La derrota del PRI en las elecciones para
gobernador en Chihuahua y Durango poco o nada significaría para el poder del
narco en la región del “Triángulo Dorado”, mientras en Sinaloa el regreso del
tricolor a la gubernatura tampoco repercutiría en cambio alguno.
Su poder real
se sustenta en las estructuras financieras, de seguridad y de protección
políticas que van más allá de partidos y elecciones. De 12 municipios que
comprende esta región en los tres estados, el PRI ganaría en 10, según el
último conteo de resultados. Las señales violentas lanzadas días antes y
durante los comicios, supuestamente por parte del Cártel del Pacífico, no
alteraron las previsiones de resultados, pero quizá influyeron junto con otros
factores al abstencionismo que fue mayoría en los tres estados.
Una señal en la tierra natal del mandatario
sinaloense Mario López Valdez, llamó la atención a nivel nacional por lo
aparatoso que resultó. Ocurrió en Los Mochis, cabecera municipal de Ahome,
donde un comando atacó a tiros la noche del sábado 4 de junio las oficinas del
candidato del PAN a la alcaldía.
Unos individuos no identificados se
introdujeron, robaron documentos y equipo de cómputo de Miguel Ángel Camacho
Sánchez, el panista que tras las elecciones y hasta el pasado miércoles 8 se
alzaba con la victoria a la presidencia municipal con más de 11 mil votos
contra alrededor de 8 mil de su contrincante priista.
Y llamó la atención porque este municipio
junto con Mazatlán, fueron dos donde el PAN le arrebató el triunfo al PRI, que
se alzó con la gubernatura con su candidato Quirino Ordaz Copel, empresario
mazatleco y diputado federal del Partido Verde con licencia, quien está casado
con Rosa Isela Fuentes Chávez, hija del general de división retirado Luis Ángel
Fuentes Álvarez, antiguo director del Colegio Militar (1991-1994), fallecido en
julio del 2015.
Tras la jornada electoral donde el PRI sufrió
la peor derrota de su historia en elecciones para gobernador, Sinaloa fue uno
de los cinco de los 12 estados donde ganó, los otros fueron Tlaxcala, Oaxaca,
Hidalgo y Zacatecas. Las derrotas más dolorosas para el tricolor fueron en
Chihuahua y Durango, que junto a Sinaloa forman en su zona serrana el
“Triángulo Dorado” de la droga, donde por primera vez perdieron al igual que en
Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo.
Los incidentes en Sinaloa antes de la jornada
electoral se registraron también en Culiacán, donde el viernes 3 una serie de
ataques a camiones de transporte urbano que traían pegada propaganda del PRI,
no solo afectaron el servicio en la capital sinaloense, sino que también fueron
vistos como un mensaje a las autoridades.
En el medio policiaco y militar,
corrió el rumor que se trató de gente enviada por Iván Archibaldo Guzmán
Salazar, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, el líder preso del
cártel en vías de ser extraditado a Estados Unidos, quien de esta manera
presuntamente trataba de incidir para que la gente tomara sus reservas y dejara
de acudir a votar el día de las elecciones.
Otro mensaje se registró horas después en
Mazatlán, el puerto que domina el PAN en las urnas desde hace un par de
elecciones, donde el sábado las oficinas del PRI fueron incendiadas
presumiblemente tras el lanzamiento de una bomba molotov. Sin que se precisara
la autoría material, se informó que tres personas que se encontraban en el
inmueble localizado en la calle Antonio Rosales esquina con Luis Zúñiga, fueron
sometidas por varios individuos, pero sin que pasara a mayores. En esta ciudad
el blanquiazul se alzaba con la victoria con más de 28 mil votos para encabezar
la presidencia municipal con más del 95 por ciento del cómputo, seguido muy de
cerca por el PRI, con alrededor de 500 sufragios de diferencia.
El día de la jornada electoral un comando
secuestró por varias horas a por lo menos siete personas, cinco de ellas
suplentes de casillas en la colonia Santa Fe y dos más simpatizantes del PRI en
la colonia Chulavista. Al caer la tarde del día siguiente, se reportó su
liberación sin que pasara a mayores.
Durante la tarde de sábado y el domingo,
tropas de la novena zona militar patrullaron la capital y los principales
municipios, como parte de una estrategia de seguridad local y federal, la cual
estuvo a cargo del coordinador general de seguridad en el estado, el general de
división retirado y antiguo comandante de la Tercera Región Militar, Moisés
Melo García.
El nieto de un narco que quiere ser gobernador
Héctor Melesio Cuén Ojeda es conocido como el
“Elba Esther Gordillo” de la educación superior en Sinaloa. Antiguo rector de
la Universidad Autónoma de Sinaloa, cuya estructura administrativa y académica
controla desde entonces, y ex alcalde de Culiacán acusado de corrupción, este
ex priista se distanció hace algunos años del tricolor para formar su propia
organización política, el Partido Sinaloense (PAS), financiado según diversos
analistas locales, con recursos de la universidad.
El PAS en alianza con el Movimiento Ciudadano,
desbancaron al PAN en esta elección como la segunda fuerza electoral al obtener
Cuén Ojeda, candidato a la gubernatura, el segundo puesto con poco más de 187
mil votos, muy lejos de los 200 mil que presumía en la víspera que podría
obtener, y distante de los más de 293 mil que obtuvo el priista Quirino Ordaz.
Héctor Melesio es nieto de Melesio Cuén, un
empresario de la primera mitad del siglo pasado que no solo fue presidente
municipal de Badiraguato en tres ocasiones, sino que también fue médico del
pueblo, comerciante, agente minero, dueño de la única farmacia del lugar, de la
única funeraria y del monopolio del surtido y transporte de combustible. En
1950 abrió la primera tortilladora de máquina y tenía sembradíos diversos,
algunos de ellos de amapola, según consigna Froylán Enciso en su libroNuestra
historia narcótica. Pasajes para (re)legalizar las drogas en México. Era
uno de los productores de goma de opio que inició en el negocio del
narcotráfico cuando éste pasó de ser un tema de salud a uno de seguridad.
Su nieto, quien tiene un partido y controla la
máxima casa de estudios sinaloense, con apoyo del Movimiento Ciudadano le
arrebataron al PRI la presidencia municipal de Cosalá, de donde es originaria
la diputada local Lucero Sánchez, conocida como “la chapo diputada”, quien
nunca ha desmentido el apoyo de Cuén en su carrera política.
El PAS ganó también la alcaldía de Angostura,
municipio al norte de Culiacán, fundamental para el trasiego de droga rumbo al
norte del estado. En Cosalá, municipio enclavado en la zona serrana dentro del
“Triángulo Dorado”, se encuentran las instalaciones consideradas reserva
ecológica propiedad de la UAS, donde se habría realizado el año pasado la
reunión entre El Chapo Guzmán y los actores Sean Peann y Kate
del Castillo.
Chihuahua y Durango cambian de color
Javier Corral Jurado, el candidato del PAN que
se alzó con la gubernatura de Chihuahua, centró sus primeras 72 horas tras
conocerse su triunfo, en señalar que irá por el actual gobernador priista César
Duarte para que pague con cárcel el multimillonario desfalco a las arcas de la
entidad. Hasta media semana no había hecho un pronunciamiento sobre la
situación que se vive en la zona serrana de la entidad, donde el narco campea
en el control territorial y de las comunidades.
En Durango, el candidato aliancista del PAN y
PRD José Rosas Aispuro, quien derrotó al tricolor que pierde por primera vez la
gubernatura, dijo que no le temblaría la mano para que la “normalidad” regrese
al estado donde la gestión del priista Jorge Herrera Caldera, se caracterizó
por su pliegue al narcotráfico. Y fue a través de la organización de los
Cabrera, operadores del Chapo Guzmán y de Ismael El
Mayo Zambada, quienes hicieron de los penales y las policías, sus
centros de operación y alfiles en su guerra contra otras organizaciones en los
últimos seis años.
La alternancia en la gubernatura no implicaría
necesariamente que cambie el esquema bajo el que opera el narcotráfico en
Durango y Chihuahua, tampoco en Sinaloa, donde el negocio se sostiene por
familias, clanes e intereses empresariales arraigados en las economías locales
de décadas atrás.
El narcotráfico en la actualidad es una
empresa que tiene más poder que los partidos, el que llegue al poder tiene
pocas opciones y tarde que temprano terminará por alinearse a sus intereses,
dijo una fuente militar del área de inteligencia.
“Las familias que dirigen el narcotráfico en
estos lugares son las de siempre, están insertadas en diferentes partidos, así
que gane un partido u otro no tiene relevancia porque mantienen el control a
través de cualquier integrante de esa “gran familia”, indicó.
Llama la atención que en entidades como
Sinaloa no solo no hay pugnas electorales graves, aunque Cuén analice impugnar
la elección para gobernador, sino que se cambia de fachada, pero el poder real
sigue intocable porque ante todo es financiero, geopolítico por su imbricación
con las agencias de seguridad estadounidense, y sobre todo con un alto grado de
complicidad con el poder político.
Hasta el miércoles 8 de junio en los 12
municipios de los tres estados que abarca el “Triángulo Dorado”, quien estaba
al frente en número de alcaldías era el PRI, con 10. En Chihuahua, el PRI le
quitó al PAN las presidencias municipales de Morelos y Guazapares. En Durango
le quitaría el ayuntamiento de San Dimas a Movimiento Ciudadano. Mientras en
Sinaloa, perdería Cosalá ante el PAS y Movimiento Ciudadano.
En esta entidad el tricolor conservaría
Badiraguato, la cuna del narco en México, Sinaloa de Leyva y Mocorito; mientras
en Durango mantendría la presidencia municipal de Tamazula y Canelas, y en
Chihuahua Guadalupe y Calvo, Batopilas y Guachochi.
Fuente.-
Juan Veledíaz
@velediaz424
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