Frente al Congreso y frente a los generales del Pentágono, el presidente Donald Trump confirmó que su gobierno emprenderá una guerra sin cuartel contra los cárteles. El inquilino de la Casa Blanca le ha hecho saber al mundo que las organizaciones transnacionales del narcotráfico representan la principal amenaza de seguridad nacional para los Estados Unidos de América. Por encima de Rusia, del Estado Islámico y de la Guardia Revolucionaria de Irán, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación son objetivos prioritarios del aparto de seguridad e inteligencia norteamericano.
“El territorio adyacente a nuestra frontera sur está hoy dominado completamente por los cárteles criminales que asesinan, violan, masacran y ejercen control total, tienen control total de toda la nación. Representan una amenaza grave a nuestra seguridad nacional”.
Lo que es más grave: Trump acusa que existe una “alianza intolerable” entre el Estado mexicano y los cárteles.
Si México no se ha dado cuenta que Washington está preparando la posibilidad de una intervención militar en territorio nacional, es porque no está prestando atención. En términos políticos, legales y mediáticos, la administración de Donald Trump está pavimentando el terreno para que Fuerzas Armadas norteamericanas puedan realizar operaciones especiales o ataques dirigidos contra objetivos criminales en México. Las señales están a la vista.
PRIMERA SEÑAL: La declaración del Estado de la Unión
“Los cárteles están en guerra con Estados Unidos y es momento de que Estados Unidos declare la guerra a los cárteles. Y así lo haremos”.
Donald Trump utilizó su primer gran discurso presidencial en la sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes para advertir lo que sus asesores de seguridad nacional han planteado públicamente, al menos desde el 2022, en el ‘think tank’ conservador Center for Renewing America: es necesario aprobar una legislación formal de declaración de guerra contra los cárteles.
En enero de 2023, los congresistas republicanos Dan Crenshaw y Mike Waltz introdujeron la iniciativa de “Autorización de Uso de Fuerza Militar”. La propuesta pretende dotar al presidente de nuevas facultades y recursos de inteligencia, ciberseguridad y espionaje para irrumpir las operaciones de los cárteles.
“Debemos de empezar a tratar a estas organizaciones criminales como ISIS”, declaró Crenshaw. Para Waltz, quien hoy es el director del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, la iniciativa se justifica por la sofisticación financiera y militar del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación: “Es tiempo de pasar a la ofensiva. Estas organizaciones paramilitares transnacionales son responsables de asesinar a un número sin precedentes de norteamericanos. Estados Unidos tuvo éxito en la década de los noventas en asistir en el desmantelamiento de los cárteles colombianos y deber hacer lo mismo ahora”.
El primer paso fue la designación que hizo el Departamento de Estado de seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. El siguiente paso será la aprobación de la iniciativa de Waltz y Crenshaw.
SEGUNDA SEÑAL: La amenaza del Pentágono
El 31 de enero, el secretario de la Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, sostuvo una conferencia con el general secretario de la Defensa Nacional y el almirante secretario de la Marina Armada de México. De acuerdo a una fuente citada por The Wall Street Journal, Hegseth amenazó a México con tomar “acciones unilaterales” contra los cárteles si México no atacaba de manera frontal el tráfico de fentanilo y si no se atendían las preocupaciones de Washington sobre la colusión de oficiales del gobierno con el crimen organizado.
Fue un ultimátum a puerta cerrada, el antecedente de la decisión histórica del gabinete de seguridad mexicano de entregar a Estados Unidos a 29 líderes de los cárteles para ser procesados en cortes norteamericanas, entre ellos a Rafael Caro Quintero, el eterno némesis criminal de la DEA.
A partir de ese momento, el gobierno de Claudia Sheinbaum tomó medidas drásticas para alinear su política de seguridad con los intereses de la Casa Blanca: México desplegó nueve mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera; accedió a que drones de reconocimiento de la CIA sobrevolaran cielo mexicano; emprendió un operativo de captura contra el Estado Mayor de Iván Archivaldo Guzmán y desmanteló cientos de laboratorios de drogas sintéticas, principalmente en Sinaloa.
Sin embargo, para el equipo de Donald Trump, esto no fue suficiente. En dos ocasiones distintas, el jefe del Pentágono le dijo a Fox News que la posibilidad de realizar incursiones de fuerzas especiales o ataques dirigidos en México sigue siendo una opción sobre la mesa del presidente.
TERCERA SEÑAL: La reforma silenciosa del Departamento de Defensa
El 28 de febrero, la prensa estadounidense reportó que el presidente Donald Trump tomó la decisión ejecutiva de reducir las restricciones que tienen los comandantes militares para autorizar ataques aéreos dirigidos e incursiones de operaciones especiales fuera de campos de batalla convencionales.
La orden de la Casa Blanca amplía, en gran medida, el rango de objetivos de este tipo de decisiones militares. CBS News calificó este cambio como un “silencioso, pero sísmico recalibramiento para desmantelar los controles de la era Biden y regresar a una política de contra terrorismo mucho más agresiva”.
Donald Trump pretende que el Departamento de Defensa tenga mucho mayor discrecionalidad para atacar a organizaciones terroristas y que no tenga que depender de la intervención directa del presidente para autorizar bombardeos. Bajo el esquema de la adminsitración Biden, este tipo de decisiones estaban sujetas a una revisión multinivel del Estado Mayor, de la Casa Blanca, de la CIA y de abogados militares sobre el riesgo de víctimas civiles y la legalidad de la designación de los objetivos terroristas. Muchas de esas restricciones han desaparecido.
De manera paralela, el presidente Trump removió a los tres abogados militares de más alto rango en el Pentágono. Se trata de tres funcionarios sin afiliación política que tienen la autoridad legal independiente de señalar a cualquier comandante militar o miembro del aparato de seguridad que una orden del presidente de Estados Unidos es inconstitucional, no debe seguirse y no debe ser obedecida. Frank Kendall, secretario de la Fuerza Aérea en el gobierno de Joe Biden, explica que esto significa que el presidente Donald Trump podrá emprender una guerra sin contrapesos ni parámetros legales dentro del Departamento de Defensa.
Para México, esto podría significar una guerra sin reglas.
CUARTA SEÑAL: Los aranceles por “seguridad nacional”
“Las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas, los líderes globales en el trasiego de fentanilo, operan con impunidad debido a una alianza intolerable con el gobierno de México”, se lee en el comunicado publicado por el presidente Donald Trump para justificar la imposición de aranceles contra México y Canadá. “Esta alianza con el gobierno mexicano pone en riesgo la seguridad de Estados Unidos, por lo que debemos erradicar la influencia de estos peligrosos cárteles”, continúa el documento.
Esta es la tesis bajo la cual la Casa Blanca ha invocado la Ley de Poderes Económicos de Emergencia para imponer tarifas unilateralmente, sin la intervención del Congreso. La Constitución de Estados Unidos establece que la política comercial es una prerrogativa del Poder Legislativo. La crisis de salud pública por las sobredosis de fentanilo permiten al equipo de Trump actuar sin la injerencia del Senado.
El contexto legal explica, parcialmente, por qué Trump insiste en que “el gobierno de México aporta paraísos de protección para que los cárteles fabriquen y transporten peligrosos narcóticos que, colectivamente, derivan en las muertes por sobredosis de cientos de miles de víctimas americanas”.
Los argumentos que hoy esgrime la Casa Blanca podrían ser replicados para justificar la aprobación de una intervención militar en México sin autorización del Congreso.
“Los cárteles de la droga mexicanos son conocidos por su extrema brutalidad, corrupción y control de regiones enteras de México”, sostiene la Casa Blanca. “La violencia de los cárteles, incluido el uso de drones artillados y minas terrestres, se está acercando a la frontera”.
Las señales están a la vista. Por si las dudas, por si es necesario, Washington está pavimentando el terreno de la intervención militar en México.
Fuente.-Codigo Magenta/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: