Imagen.-Internet/ |
No se trata, no únicamente, de los miles de millones de pesos que pierde Pemex, que se tiran a la basura cada año. El robo de gasolina se ha convertido en uno de los mayores fracasos del gobierno federal.
En la parte moral porque la omisión, inmensa, de las autoridades ha conformado verdaderas sociedades que viven alrededor de este delito. Sin conciencia alguna sobre las implicaciones legales y morales de sus acciones. Es un modo de vida que han legitimado acusando al gobierno federal de corrupto.
Como si esa presunción fuese dispensa absolutoria.
Esto, lo más grave, es lo que conforma la realidad de muchos niños y jóvenes que participan con sus padres en el negocio, y defienden estos robos pidiendo que la autoridad, en su caso el Ejército, deje de combatirlos.
En lo que se refiere al tema de eficiencia, de capacidad de respuesta del gobierno federal, de la misma empresa petrolera, porque el Presidente Enrique Peña Nieto puso, literal, a su escolta como responsable de la seguridad de Pemex.
Primero ascendió al coronel Eduardo León Trawitz a general, sin haber cumplido los años necesarios en el grado anterior, pese a haber estado comisionado como jefe de escoltas, fuera de sus actividades militares. Ascenso que enojó a muchos dentro de las Fuerzas Armadas.
Después, ya general León Trawitz, se mandó cambiar el organigrama para que tuviese un puesto de mucho presupuesto, una subdirección a modo.
Toda la fuerza, todo el dinero, toda la omisión. Una posición que, creo, ni siquiera ha entendido el general.
Porque el tema del robo de combustible no comenzó el mes pasado. Y lo que pudo haberse evitado, lo que era responsabilidad del general consentido de Peña Nieto, fue ignorado. Hasta que balacearon a militares, hasta que niños y mujeres tomaron carreteras y los ojos de todo México voltearon a ver un negocio criminal de muchos millones de pesos.
Donde, obviamente, tiene que existir la participación de personal capacitado de Pemex que puede localizar el flujo de combustible. No cualquiera, no con un cuchillo, puede perforar un ducto de gasolina.
La autoridad omisa, comenzando por el responsable, el general León Trawitz, no ha investigado y/o denunciado la complicidad de gasolineras que compran este combustible. No ha utilizado drones o supervisión sofisticada para su vigilancia. En pocas palabras no ha hecho nada.
TE RECOMENDAMOS:
Vinieron los muertos. Llegó el escándalo. Y Enrique Peña Nieto pronunció un discurso contra el robo de combustible.
¿Qué sigue?
A Pemex se le redujo el presupuesto enormemente. ¿Quién es responsable de su seguridad? ¿El general que cobra como subdirector y ha demostrado no tener la capacidad de hacer su trabajo? ¿El Ejército que sale a enfrentarse, a recibir los balazos? ¿La Secretaría de Hacienda, el SAT que no controla las ventas de las gasolineras? ¿Los gobiernos estatales que han ignorado el problema?
Aumentan las tomas clandestinas y caen los decomisos de combustible robado
¿Una sociedad fácil de corromper que se ha convertido en criminal sin ningún aspaviento?
Como en muchos rubros de la vida nacional, hace falta decisión política para que esta realidad cambie. Y revisión de muchos rubros, de la inmensa suma de omisiones que coinciden en la actividad huachicolera.
Eso de poner a los cuates…
Fuente.-Isabel Arvide
@isabelarvide
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: