- Estudiantes que marcharon para defender la autonomía de la UNAM obligaron a uno de los asistentes, que iba con el grupo que pretendía tomar Rectoría, a descubrir su cara. Ante la presión, se identificó como Arístides Avilés, con una credencial ajena a la Universidad .
MEXICO,D.F 17/Nov/2014 Estudiantes universitarios impidieron la toma del edificio de Rectoría de la UNAM la tarde de ayer, cuando un grupo de aproximadamente 50 jóvenes, que se identificaron como “anarquistas”, irrumpieron el mitin que se realizaba al exterior del inmueble, y en donde los alumnos exigían respeto a la autonomía de la máxima casa de estudios, con relación al incidente registrado el sábado, cuando un agente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) hirió de bala a una persona dentro del recinto.
Durante el acto obligaron a un joven a que se quitara el paliacate con el que se cubría el rostro y que llegó con los supuestos anarquistas. Ante la presión, accedió a ello y se identificó como Luciano Arístides Avilés Hernández, a través de una credencial de una asociación civil.
Se excusó diciendo que ha cubierto las movilizaciones recientes en protesta por la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapan. De acuerdo con imágenes de El UNIVERSAL, este personaje estuvo presente cuando quemaron la puerta principal del Palacio Nacional, el pasado 8 de noviembre.
La marcha, que fue convocada a través de redes sociales, inició a las 12:00 horas en las afueras del Metro Universidad. Ahí, los organizadores fueron claros y exigieron a los asistentes que no se cubrieran el rostro, que no usaran máscaras o paliacates y que sólo se unirían si demostraban que en verdad estudiaban en la UNAM.
“No queremos infiltrados, lo que queremos es respeto y no promoveremos la violencia, eso hay que dejarlo bien claro, no queremos infiltrados. No hay nada que temer ni nada que ocultar, que las autoridades y policías nos vean, no somos un peligro para ellos”, expuso Martín, uno de los organizadores de la marcha antes de caminar hacía el edificio de rectoría.
El trayecto fue tranquilo. No entorpecieron el tránsito y no se confrontaron ni insultaron a los agentes de tránsito que agilizaban el tráfico vehicular; no hubo daños colaterales pues todos salieron con el rostro descubierto.
Al llegar a Rectoría y después de las palabras de estudiantes que pedían respeto a la autonomía universitaria para que ninguna corporación policiaca ingresara al recinto, así como la renuncia del rector, José Narro Robles, los anarquistas irrumpieron.
Arrojando piedras, con palos y el rostro cubierto, rompieron cinco ventanas del edificio principal de la UNAM. La gresca entre los propios estudiantes, duró casi cinco minutos, tiempo en el que los alumnos lograron expulsar a los anarquistas, defendiendo el recinto universitario.
“No queremos más violencia, nosotros somos verdaderos estudiantes y estamos aquí para defender a la UNAM. Los infiltrados aquí no tienen cabida, por favor les pedimos de la manera más atenta que se retiren y evitemos un problema más grande”, expuso uno de los organizadores de la marcha pacifica en defensa de la autonomía universitaria.
Después de expulsar a los anarquistas, la manifestación se dispersó. Unos se dirigieron al Ángel de la Independencia para hacer una caminata hacia el Monumento a la Revolución en apoyo a los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa; otros se fueron a cerrar la circulación del Periférico y un tercer grupo se quedó resguardando Rectoría, para evitar que los anarquistas lograran su objetivo.
Cierran Walmart de Copilco. Los anarquistas, no conformes con ser expulsados de Rectoría, acudieron al cierre de la avenida Universidad, donde le prendieron fuego a varios tambos de basura y cerraron el Eje 10 colocando varios carritos de supermercados robaron del Walmart y Superama, ubicado justo en ese cruce.
Argumentando un boicot al programa “El Buen Fin”, los encapuchados, armados con bombas molotov, palos y piedras, cerraron ambos locales comerciales, quedando un sin numero de clientes dentro, lo que por momento provocó histeria y temor.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) lograron hablar con los empleados de los supermercados y gradualmente empezaron a desalojar a quienes quedaron encerrados entre los pasillos de las tiendas, reportándose saldo blanco entre los civiles.
Después del desalojo, los policías intentaron dialogar con los encapuchados, quienes respondieron arrojándoles piedras, optando entonces la SSPDF por mantenerse al margen y no responder a la agresión. El Eje 10 permaneció cerrado por cinco horas, al tiempo que las tiendas bajaron sus cortinas por temor a los actos de rapiña.
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