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Con razón renunció. Imposible imaginar siquiera, que una
propuesta de recorte presupuestal como la que hizo Luis Videgaray pudiese
“pasar” sin mentadas.
Para decir lo menos.
Porque el olvido de la Ciudad de México es inmoral. Que no se
invierta un peso para el Metro es una ofensa a millones de mexicanos. Diría que
a todos quienes habitan y/o deben visitar la capital del país. Porque la falta
de un Sistema de Transporte Colectivo eficiente la convierte en un
estacionamiento gigante.
No habrá, sin dinero, forma de aliviar los problemas, graves,
derivados de la falta de medios de transporte. Recordemos con el doble “Hoy No
Circula” los terribles congestionamientos del Metro.
Ignorar que los problemas de la Ciudad que gobierna Miguel
Mancera son, definitivo, los de todos los mexicanos, parte de una falta de
criterio brutal.
Y luego la seguridad.
Si un programa era vital, indispensable para avanzar al
verdadero combate a la inseguridad, si era la diferencia con otros convenidos,
si definía un criterio integral, era el de Programa Nacional de Prevención de
la Violencia. Una subsecretaría que encabezó Roberto Campa, con gran talento,
por cierto.
Este dinero, mucho o poco a según se vea, estaba aplicado a dar
opciones a los jóvenes, a los niños, para que no terminasen convertidos en
sicarios. No más, no menos. Prevención como la mejor “arma” para combatir la
inseguridad en las ciudades. Y baste un ejemplo, ínfimo pero representativo, cuándo
no existen canchas deportivas, espacios propicios para el esparcimiento de los
jóvenes, lo más seguro es que los jóvenes, los niños terminen reuniéndose para
drogarse o cometer actos criminales.
¿Cómo vamos a combatir la inseguridad en colonias populares sin
un centavo para estos programas?
En años pasados se invirtieron, porque es una inversión para el
futuro, casi 10 mil millones de pesos. Este programa tenía por meta
“reconstruir el tejido social”, algo que se dice fácil pero que es esencial
para evitar que el país se nos desbarate entre las manos.
¿A quién se le puede ocurrir que esto no es prioritario?
¿Cómo entender que “prevenir la violencia”, que “prevenir la
delincuencia”, no es un área sensible del Gobierno?
Ese dinero, bien administrado, por cierto, llegaba a la
población en situación vulnerable, exactamente a las regiones del país que
están urgidas de estos programas.
Borrarlo de un plumazo tecnócrata tiene un costo social inmenso.
El presidente Peña Nieto creó, apenas al llegar al poder en 2012,
este programa “como una estrategia, transversal, involucrando a todas las
dependencias federales para combatir las adicciones, rescatar espacios públicos
y promover proyectos productivos”. ¿Se le olvidó?
De igual manera se les “recorta” 952 millones de pesos al
subsidio que reciben estados y municipios para la seguridad. Lo que nos
sentencia a mayor inseguridad en todo el país. Este dinero, etiquetado, iba a
rubros como patrullas… Se les quita, que quede claro, elementos a los gobiernos
locales para combatir a criminales.
Con lo que, en automático, se cancela cualquier posibilidad de
que puedan enfrentar, localmente, a la violencia. Y, otra vez, círculo vicioso,
obliga a la presencia de fuerzas federales, con todo lo que esto significa.
Es una aberración en todo sentido. No tener prevención ni
recursos para la inseguridad es de locos. No hay forma de entender a quién se
le puede ocurrir.
Agregar a este desfiguro que el programa de combate a la
tortura, ¿se acuerdan del video donde una mujer policía y una mujer militar
torturan a una joven?, tendrá 696 pesos diarios de presupuesto en 2017.
Si a esas vamos, sin recursos, que mejor entreguen todas las
banderas de cambio en materia de seguridad.
En contraste a esto, el poder judicial, los jueces que ya
sabemos cómo se conducen, recibirán un “gasto para estímulos”, o sea pagos
extras por quién sabe qué concepto, de casi 319 millones de pesos.
TAMBIEN PUEDES VER:
El nuevo presupuesto federal está en manos del Congreso. Y, por
lo tanto, de la ciudadanía que debe exigirles a sus representantes que no
aprueban un recorte presupuestal en los renglones que atentan contra lo que
queremos los mexicanos.
Así de simple, evitar que el criterio macroeconómico tecnócrata
de personajes ajenos a la realidad nacional, nos lleve a mayores problemas, nos
haga sanos en números y enfermos en lo importante…
Fuente.-
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