- Cuáles son las razones y quiénes influyeron en el ánimo de Peña Nieto de mantener la estrategia de combate al crimen organizado.
- Una tragedia, es un suceso de la vida real, capaz de infundir terror y lástima, según el Diccionario de la Lengua Española. La desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Rural de Ayotzinapa, a manos de las autoridades municipales de Iguala, ha generado una inusual indignación, dentro y fuera del país.
MEXICO,D.F 01/Nov/2014 .- Este triste suceso vino a recordarle al gobierno, que desde la campaña electoral presidencial, el tema que más preocupaba a la ciudadanía, era la inseguridad, la violencia el crimen y el delito.
Desconozco cuáles son las razones y quiénes influyeron en el ánimo del presidente Enrique Peña Nieto, de mantener la misma estrategia de combate al crimen organizado que instauró el anterior gobierno de Felipe Calderón, que a todas luces había demostrado su ineficacia.
A casi dos años de esta administración federal, las cosas en materia del restablecimiento de la tranquilidad social, no han mejorado un ápice; y por el contrario, el conflicto guerrerense se ha convertido en el principal problema a resolver del presidente Peña.
Un problema de índole local, generado por la corrupción política de un gobernador y un alcalde —ambos de extracción perredista— ha sido absorbido como de responsabilidad absoluta del gobierno federal.
Esto es resultado de la lentitud con que las autoridades federales reaccionaron; la tardía separación del encargo deÁngel Aguirre; la increíble tolerancia para que huyeran el alcalde, su esposa y el jefe de la policía municipal; así como, la incapacidad para hacer que aparezcan los jóvenes normalistas.
Por un lado, se dijo que se respetaba la decisión soberana del Congreso del estado, pero sus colaboradores —de manera contradictoria— tomaron el control de la policía, en 14 municipios. ¿Eso no representa una injerencia directa?
¿Por qué entonces no se actuó de inmediato en contra del gobernador y se le permitió cubrir la huida de sus cómplices, tolerar la quema de palacios municipales para eliminar las evidencias de sus malos manejos presupuestales, así como, entorpecer las investigaciones judiciales?
Para colmo, le organizaron una reunión de muchas horas al Presidente con los parientes de los desaparecidos, sin que llevara nada que ofrecer, que no fueran palabras de consuelo y solidaridad.
Los padres —al salir de la reunión— expresaron sus sentimientos de malestar y enojo por la falta de resultados en las investigaciones y señalaron que salieron con las manos vacías.
El artículo 80 de la Constitución, establece que: “Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión en un solo individuo, que se denominará Presidente de los Estados Unidos Mexicanos”.
Esta es la razón y fundamento del porqué todo lo que sucede en el país, se le imputa al Presidente. Todos los errores e ineficacia de sus colaboradores, son su responsabilidad, puesto que él fue quien los nombró.
Seguir utilizando a las fuerzas armadas en el combate a la delincuencia, sin darle a esta acción un marco jurídico, nos sigue presentando ante la comunidad internacional, como un Estado que practica políticas públicas violatorias a la ley y a los derechos humanos.
Cuando las fuerzas federales arriban a algún Estado, el problema no es concurrente ni de responsabilidad compartida. Se confunde, se asimila, lo absorbe el gobierno federal. La gente no sabe diferenciar competencias jurídicas, es asunto del gobierno.
El presidente Peña ha llegado al momento de sentir la soledad que le produce su enorme responsabilidad política. Debe reaccionar como estadista. Remover a aquellos que han sido incapaces de resolver este conflicto; procesar penalmente a quienes cultivaron la corrupción guerrerense y dar un golpe de timón a la nave.
El Corolario es, como decía Aristóteles “La verdad, es la realidad”. Y los hechos demuestran que hay que rectificar el rumbo.
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