Como resultado de una investigación que la Procuraduría General de la República (PGR) inició en Guadalajara, Jalisco, luego de un enfrentamiento entre soldados y narcotraficantes en febrero de 2014, ocho meses después dio como resultado la localización de una fábrica de armamento ilegal, la primera asegurada en México, en la cual se ensamblaban a la semana 100 armas de fuego fantasma —imposibles de rastrear—, que eran puestas al alcance del crimen organizado y del cártel de la región.
Simultáneamente, en Sacramento, California, tras años de indagatorias, las autoridades judiciales de Estados Unidos arrestaron a dos hermanos y a otro cómplice que formaban parte de una red de manufactura ilegal de armas de fuego y balas no rastreables que se extiende a todo el territorio mexicano, según confesaron.
Se trata de Luis y Emiliano Cortez García, indocumentados mexicanos que en esa localidad estadunidense instalaron una fábrica ilegal que produjo cientos de fusiles de asalto y rifles, vendidos sólo por dinero en efectivo.
El armamento fabricado por los Cortez tenía como base los fusiles AR-15 para ser modificados de acuerdo con el gusto y necesidad de los consumidores: exconvictos y quienes carecían de licencia para portar armas de fuego.
Al detenerlos a principios de 2014, el Departamento de Justicia de EU logró asegurar 345 armas, entre ellas fusiles de asalto y rifles de repetición, las cuales debían ser entregadas a diversas personas en Sacramento, California.
CLANDESTINOS
En los laboratorios que operan en la clandestinidad en México y EU hay diversas máquinas industriales y herramientas, como taladros, prensas, computadoras, programas para diseño y ensamblado, así como impresoras de tercera dimensión.
Lo anterior para lograr el armado 100% de un rifle de asalto con un costo unitario de dos mil dólares. Para cumplir con sus clientes, los Cortez debían conseguir el perfecto ensamble de su cañón corto, la culata, así como contenedores de balas para diversas capacidades y el cajón de mecanismos de dos secciones, el cual es la parte central del arma.
Por un costo extra y un plazo mayor de entrega, los mexicanos podían agregarle aditamentos, como silenciadores, punteros láser, miras telescópicas o linternas.
A veces los fabricantes ilegales de armas ocupan material plástico, muchas veces parte de juguetes bélicos, como piezas de pistolas de agua, para hacer funcional el armamento, y con ello lograr que sea invisible a los ojos de las autoridades, pues en la práctica no existe registro alguno del arma.
Por ejemplo, uno de los rifles que encargó un cliente a los hermanos Cortez era un fusil AR-15 que se separaba en piezas pintadas de color rosa que, por separado, daban la impresión de ser partes de un juguete para niñas. Una vez ensambladas, realmente eran un rifle de alto impacto con imágenes de Hello Kitty.
Este tipo de pistolas o fusiles e incluso algunas balas sonfantasma, y se usan en asesinatos o por narcotraficantes para no dejar rastro alguno, ya que el arma carece de número de serie, por lo cual es imposible detectar de dónde proviene, quién la vendió, la compró o la fabricó.
Así, si un arma fabricada en un laboratorio clandestino fuera hallada en una escena del crimen, representaría un verdadero reto para las autoridades, pues no se sabría de dónde procede, ya que no tiene señas particulares o registro. Asimismo, las alteraciones o modificaciones realizadas en talleres clandestinos en el armamento hacen imposible identificar, incluso, si se trata de un arma larga o corta.
MADE IN MÉXICO
A la fecha, la PGR sólo tiene en sus registros una averiguación previa por este ilícito, la que se encuentra radicada en Guadalajara, donde, tras una larga investigación y gracias a una denuncia anónima, se logró desmantelar el 7 de octubre pasado una fábrica de armamento no detectable.
Se incautó un almacén ubicado en la calle Isla Trapani número 2691, que en realidad era un laboratorio clandestino para crear municiones y armamento fantasma, donde usaban piezas de otras armas, pero sobre todo creaban con bloques de aluminio cajones de mecanismos funcionales para las armas que ahí se armaban. Justo en esos cajones, las armas legales tienen marcado su número de serie.
Según las indagatorias, en este sitio fueron halladas dos fincas donde se fabricaban rifles de asalto tipo AR-15 que eran comercializados en diversas regiones del país, principalmente para agrupaciones de Michoacán y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
En el sitio, los agentes hallaron maquinaria altamente sofisticada, con software muy preciso, el cual permite realizar cortes perfectos y así lograr el funcionamiento ideal del mecanismo del arma.
Para este equipo se necesitaba el trabajo de especialistas que, además, conocieran plenamente el funcionamiento y la conformación de las armas de fuego, para lograr así su efectividad, de modo que fueran indetectables.
De la investigación sabemos que este grupo se dedica a mandar armas a Michoacán, pero también creemos que las venden al Cártel Jalisco Nueva Generación, por lo cual consideramos que fue un fuerte golpe a la delincuencia organizada”, informó Luis Carlos Nájera Gutiérrez, entonces fiscal de Jalisco.
La producción de este tipo de armamento era comercializada en el mercado negro para el crimen organizado y usada en hechos delictivos.
Para la PGR la única pista para rastrear más fábricas clandestinas al servicio del crimen organizado es la localizada en Guadalajara.
Creemos que existe una red de distribución de armamento que viene desde Estados Unidos; se enviaban partes del armamento y aquí se terminaban de armar.
Creemos que pudiera haber capacidad, dependiendo del material que recibieran del exterior, pero se nos decía que inclusive ya habían sacado una producción de aproximadamente 100 armas (a la semana)”, explicó el entonces fiscal de Jalisco.
Excélsior documentó previamente que 86% del armamento que se decomisa en el país por parte de la PGR es hechizo o alterado en sus datos de identificación, lo cual dificulta su rastreo, al grado de que llega a ser imposible determinar su país de procedencia.
Aseveró que las armas que más se alteran o son fabricadas de modo hechizo —como las encontradas en la fábrica ilegal de Jalisco— son las largas, es decir, fusiles y escopetas que, en su mayoría, son calibres de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas mexicanas.
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