Antier, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, inició oficialmente su gobierno en Nuevo León. En muy poco tiempo sabremos si el experimento de este candidato “independiente” resultó ser un gobierno auténticamente ciudadano exento de corrupción y otros vicios del poder.
- Si alguien cree que “El Bronco” no se va a equivocar es un iluso. Su primer error ya fue público. “El Bronco” ha seguido en campaña después de su contundente triunfo.
En lugar de dedicarse a organizar su gobierno, Rodríguez Calderón prefirió seguir haciendo proselitismo de sí mismo y de su innovadora forma de ganar. Su argumento, es que tiene que dejar su “legado”, argumento que suena temiblemente a mesianismo.
Y es que “El Bronco” sigue secuestrado por su propia estrategia de marketing electoral. Para él lo más importante estos últimos cuatro meses fue viajar y viajar, en ocasiones en avión privado de sus “amigos”, empresarios que esperemos en un futuro no verlos como contratistas de su gobierno a manera de devolución de favores.
¿Por qué Jaime Rodríguez Calderón sigue en campaña si ya asumió como gobernador? Tal vez, porque su meta es el 2018 y no el estado de Nuevo León. Ojalá le caiga el veinte que antes de dejar su “legado” enseñando al “mundo mundial” su fórmula para ser independiente y ganar, está primero resolver los graves problemas del lugar donde viven los electores que lo eligieron. “El Bronco” se debe a ellos y no a los gurús que supuestamente lo llevaron a palacio de gobierno.
Dirigir un gobierno no tiene nada que ver con dirigir una campaña original, rompedora, en cuyo mensaje principal se concentra lo que el pueblo quiere desesperadamente escuchar.
¿Y quién organizó el gobierno mientras “El Bronco” seguía de gira durante cuatro meses? Obviamente Fernando Elizondo y obviamente él tuvo una posición preponderante en los primeros nombramientos del gabinete.
Los electores nuevoleoneses sabemos que la dupla Bronco-Elizondo es un experimento, pero nadie nos dijo que mientras uno se dedicaba a organizar el gobierno, el otro seguiría en campaña. El acuerdo es que los dos iban a trabajar hombro con hombro. Ojalá y así sea de hoy en adelante. Estaremos atentos. Ojalá “El Bronco” se dé cuenta que andar en campaña no es lo mismo que gobernar. Que los mensajes provocadores ya funcionarán si no van acompañados de acciones provocadoras tendientes a extirpar la corrupción gubernamental.
El primer gran reto de “El Bronco” será poner los puntos sobre la justicia. Si no deja las cuentas claras del anterior gobierno nadie podrá creer en él. Si decide no enjuiciar a los corruptos del gobierno de Rodrigo Medina que dejaron en bancarrota las arcas del Estado, entonces la gente difícilmente creerá en un proyecto cuyas promesas resultaron ser vanas.
Muchas veces, Rodríguez Calderón lo ha dicho: revisaremos las cuentas y si hay delito que perseguir lo haremos. De acuerdo. Ojalá sea pronto y no espere años para llamar a rendir cuentas a un ex gobernador que deja una deuda de 61 millones de pesos, un ex gobernador acusado de robarse nada más y nada menos que mil millones de pesos, más aparte propiedades adquiridas en México y Estados Unidos. “El Bronco” se enfrentará muy pronto ante este reto tan importante. El pueblo está ávido de justicia y llegó la hora de dársela.
El otro error incipiente de “El Bronco” es la tenencia. Durante su campaña ofreció eliminar la tenencia vehicular, pero muy pronto reculó. Para conseguir el voto ciudadano dijo: “esto no es una propuesta, es un compromiso con ustedes… Es preferible reducir el cinturón del estado, y no el cinturón del ciudadano. La tenencia dejó de ser para lo que era”. Y añadió: “No más tenencia, lo dijimos hace algunas semanas y más que una propuesta es un compromiso que sostendré; eliminaremos definitivamente el cobro del impuesto de tenencia vehicular en el estado de Nuevo León”.
Pues bien, antes de tomar posesión, Rodríguez Calderón advirtió que la cosa no está tan clara como durante las elecciones. Aquella promesa de suprimir la tenencia pasó a ser un “veremos” por la situación financiera del estado y pidió “paciencia” hasta analizar números. Ante las protestas de la oposición reviró: “Se las regreso: vamos a que se reduzca el presupuesto del Congreso y quitamos la tenencia”.
Esta promesa electoral que todo indica no será cumplida, es otro error garrafal. Si “El Bronco” quiere hacer la diferencia con la clase política tradicional, tendrá por lo menos, empezar por cumplir sus promesas, de lo contrario, será igual que el resto de políticos impresentables, como el propio ex gobernador Medina, quien también en campaña prometió suprimir la tenencia y nunca lo cumplió.
El tercer gran error de “El Bronco” y seguramente, no el último, es ir dando a cuenta gotas la composición de su gobierno. La improvisación está bien vista en campaña, junto al mensaje rompedor, pero en la acción gubernamental no. Se necesita seriedad, planeación, estructura, configuración de cada aérea bajo un nuevo esquema de eficiencia.
Si “El Bronco” no sabe marcar prioridades aún y sigue autosecuestrado por sus deseos de continuar en campaña, sinceramente poco podremos esperar de su gobierno.
Los cambios se logran con determinación, no simplemente con innovación y espontaneidad. Jaime Rodríguez Calderón será visto con lupa no solo en México, sino en el extranjero porque es la primera pieza del experimento llamado “candidato independiente”. Veremos los resultados, en efecto, eso es lo que se espera de él, resultados claros y contundentes.
“El Bronco” candidato ya no debe existir. Ahora se necesita solamente a “El Bronco” gobernador. No es tan difícil de entender. ¿o si?
fuente.-
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