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viernes, 6 de noviembre de 2015

EL " SENADO le da MEDALLA al MERITO"...antes lo "CATEO la MARINA" por 2 MILLONES de DOLARES ...el "poder económico" se "impuso".







El Senado de la República aprobó este miércoles otorgar al dueño de Grupo Bal, Alberto Baillères, la medalla Belisario Domínguez, por su contribución a la generación de empleos, filantropía, e impulso a la educación y la salud. 
El dictamen fue aprobado con 65 votos a favor, 12 en contra y cero abstenciones. El premio se entregará en sesión solemne el próximo 12 de noviembre.
El "penoso" antecedente....
Serían casi las 19:30 horas del 19 de septiembre de 2009 cuando la Secretaría de Marina se disponía a meter al gobierno del Presidente Calderón en el problema más grave del sexenio. Entre 40 y 60 elementos de la Armada de México (algunos moviendo en 360 grados sus amenazantes ametralladoras instaladas sobre las tanquetas) sitiaban el área más visitada de la zona comercial más importante de la capital de la República, Polanco.
Intentaban penetrar, con marros y metralletas al hombro, en las oficinas del segundo hombre más rico de México sólo después de Carlos Slim, Alberto Bailleres. Estaban en busca de millones de dólares en efectivo y cocaína propiedad del crimen organizado.
Narcotraficantes habían vaciado sacos de fertilizantes de la empresa Peñoles en Manzanillo y ocultado en su lugar 2 millones de dólares. Los costales lucían la dirección de la empresa en Polanco y hacia las oficinas se dirigieron los marinos.
Sobra decir que los capitalinos que esa noche visitaban la tienda departamental Palacio de Hierro, que comparte el inmueble de la calle de Moliere con las oficinas centrales de Peñoles, una de las empresas emblemáticas del Grupo Bal, propiedad de Bailleres, huyeron en estampida azorados por la inesperada presencia de los marinos mexicanos.
SITIANDO POLANCO
Los efectivos de la Marina llevaban armas largas, chalecos antibalas, un perro adiestrado en la detección de drogas, explosivos y tres vehículos artillados.
Sólo la intervención del abogado Arsenio Farell Campa que representando a Peñoles acertó a preguntar si portaban una orden de cateo a un agente del Ministerio Público que acompañaba a los infantes de la Armada, evitó un desaguisado de consecuencias insospechables para el Presidente de la República y la Secretaría de Marina.
El agente del MP habló con el marino de mayor graduación y 20 minutos después abandonaron Polanco como llegaron: sin explicaciones. Farell supone que los mandos del impresionante operativo hablaron con un funcionario de la Procuraduría General de la República y luego de informar que intentaban encontrar dólares y cocaína en las oficinas de Bailleres sin orden de cateo expedida por un juez, recibieron la orden de dejar de hacer pendejadas.
Farell Campa está seguro que fue la entonces subprocuradora de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, Marisela Morales, quien evitó que los marinos cometieran una tropelía cuyas consecuencias habrían dado la vuelta al mundo.
Unos días después, Farell y los asesores jurídicos del Grupo Bal se reunieron con la maestra Morales; recibieron una disculpa por la actuación de los marinos y del agente del Ministerio Público y redactaron el comunicado que luego entregaron a los medios de comunicación. Bailleres se dio por satisfecho y no hubo consecuencias.
¿Supieron el Presidente de la República y el almirante secretario Mariano Saynez Mendoza que los marinos iban a cometer uno de los ridículos mayores del sexenio mediante la flagrante violación de los derechos constitucionales fundamentales de uno de los mexicanos más poderosos y respetados?
Con información: IMPACTOMX/CNNEXPANSION

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