 mil pesos.
Consumado el hecho, don José de Jesús no obtuvo el total del dinero acordado y mucho menos los cuidados que dice querer a su edad. Explica que ella lo abandonó a las pocas semanas de haber adquirido la propiedad. “Isabel no accede a firmar el divorcio que he solicitado ante las autoridades correspondientes”, asegura.
Pide intervención de la Presidencia
Con el objetivo de evitar ser despojado de su casa, el señor Contreras Ramírez ha solicitado la intervención de la Presidencia de la República, ha iniciado el juicio de divorcio y pretende que se sancione el engaño y el fraude del que acusa a Isabel Solís, quien además se quedaría —una vez que él fallezca— con la pensión de quien también trabajó a lo largo de su vida en la aduana y en áreas de seguridad pública.
Contreras Ramírez se ha dirigido, con cartas, al presidente Enrique Peña Nieto, a través de la Dirección General de Atención Ciudadana, para pedir que se le reponga su propiedad y admite: “Estoy consciente de que me equivoqué al haber creído ciegamente sobre el ofrecimiento de esta señora, y confío en que usted intervendrá para que se cancele esa escritura y se reintegre a mi nombre, ya que esto ha sido un abuso de la señora Isabel Solís Martínez, aprovechándose de mi enfermedad, de mi edad y de mi soledad”, expone en el documento.
Ante la continua demanda de José de Jesús Contreras Ramírez para solucionar su caso, Carlos Romero Castro, director general de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República, le ha respondido y enviado tres misivas con fechas 9, 12 y 17 de mayo del presente año, para informarle que su asunto es de injerencia y competencia del gobierno del estado de Tlaxcala. “Se le sugiere establecer contacto con la Jefatura de Atención Ciudadana del Despacho del gobernador, del gobierno del estado de Tlaxcala”, refiere una parte de la contestación de la Presidencia de la República.
La versión de don José
Después de cinco meses de conocerse, Isabel y José de Jesús Conteras decidieron casarse. Poco tiempo después ella le propuso que él le donara su casa “a cambio de las atenciones que dijo me daría. Ofreció conseguirme una enfermera para que me cuidara, comentó que me daría 100 mil pesos; de los cuales sólo recibí 30 mil.
“Con engaños hizo que nos casáramos al vapor, pero después de que contraje matrimonio con ella, en el año 2013, cambió su actitud conmigo; la escritura quedó a su nombre”, explica el quejoso desde su casa, ubicada en la calle de San Francisco y avenida Matamoros, en la colonia San Felipe, Ixtlacuixtla.
“Ella me dijo que se iba a hacer cargo de mí hasta que yo me muriera, que yo era de su familia, que le donara mi casa y que ella me iba a depositar 100 mil pesos a mi cuenta y que me contrataría una enfermera; además comentó que me iba a comprar un teléfono celular y que cuando falleciera me iba a incinerar y guardar mis restos en su casa”, señala.
“Decidimos casarnos. Me pidió las escrituras de mi casa, y después me llevó a Calpulapan, Tlaxcala, a una Notaría; firmé unas escrituras creyendo que era una donación de mi casa, porque Isabel se había comprometido a cuidarme”, admite quien también ha acudido a la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación para pedir se haga justicia a su caso.
“Después supe que se había casado conmigo para que ella tuviera los servicios del ISSSTE y se quedara con mi pensión; por eso es que ahora no quiere darme el divorcio, pues al firmarlo perdería ese derecho. [actualmente Contreras Ramírez recibe una pensión de 2 mil pesos].
“Ella tenía otra casa en la que se quedaba. Pasaba por mí a las 10:00 de la noche y me regresaba a las 8:00 de la mañana; esto fue así hasta que un día se enojó y no pasó por mí a la casa para llevarme a la suya”, recuerda.
Con el tiempo el señor Contreras se enteró de que las escrituras que firmó no eran una donación, sino una compra-venta “le vendí a la señora Isabel mi casa en 17 mil pesos y ella se la vendió a sus hija en 22 mil pesos”.
Hoy, el señor José de Jesús Contreras aún vive en la casa que es legalmente de Isabel. Ha gastado en abogados y hasta el momento su situación se mantiene sin cambios.
La versión de Isabel
Con el fin de dar voz a todas las partes, este diario contactó a la señora Isabel Solís para conocer su versión. En entrevista vía telefónica se le preguntó en cuánto había comprado la casa del señor José de Jesús Contreras; sin embargo, ella decidió no dar una respuesta al respecto. “Eso [la cantidad] lo tendríamos que checar ante un juzgado”, comenta.
“Yo a él le quedé de entregar 100 mil pesos, pero solamente le di 30 mil; lo demás no lo quiso recibir, él fue quien fijó la cantidad que tendría que darle por la casa, en realidad él la iba a donar al municipio [porque cuando él muriera nadie la iba a cuidar]; y fue cuando le dije que le podía dar 100 mil pesos, porque no tenía más que eso. Es verdad que la propiedad hoy está a nombre de mi hija”, dice, aunque no explica si pagó o no 17 mil pesos por el lugar.
Prefiere que hablemos con su abogado, Pedro Antonio Jiménez Juárez, quien refiere: “El asunto está en trámite judicial, en cuestión del divorcio necesario. El señor José de Jesús quería promover un divorcio voluntario y esto se está resolviendo ante el juez familiar. Sobre el bien inmueble del que el señor dice ser dueño, desde fecha anterior hay una escritura. Él fue ante Notario y vendió a persona distinta [a mi clienta]. Isabel sabe que la propiedad se vendió a persona distinta que compró la propiedad, [es decir] nada que ver con la señora Isabel.
“Hay una escritura en la cual doña Isabel firmó ante Notario. La propiedad fue vendida a persona distinta por parte del señor José de Jesús Contreras [y no a ella]. El señor José de Jesús tiene una demanda aquí en Tlaxcala por acoso y escándalo en vía pública”, asegura el abogado.
Mientras tanto, Isabel agrega: “Todo lo que él dice es mentira. Si fuera cierto algo de lo que dice la ley hubiera procedido en mi contra; él ha tenido como 10 o 12 abogados. Nos casamos por bienes separados, vivimos un año y medio juntos y él comenzó a maltratarme. La casa me la vendió mucho antes de que nosotros nos casáramos. Una vez que nos casamos yo decidí alejarme de él porque era un hombre muy violento; le dije en varias ocasiones que tenía que dejar de ser violento conmigo, dejar de gritarme, de hacer escándalos, pero no me hacía caso. Cuando él comenzaba a gritar, yo me retiraba. No tengo ningún inconveniente en darle el divorcio”.
Los abogados de ambas partes
El licenciado Eduardo Mendoza Hernández, abogado de Contreras Ramírez refiere en entrevista que ellos cobraron 20 mil pesos por el divorcio necesario. “La demanda está en el juzgado, a pesar de que solamente nos dio 5 mil pesos y no pudo completar lo demás. Le sugerimos que continuara el divorcio con los defensores de oficio que no le cobran, pero no quiso. La señora dijo que sí aceptaba el divorcio voluntario, pero no quiere soltar la casa; nosotros íbamos a denunciar que lo obligaron a firmar los documentos engañado, para que así se deshiciera el trato, pero ella está en la negativa total de soltar la casa, está esperando a que don Pepe fallezca para entonces, ahora sí, decir yo soy la dueña, y se acabó el asunto”, asegura.
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